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The Guardian en español

Así fueron las conversaciones secretas entre Irán y Turquía sobre la guerra siria

El presidente de Turquía, Erdogan, y el presidente iraní, Hasán Rouhaní.

Julian Borger

Irán y Turquía han mantenido conversaciones secretas sobre propuestas de paz para Siria desde 2013 hasta este año, pero las negociaciones se rompieron en medio de un ambiente de desconfianza mutua, de acuerdo con un nuevo informe publicado este martes por el think tank International Crisis Group (ICG).

El informe se basa en entrevistas con altas autoridades, incluido el ministro de Exteriores iraní y el presidente turco de entonces. El documento se publica al tiempo que las fuerzas leales al régimen, incluidas las milicias iraníes, atacan los últimos distritos de Alepo controlados por los rebeldes bajo la sospecha de masacres de civiles.

Este informe es el último de toda una serie de informes sobre el fracaso de la diplomacia durante los seis años del conflicto sirio. Se afirma que en septiembre de 2013, tres meses después de la elección del pragmático presidente iraní Hassan Rouhaní, Teherán presentó a Ankara una propuesta de paz que había sido elaborada en colaboración con Qassem Suleimani, jefe de Quds, la poderosa fuerza de élite de la Guardia Revolucionaria.

El plan pretendía lograr un alto el fuego seguido de la formación de un gobierno de unidad nacional y una reforma constitucional con el objetivo de limitar los poderes presidenciales. Lo más importante es que concebía la celebración de elecciones legislativas y presidenciales bajo la supervisión de la ONU. El plan fue objeto de varios meses de viajes diplomáticos entre el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, y su contraparte turco, Ahmet Davutoglu. Finalmente se derrumbó por las diferencias sobre el futuro papel del presidente sirio, Bashar al Asad.

“Estábamos de acuerdo en cada detalle, excepto en una cláusula de la fase final del plan que pedía elecciones bajo la supervisión de la ONU. Los líderes turcos querían vetar a Asad”, afirma Zarif en declaraciones recogidas por el informe. “Yo expresé que esto [permitir a Asad presentarse] no debería preocupar a Turquía en unas elecciones controladas por la comunidad internacional, especialmente si, como mantiene Turquía, Asad tiene un historial tan terrible y un electorado minoritario. Pero Davutoglu se negó y todos nuestros esfuerzos no sirvieron para nada”.

De acuerdo con el informe, titulado Turquía e Irán: amigos acérrimos, enemigos íntimos, el Gobierno turco no pensaba que Asad fuese a aceptar ningún proceso de transición que debilitase su control sobre el poder. Ankara todavía creía que su derrota militar era inevitable.

El presidente turco en el momento, Abdullah Gul, explica a ICG: “Nuestro Gobierno no buscó el acuerdo con Irán porque pensaba que Asad sería derrocado en unos pocos meses”.

“Para Ankara, las derrotas de Asad en el campo de batalla eliminarían la necesidad de la búsqueda de compromiso o, al menos, mejorarían las condiciones del acuerdo”, señala el informe.

El ICG asegura que tras el intento fracasado de golpe de Estado en Turquía se presentó una segunda oportunidad para el acuerdo entre Teherán y Ankara. Irán apoyó inmediatamente al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, provocando un nuevo deshielo y una vuelta a las negociaciones sobre Siria. Al mismo tiempo, los avances militares de las fuerzas kurdas del YPG [Turquía las considera una rama del PKK, organización terrorista turca] en el norte de Siria llevaron a una reconciliación similar entre Ankara y Moscú.

Aunque seguía sin haber acuerdo entre turcos e iraníes sobre el futuro de Asad, ambas partes centraron las conversaciones en otros asuntos, incluido si debería haber un sistema presidencial o parlamentario y cómo debería ser el reparto de poder. Tras dos rondas de alto nivel, señala el informe, las conversaciones se estancaron por la desconfianza mutua, agudizada por la decisión de Turquía de intervenir directamente en Siria con la misión Escudo del Éufrates, cuyo objetivo era impedir a las fuerzas del YPG controlar toda la zona fronteriza en favor de los kurdos.

“Las autoridades iraníes expresaron su sorpresa después de que Turquía no les hubiese notificado la operación a pesar de la presencia de una alta autoridad iraní en Ankara el día anterior al comienzo de la misión. Turquía podría haber temido que Irán hubiese avisado al YPG”, sugiere el informe.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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