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The Guardian en español

Francia pone al descubierto la riqueza descomunal del hijo de Teodoro Obiang

Uno de los abogados de Obiang pidió este lunes en el tribunal que el juicio fuese suspendido sobre la base de que no se había dado el tiempo suficiente a su cliente para preparar adecuadamente su defensa.

Jason Burke

Es probable que los días de Bugattis, botellas de vino Chateau Pétrus y de finos restaurantes parisinos se hayan terminado para Teodorín Obiang. Al menos en Europa occidental: la Justicia francesa juzgará al hijo del presidente de Guinea Ecuatorial por corrupción y blanqueo de dinero.

Teodorín Obiang, el vicepresidente de 47 años del extremadamente rico en petróleo pero empobrecido país africano, se enfrenta a procesos legales en toda Europa. Las autoridades del continente están investigando los orígenes de su enorme fortuna y descubriendo sus nuevas y extravagantes formas de gastar el dinero.

Tras acusarlo de saquear “descaradamente” a su país, las autoridades estadounidenses ya obligaron a Teodorín a renunciar a su derecho sobre algunas de sus propiedades. Obiang llegó a un acuerdo por el que entregó más de 28 millones de euros en propiedades, entre las que se encuentran una gran mansión en Malibú (California) y más de diez coches de lujo.

Eso sí, se las arregló para quedarse con su jet privado, valorado en 36 millones de euros, y con su colección de objetos pertenecientes al difunto Michael Jackson, entre los que se incluye un guante tachonado con piezas de cristal.

Mientras tanto, en Europa, las autoridades holandesas, suizas y francesas han embargado varias propiedades de Obiang, entre los que figuran un yate de 76 metros de eslora, el 'Ebony Shine'; y una mansión en París valorada en unos 190 millones de euros. La mansión tiene cine, spa, salón de belleza y gimnasio. Los grifos están bañados en oro y sobre sus paredes cuelgan cuadros originales de Degas y Renoir.

Entre los vehículos embargados en Ginebra hay un coche de fabricación sueca que cuesta unos 2,6 millones de euros y un Bugatti Veyron de 1,9 millones.

Según la fiscalía francesa, Obiang robó casi 110 millones de euros entre 2004 y 2011, cuando era ministro de Agricultura de su padre, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, al mando de Guinea Ecuatorial desde 1979.

La cartera de Agricultura dio a Obiang el control sobre la lucrativa industria de la madera. Según los fiscales, los ingresos del impuesto fijado a la venta de la madera fueron transferidos a la cuenta personal de Teodorín Obiang.

Cambio de postura en Francia

En el juzgado este lunes, uno de los abogados de Obiang pidió que el juicio fuese suspendido al no haberse dado tiempo suficiente a su cliente para preparar adecuadamente su defensa, ya que ha sido convocado a juicio hace solo tres semanas. “No hablamos del robo de una moto”, declaró el abogado Emmanuel Marsigny a Reuters.

El juicio marca un antes y un después para Francia, con una larga tradición de hacer la vista gorda con los dictadores africanos corruptos si compraban viviendas en París, derrochaban su dinero en la capital francesa o en la Costa Azul o, sencillamente, si huían a Europa porque aparecían problemas en su país.

La política permisiva de Francia también formaba parte de un intento por mantener su influencia en sus excolonias de África y en otros países del continente (Guinea Ecuatorial es una antigua colonia española).

El cambio de postura se debe en parte a la evolución de los franceses y de los valores políticos, a una mejor labor de los medios locales y del extranjero y a la presión que durante casi una década han ejercido los activistas anticorrupción de África y del resto del mundo.

“Al principio en Francia no había voluntad política para escucharnos”, escribió en septiembre William Bourdon, de la ONG Sherpa. Según los analistas, la medida tomada por las autoridades suizas también es muestra de una postura más dura.

Se espera que Obiang se declare inocente de los cargos de blanqueo de capitales procedentes de la corrupción y malversación de fondos públicos. Marsigny dijo a AFP que el acusado “siempre ha dicho que se ganó el dinero de manera legal en su país”.

Pese a sus múltiples intentos, Teodorín Obiang no ha podido detener el juicio. En caso de ser declarado culpable, nadie espera que se presente o cumpla la condena. Pero para los activistas, el caso ya ha provocado que su padre pierda capital diplomático en la región y sentará un precedente importante.

“Necesidad compulsiva de comprar”

Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, el dictador africano que más tiempo lleva en el poder, nombró vicepresidente a su hijo en junio, justo después de ganar la reelección con el habitual porcentaje de más del 90% de los votantes.

Nacido en 1969, Teodorín Obiang tenía 10 años cuando su padre derrocó a su sanguinario tío, el dictador Francisco Macías Nguema.

Teodorín ha negado en todo momento haber cometido un delito. Durante una de sus comparecencias ante la Justicia francesa, un abogado que actuaba en nombre del Gobierno francés dijo que tenía una “necesidad compulsiva de comprar”.

Se sabe que Obiang compró el guante cubierto de cristales utilizado por Michael Jackson durante su gira 'Bad', valorado en cientos de miles de euros. Lo que no se sabe es dónde está ahora ese guante.

Según el Departamento de Justicia de EEUU, después de amasar 286 millones de euros mediante la malversación de fondos, la extorsión y el blanqueo de dinero, Obiang “se lanzó a gastar el dinero de la corrupción a diestro y siniestro en Estados Unidos”.

Los organismos de derechos humanos tienen a Guinea Ecuatorial en la mira debido a sus represivas leyes, sus asesinatos inmorales, el uso de la tortura y la corrupción.

En diciembre, los abogados de Obiang no lograron convencer a la Corte Internacional de Justicia de que su cliente tenía inmunidad diplomática y, por tanto, que no podía comparecer ante la justicia francesa.

Teodorín Obiang negó ser el dueño del yate de lujo embargado por las autoridades holandesas y se defendió diciendo que pertenecía al Gobierno de su país. Según la prensa especializada, Obiang tiene otro yate, aún más caro, en la ciudad marroquí de Tánger.

La esperanza de vida en Guinea Ecuatorial, el tercer productor de petróleo de África, es de 57 años para los hombres y de 60 para las mujeres, uno de los índices más bajos del mundo.

Traducido por Francisco de Zárate

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