Arona y sus once parroquias se adentran en la celebración de la Semana Santa
El municipio de Arona se prepara para recibir una Semana Santa llena de tradiciones centenarias y de actos lúdicos, en la que las ceremonias religiosas ocuparán un lugar prioritario en once parroquias de toda la localidad, como la procesión magna de Viernes Santo en el casco, aunque también habrá otras singularidades, como las confesiones y misas en cinco idiomas de Los Cristianos y el ya tradicional y multitudinario concierto de Las Galletas, este año amenizado por Troveros de Asieta.
Uno de los momentos más esperados será la representación teatral de la Pasión y muerte de Jesucristo, un acto que los vecinos de Valle San Lorenzo, desde niños y niñas de 8 años a personas de más de 60, recrearán este Domingo de Ramos (9 de abril), a las 20.30, en el terrero de lucha del núcleo de las medianías, con la colaboración del Patronato de Cultura y de la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Arona.
Los barrios de Arona ultiman ya los detalles para celebrar la Semana Santa con multitud de procesiones y actos religiosos. Se da la singularidad de que, hasta 1956, solo se celebraba en el casco, tal y como revela Marcos Brito en su obra Arona, tradiciones festivas. Hace 60 años, se sumó la parroquia de San Lorenzo Mártir, en Valle San Lorenzo, que curiosamente fue la primera iglesia erigida en el municipio (siglo XVII), pero que no contaba con párroco propio. Progresivamente, se han ido sumando el resto de parroquias, conforme iban disponiendo de sacerdote.
Desde 2001, el Ayuntamiento de Arona, en colaboración con las parroquias, edita un libreto del conjunto de actos religiosos que promueven los barrios, un amplio programa que incluye el ya tradicional concierto de Semana Santa en el parque urbano Paulino Suances de Las Galletas, organizado por el Patronato de Cultura y la Concejalía de Fiestas. Este año estará amenizado por los palmeros Troveros de Asieta y tendrá lugar el sábado 15 de abril, a las 21.00.
Casi 100 vecinos involucrados en la representación
Más de 90 vecinos y vecinas de las medianías de Arona participarán en la representación teatral de la Pasión y muerte de Jesucristo en Valle San Lorenzo, un encuentro que trasciende la fe y que forma parte del arraigo cultural de los aroneros.
La obra, organizada por la parroquia del núcleo y por las áreas municipales de Cultura y Fiestas, crece en su novena edición, que tendrá lugar este domingo (9 de abril), a partir de las 20.30 y en el terrero de lucha de Valle San Lorenzo.
La representación de la Pasión... en Valle San Lorenzo cumple nueve años y lo hace manteniendo la costumbre de subir al escenario los hechos de la vida de Jesucristo en el Domingo de Ramos, pero también incluye una singularidad, y es que dos narradores cotidianos de la actualidad trasladan al público al siglo I a través de su relato.
Daniel Cañizares, de 31 años y estudiante de Psicología, ha interpretado la figura de Jesucristo desde la primera edición y recuerda que, al principio, solo se representaba la entrada en Jerusalén, como una forma de iniciar la Semana Santa en un municipio que cuenta con un amplio programa en once parroquias diferentes e, incluso, misas y confesiones en seis idiomas.
Desde aquel 2009, la obra ha ido creciendo y ya aborda desde el bautismo de Jesús hasta la Resurrección, pero también ha pasado de los 20 miembros iniciales a 90 vecinos voluntarios de varios núcleos, entre actores, encargados de decorados, etcétera.
Tres escenarios se levantarán este domingo en el campo de lucha para algunos de los hechos más destacados de la Pasión..., como la última cena o la crucifixión. La arena del terrero será también lugar para los actores, con personajes como el de Miriam, que interpreta la joven Tania Gloria Abrante Ramos, una chica de este 2017 “con una compleja historia personal, perdida en su vida y confundida, y que conoce la historia de Jesucristo a través de un constructor de catedrales”.
Miriam traslada al público, desde la actualidad, a un momento de figuras históricas como Poncio Pilatos, que interpreta Carmelo García Martín, un empleado público de 44 años y que recomienda a quienes quieran disfrutar de esta obra hecha por el pueblo que acudan con antelación suficiente, porque se espera que se agote el aforo.
