Promesas rotas para los niños de Bangui víctimas de abusos por las fuerzas de paz
En 2015 salió a la luz que fuerzas de paz internacionales habían cometido abusos sexuales sobre niños de la República Centroafricana. Como resultado de las denuncias tuvo que dimitir el funcionario de la ONU Anders Kompass, responsable de la filtración que expuso el fracaso de la ONU para responder a los abusos.
Ahora la investigación ha revelado que algunas de las víctimas no tienen hogar, no van a la escuela y tienen que sobrevivir en las calles, a pesar de que la ONU dijo que los protegería.
David, un adolescente de 17 años que duerme a la intemperie cerca del aeropuerto de Bangui, dijo a los periodistas suecos del programa televisivo de investigación Uppdrag Granskning (Misión: Investigar) que se tenía que valer por sí mismo como podía. Otros jóvenes contaron historias similares.
“No he recibido ninguna ayuda”, dijo David, que fue interrogado por los funcionarios que investigaban las denuncias de abusos llevados a cabo por las fuerzas de paz francesas Sangaris, que luego fueron publicadas por the Guardianthe Guardian.
Las fuerzas Sangaris no formaban parte de la misión de paz de la ONU en la República Centroafricana, pero desde entonces han salido a la luz otros casos de abusos sexuales y explotación llevados a cabo por fuerzas de paz de la ONU de países como República Democrática del Congo, Benín y otros.
“No nos ayuda nadie. Estamos intentando salir adelante solos: lavamos ropa, vamos a por agua, lavamos coches. Así sobrevivimos desde entonces”, explica David.
Junior, de 16 años, también denunció haber sido abusado sexualmente por soldados. Quiere formarse para ser mecánico pero vive en la calle y no va a la escuela: “Nos gustaría tener alguna ayuda para poder estudiar”, afirma.
En 2015, cuando el escándalo salió a la luz, el presidente francés François Hollande se comprometió a “no tener compasión” hacia los soldados franceses que fueran declarados culpables de abusos en la República Centroafricana. La ONU dijo que realizaría sus máximos esfuerzos para proteger y ayudar a las víctimas.
Pero en diciembre se supo que los tres jueces franceses que habían investigado las denuncias no iban a procesar a los soldados. La decisión final la tiene el fiscal de París, pero fuentes judiciales aseguran que lo más probable es que los casos se archiven.
David dice que las víctimas ya no esperan que nadie cumpla con lo que les prometieron: “Pensábamos que las autoridades de la República Centroafricana harían algo. Pero hasta ahora, nada. Por eso ya no seguimos el caso. No sé nada. No tengo idea de cómo va la investigación”.
Nueve niñas embarazadas
De los 80 casos de abusos supuestamente cometidos por las fuerzas de paz internacionales en la República Centroafricana entre 2014 y 2016, la mitad involucra a niños. Nueve niñas quedaron embarazadas.
En enero de 2015 un soldado de Minusca (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana) dejó embarazada a Martha, que entonces tenía 14 años y estaba viviendo en un campo para desplazados en Bambari.
Después de que su padre fuera asesinado por una banda armada y su madre sufriera un colapso nervioso, Martha conoció al soldado congolés, que tenía más de 30 años. El soldado le daba comida y dinero, y le prometió que se casaría con ella. Pero mientras estaba embarazada, Martha descubrió que era seropositiva. Cuando la ONU supo del caso enviaron al soldado de regreso a su país, y Martha quedó sola a cargo de su hijo.
“Él dijo que me ayudaría, que me mantendría a mí y a mi madre que estaba en el hospital”, relata Martha. Ahora, en lugar de ir a la escuela, Martha se pasa el día lavando, cocinando y cuidando al bebé. “Echo mucho de menos la escuela”, dice. “De verdad quería volver a estudiar este año”.
Cuando la entrevistó la televisión sueca en enero, Martha aseguró que la ONU le había dado 10.000 francos CFA (unos 15 euros), una bolsa de arroz, un poco de azúcar y leche.
Unicef, que tenía a su cargo supervisar las ayudas a los niños agredidos por las fuerzas de paz, dijo que no estaba al tanto de que los jóvenes no estaban recibiendo ayuda.
Más de 200 niños registrados en el programa de ayuda de Unicef han declarado haber sido víctimas de abuso sexual a manos de las fuerzas de paz.
“La información que tengo es que hay una revisión semanal con los socios, y mi equipo sale a las calles para asegurarse de que aquellos que están registrados en el programa de protección estén recibiendo ayuda”, explica Aboubacry Tall, representante de Unicef en la República Centroafricana. “Puede que se nos esté escapando algo”, matiza.
Después de que los periodistas dieran a conocer la situación de Martha, personal de ONU se acercó a darle ayuda.
Un informe de la ONU publicado este mes afirma que los casos de explotación sexual y abusos a cargo de tropas y personal civil en las misiones de la ONU han aumentado en un 46%. Se registraron 145 casos en 2016, cuando en 2015 fueron 99. La gran mayoría de los casos sucedió en la República Centroafricana.
A principios de este mes, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció una serie de medidas propuestas para luchar contra los abusos llevados a cabo por las fuerzas de paz de la ONU de diferentes nacionalidades, que han sido denunciados en varios países. Sus propuestas incluyen retener los salarios de los soldados si los gobiernos no llevan adelante investigaciones apropiadas de las denuncias contra las tropas, depositando ese dinero en un fondo fiduciario para las víctimas.
Guterres también propuso la designación de un defensor de los derechos de las víctimas para las cuatro misiones de la ONU más afectadas por episodios de abuso sexual (la República Centroafricana, la RD Congo, Haití y Sudán del Sur).
Este año se pedirá a la Asamblea General de la ONU que apoye estas medidas.
Los nombres de los niños fueron modificados para su protección.
Inna Lazareva trabajó como investigadora de Misión: Investigar
Traducción de Lucía Balducci