Colectivos ciudadanos y partidos se rebelan contra la depuradora que quiere el Cabildo para la Isla Baja
La decisión de la Unión Europea (UE) de sancionar a España a causa de los vertidos de aguas residuales sin tratar ha puesto el foco en la comarca de la Isla Baja en Tenerife, tanto en el municipio de Garachico como en el de Los Silos o Buenavista. El Cabildo, a través del Consejo Insular de Aguas, decidió invertir 14 millones en la construcción de una depuradora comarcal tipo EDAR (estación depuradora de aguas residuales) que resolviera tal problema y en mejora del saneamiento. Sin embargo, colectivos vecinales, expertos y el grupo ecosocialista Sí Se Puede consideran que esa no es la forma adecuada para solucionar el asunto que tienen entre manos.
Portavoces de la Plataforma Los Silos-Isla Baja consideran que la realización de una depuradora tradicional no es beneficiosa para la comarca, ya que llevaría las aguas residuales de Garachico, Los Silos y Buenavista al núcleo costero de Las Canteras y produciría malos olores, mosquitos e inconvenientes para los vecinos de ese lugar. Por estas razones, el presidente de la Plataforma, Roberto Hernández, concluye que la mejor opción es la llamada depuración natural, similar a la que se encuentra en Masca, y lo explica: “El sistema de depuración natural es totalmente limpio, pues se basa en el uso de plantas y bacterias que realizan la depuración de las aguas residuales con una pureza de alrededor el 98%. Las aguas tratadas luego son perfectamente reutilizables en la agricultura”. La Plataforma pretende convocar una mesa redonda el viernes 26 de mayo para abordar estas cuestiones, y en ella participarán expertos como el ingeniero José Luis Peraza o el profesor Jesús Cisneros, de la ULPGC.
Además, la Plataforma señala que ya han solicitado al Consejo Insular de Aguas que acuda a esa cita con los técnicos del proyecto para resolver las dudas que tienen los vecinos, aunque este ha mostrado reticencia a hacerlo. Roberto Hernández relató que se realizó la petición de información sobre el proyecto de EDAR por escrito e incluso se llegó a concretar una reunión, aunque esta más tarde fue cancelada por el propio Consejo Insular de Aguas. “El proyecto se ha caracterizado por el secretismo y la poca transparencia de las administraciones públicas. Nos enteramos de su existencia cuando comenzaron las obras para marcar el terreno y desarrollar la fase A del proyecto inversor”, lamenta Hernández.
También en relación con esta misma polémica, el profesor Jesús Cisneros, uno de los expertos que participará en la mesa redonda del 26 de mayo, propone que se instalen depuradoras en zonas más concretas y con mayor capacidad tecnológica. De esta manera, según Cisneros, “se evitan los malos olores, los mosquitos. O incluso que estas no tengan que estar tan alejadas de la población porque no causan tanto ruido”.
El planteamiento de Cisneros supone un menor coste respecto al proyecto desarrollado por el Consejo Insular de Aguas y permite la reutilización del agua, aunque no se podría beber. Cisneros defiende que, con el proyecto del Consejo Insular de Aguas, el de una depuradora centralizada, no se tiene la garantía de “qué se va a hacer posteriormente con el agua tratada, pues en estos casos se suele verter al mar”. Para evitar los inconvenientes de la EDAR tradicional, el profesor propone que se creen pequeñas depuradoras más localizadas en los núcleos poblacionales, pero con una mayor disposición tecnología. De esta manera, se causan menos molestias a los ciudadanos.
En un plano más político y social, la organización ecosocialista Sí Se Puede ha informado de que ha presentado una alegación al Plan Hidrológico Insular (PHI) cuestionando la ubicación de la futura EDAR en la Isla Baja, que se prevé que esté situada en el núcleo de Las Canteras, en Buenavista del Norte.
Este partido considera que no se ha tenido en cuenta la opinión de los vecinos para la ubicación de la depuradora, lo que incumple los requisitos de participación propuestos por la Comisión de Ordenación del Territorio y del Medio Ambiente de Canarias (Cotmac). Además, se señala que la estación depuradora puede no ajustarse a la normativa sobre actividades clasificadas, que contempla que las instalaciones que se consideren peligrosas o insalubres deben encontrarse a unos 2.000 metros del núcleo poblacional más cercano.
Esteban Lorenzo, de Sí Se Puede, argumenta que la EDAR propuesta por el Consejo Insular de Aguas incumple las normativas ambientales y además se pretende situar a 400 metros de la población más cercana. Según afirmó Lorenzo, en el proyecto de la depuradora comarcal “no se plantean alternativas, y esto es obligatorio. Tampoco se presenta cuál va a ser el coste real y hay oscurantismo en los documentos”. Otra cuestión que plantea la formación política es que el agua no se puede reutilizar para la agricultura ecológica, lo que, según sostuvo Lorenzo, es una actividad en alza entre los vecinos de Buenavista.