Calais: mudanza obligatoria para mil residentes del campamento de inmigrantes
Casi 1.000 inmigrantes y refugiados del campamento La Jungla, en las afueras de Calais, deberán abandonar el lugar en los próximos tres días. Según el comunicado oficial, si no lo hacen voluntariamente serán desalojados.
Expedida por las autoridades de la ciudad francesa de Calais, la orden de desalojo conmina a un grupo que podría estar compuesto por entre 800 y 1.000 personas a que abandonen sus casas improvisadas y trasladen sus pertenencias antes de las 20 horas del martes (hora local de Francia). De lo contrario, serán desalojadas a la fuerza por la policía. Según los voluntarios que trabajan en la zona, la cifra de desplazados podría ser bastante mayor.
Las estructuras provisionales que se habían levantado en el lugar, donde hay comercios, cafeterías, iglesias y mezquitas, serán demolidas totalmente como parte de una campaña oficial para despejar las áreas del campamento colindantes con la autopista hacia el puerto, donde ha habido enfrentamientos con la policía.
Según Fabienne Buccio, la máxima autoridad en esta región del norte de Francia, el plan es reubicar a los habitantes del lugar en contenedores con calefacción en otras zonas del campamento y en otros centros de toda Francia. “Es hora de decirle a los inmigrantes que se encuentran en Calais, que viven en condiciones precarias y que le dan una imagen no muy edificante a la ciudad, que tenemos una solución para cada uno de ellos”, ha asegurado Buccio.
Pero los inmigrantes, en una gran mayoría iraquíes y sirios, ya han dicho que piensan resistir el traslado y que su deseo es quedarse en las tiendas de campaña, a pesar de las malas condiciones en que viven.
Según advirtieron ocho ONG, entre ellas Médicos del Mundo, las instalaciones alternativas no son adecuadas. En una carta de protesta al Ministro del Interior de Francia, la organización dejó en claro que la mudanza “dista mucho de dar solución a los problemas del lugar”.
Un voluntario de Cáritas, Pascal Froehly, asegura estar preocupado por la tensión que podría generarse si las excavadoras arrasan el lugar. “Me parece extremadamente inconveniente e injusto que saquen a toda esta gente del lugar donde han creado iglesias, comercios y restaurantes”, sostiene. Según Froehly, el plan de albergar a los emigrantes en contenedores con calefacción en otro lugar del campamento no les permitiría la posibilidad de socializar. “Para ellos, es solo un lugar para dormir”, explica.
Con “la firmeza necesaria”
Natacha Bouchart, la alcaldesa de Calais, cree que el desmantelamiento del campamento mantendrá a inmigrantes y refugiados lejos de los activistas que solo se proponen causar disturbios: “Es una situación delicada”. También dijo que era una “situación sensible”, que requería “la firmeza necesaria”, y que las condiciones en el campamento La Jungla “no eran dignas de seres humanos”.
En la actualidad, cerca de 4.000 inmigrantes viven en La Jungla, desde donde muchos esperan pasar al Reino Unido. La semana pasada, la organización benéfica Help Refugees (Ayuda a los Refugiados), elaboró un censo para esa zona particular del campamento: registraron a 440 niños viviendo allí, 291 de ellos sin sus padres.
El jueves, algunos de los actores y escritores británicos más populares (entre ellos Jude Law, Idris Elba y Benedict Cumberbatch) firmaron una carta abierta dirigida a David Cameron en la que lo instaban a que permitiera el ingreso al Reino Unido de los niños varados en el campamento francés.
En la carta, pedían al Primer Ministro que “convenza al gobierno francés de que no siga adelante con la decisión de destruir más zonas del campamento en Calais hasta que todos los menores del lugar sean incluidos en algún programa de protección infantil integral dentro del sistema francés, o hasta que se les permita reunirse con sus seres queridos en el Reino Unido”.
La carta proseguía así: “Esta es una crisis humanitaria que necesita ser reconocida como tal, y se impone que hagamos todo lo posible por ayudar a los refugiados, inocentes y en situación de extrema vulnerabilidad, especialmente los menores, tan rápido como sea humanamente posible”.
“Están desesperados; un niño pequeño me tomaba del brazo y me suplicaba diciéndome que La Jungla no era un buen lugar, que no quería estar allí”, relataba el actor Jude Law tras visitar el campamento.
El mes pasado, un grupo de manifestantes protestó contra los planes de desalojo de La Jungla fingiendo estar muertos en la estación de San Pancracio de Londres. Mientras tanto, la empresa que gestiona el túnel del canal de la Mancha, le está reclamando a los gobiernos de Francia y del Reino Unido 29 millones de euros por lucro cesante derivado de la crisis de los inmigrantes en la zona. El verano pasado, Eurotunnel sufrió graves trastornos con su servicio debido a los repetidos intentos por cruzar hacia el Reino Unido de los inmigrantes de La Jungla.
Traducción de Francisco de Zárate