El fracaso de la izquierda italiana hace posible la última resurrección de Berlusconi
Pregunte a cualquiera en Italia quién cree que estará al frente del gobierno en Palazzo Chigi tras las elecciones del 4 de marzo. La respuesta es un encogimiento de hombros colectivo.
Según Silvio Berlusconi, ex primer ministro y maestro de la reinvención, la coalición de centroderecha que él dirige representa las manos seguras que necesita el país para defenderse del levantamiento populista del Movimiento 5 Estrellas, que cuenta con el apoyo mayoritario de los votantes jóvenes pero también con un historial lamentable en las instituciones locales que gobierna.
Parece difícil de predecir si alguno de los dos bandos sumará una mayoría suficiente el 4 de marzo; o si, como algunos creen, Italia va a pasar renqueando de unas elecciones a otras.
Sólo hay una eventualidad en la que la mayoría de los expertos está de acuerdo: el partido de centroizquierda italiano, liderado por el ex primer ministro Matteo Renzi, está encaminado hacia una humillante derrota, como ya la sufrieron sus compañeros ideológicos de Alemania y España.
Las cosas deberían ir mejor para Renzi. En su apogeo de 2014, el exalcalde de Florencia hizo grandes promesas para una nueva y moderna Italia, pondría al día la economía y reformaría la política tradicional. A finales de 2016 y tras una grave derrota en un referéndum constitucional no muy inteligente, Renzi se vio obligado a dimitir.
Desde entonces, ha permanecido al frente del Partido Demócrata, mientras su exministro de Exteriores, Paolo Gentiloni, tomaba las riendas del gobierno. A pesar de las significativas mejoras económicas bajo el liderazgo del PD (Partido Demócrata), ahora la coalición de centroizquierda de Renzi se está quedando atrás en las encuestas, con apenas el 22% del apoyo de los votantes.
Como dice Giovanni Orsina, historiador y profesor político de la Universidad LUISS de Roma, “la crisis de la izquierda no es algo que comenzó hoy”. Como ocurrió con la primera ministra británica, Theresa May, Orsina cree que Renzi perdió el “patrimonio político” que tenía hace unos años y que desde entonces ha ido sumando un error tras otro, incluyendo el empeño de su partido en cambiar las leyes electorales, una reforma que terminó ayudando a sus oponentes políticos de la derecha.
Como ocurre con las tensiones entre Hillary Clinton y Bernie Sanders, en EEUU; o entre simpatizantes de Tony Blair y de Jeremy Corbyn, en el Reino Unido; la socialdemocracia italiana se ha visto fragmentada por la lucha entre los centristas del partido y las fuerzas más a la izquierda, que rechazan las políticas de Renzi por considerarlas demasiado favorables a empresas y bancos, así como su carácter ambicioso y, en ocasiones, arrogante.
Según Wolfango Piccoli, copresidente la empresa londinense de investigación Teneo Intelligence, “el centroizquierda no aparece como una alternativa para votantes descontentos: recibía con los brazos abiertos a la globalización, rescataba bancos cuando hacía falta, y no fue capaz de diferenciarse del centroderecha”.
En su opinión, “cuando no se puede ofrecer una alternativa, los votantes miran al centroderecha y a los nuevos partidos, el Movimiento 5 Estrellas. ¿Qué ofrece el PD? Aparte de ocuparse de los pensionistas y los funcionarios, no tiene capacidad para llegar a los jóvenes”.
Pero mientras el centroizquierda corre el riesgo de caer en el olvido (Orisina dice haber oído que las encuestas internas del PD son aún peores que las públicas), Berlusconi es quien resurge como fuerza política.
Todavía no está claro si se le permitiría servir como primer ministro al político de 81 años, del que se sabe que celebró fiestas sexuales con mujeres jóvenes durante su última presidencia. Tras una condena por fraude fiscal, Berlusconi quedó inhabilitado durante seis años pero el magnate ha presentado un recurso de apelación ante los tribunales europeos.
Pese a todo Berlusconi encabeza una coalición al frente de Forza Italia y junto a dos partidos de extrema derecha, la Liga Norte y los Hermanos de Italia. Podrían conseguir la mayoría absoluta.
Para Piccoli, el discurso de Berlusconi no es diferente del que utilizó en los años 90 cuando entró por primera vez en la política, describiéndose a sí mismo como la respuesta a la amenaza comunista.
“Ahora es él contra la amenaza populista del Movimiento 5 Estrellas; su argumento es que él es el hombre de Estado experimentado y responsable”, dijo Piccoli. Un hombre que puede sentarse en la misma mesa que Angela Merkel y Emmanuel Macron.
Berlusconi ha demostrado que ha sido capaz de mantenerse en el poder durante más de una década, llevando a la coalición de centroderecha a una importante victoria en las elecciones regionales de Sicilia.
Se especula sobre el nombre del posible primer ministro en esa coalición de centroderecha. Las opciones tienen que ser aceptables para Matteo Salvini, de la Liga Norte, porque su apoyo es fundamental para mantener a la coalición en lo alto. Entre los candidatos se encuentran Luca Zaia, presidente de la Liga Norte del Véneto; y Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo y miembro del partido Forza Italia de Berlusconi.
Según las últimas encuestas publicadas por IPR y por Tecne, la coalición de centroderecha está ganando fuerza. De acuerdo con Tecne, ya tiene alrededor del 39,2% de los votos. Según IPR, la coalición de Berlusconi tiene el 38%.
Aun si Berlusconi no logra ganar la mayoría absoluta, existe la posibilidad de que cierre un acuerdo con el PD para formar una coalición. Pero parece un resultado poco probable por el momento.
El Movimiento 5 Estrellas y su candidato, Luigi di Maio, de 31 años, están reaccionando a los ataques de Berlusconi. El Movimiento 5 Estrellas solía decir que pediría un referéndum sobre la permanencia en el euro. Esta semana Di Maio se apartó de la propuesta, que probablemente asuste a los votantes, para decir que ha llegado la hora de “cambiar las reglas sobre el euro, no de dejar el euro”.
Liderado por el excómico Beppe Grillo, el Movimiento 5 Estrellas ya figura como el partido más popular entre los votantes. Pero, según las encuestas de Tecne y de IPR, está unos diez puntos por detrás de la coalición de centroderecha.
Traducido por Francisco de Zarate