Ben Magec denuncia que Costas construirá una playa para un hotel poniendo en peligro al mejor sebadal de Tenerife
La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha sacado a exposición pública el proyecto y el correspondiente estudio de impacto ambiental de la “Regeneracion y acondicionamiento del paseo y la playa de San Blas, t.m. de San Miguel de Abona (isla de Tenerife)”, con un presupuesto base de licitación de 3.348.756,09 €.
La obra prevista, además del machaqueo del callado, consiste en un dique sumergido como prolongación de la Punta Natural del Jurado Grande con una longitud de 85 m siendo la cota más profunda de -4 metros, por 6 metros de ancho. Para la ejecución del mencionado dique se realizará otro de carácter provisional de una longitud de 110 metros de largo y 10 de ancho a una cota + 4 metros.
Ben Magec – Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a este proyecto alertando de que las obras previstas son una amenaza para la ZEC Sebadales del Sur, ubicada en el frente mismo de la playa. El impacto puede ser significativo para un ecosistema tan frágil y valioso como es el sebadal. La regeneración de la seba (Cymodocea nodosa), una planta protegida tanto en el Catálogo de Especies Protegidas, al encontrarse en una zona ZEC, como por la Ley de Pesca de Canarias, se vería afectada por el aumento de la turbidez del agua. Además, varias especies ligadas a estas praderas submarinas, algunas de ellas de importancia comunitaria, sufrirán las consecuencias del deterioro del sebadal. Es el caso de la tortuga boba, delfín mular o la tortuga verde.
Por este motivo, y tal y como recuerda Ben Magec en sus alegaciones, los proyectos de estabilización y regeneración de la playa de Puerto Naos y la ampliación del puerto deportivo de San Andrés contaron con declaraciones de impacto negativas.
Además, y aunque es preceptivo, este espacio de interés comunitario aún no cuenta con una zonificación que identifique los usos compatibles con la conservación, lo cual implica suspender la tramitación de cualquier proyecto que potencialmente pueda afectar a una zona sensible del sebadal.
La playa de San Blas dará servicio claramente a un hotel sin ningún otro interés social, aunque los más de tres millones de euros que cuesta serán abonados con dinero público, algo que la federación ecologista califica de “total irregularidad y completa desvergüenza en un momento de gran austeridad y recortes en temas verdaderamente útiles”.