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The Guardian en español

El gobierno británico cree que el proceso del Brexit se dilatará unos seis años

Imagen de archivo de banderas en el centro de Londres

Patrick Wintour

La complejidad de los esfuerzos de Reino Unido para separarse de la Unión Europea ha quedado clara por parte del ministro de Exteriores, Philip Hammond, que asegura que completar el proceso podría llegar a durar hasta seis años, y que la posibilidad de sellar acuerdos comerciales bilaterales de manera provisional puede ser limitada.

Así lo aseguró este martes Hammond, que llegó a la Cámara de los Comunes con la presión de explicar cómo será el proceso del Brexit. Contrario a la desconexión con Europa, Hamond dijo durante la campaña del referéndum que el trámite de salir de la Unión Europea podría durar más que la Segunda Guerra Mundial, y el martes no se desdijo de estos cálculos.

“La preocupación es esta”, dijo. “Si un futuro tratado entre Reino Unido y la Europa de los 27 es considerado una competencia mixta, deberá ser ratificado por los 27 parlamentos nacionales. Creo que estoy en lo cierto a la hora decir que el menor tiempo en el que esto se ha logrado en cualquier tratado de la Unión Europea es algo menos de cuatro años, y esto es después de tener en cuenta el tiempo que se ha necesitado en las negociaciones”.

Un acuerdo mixto es aquel que abarca asuntos sobre los cuales tanto la Unión Europea y el estado miembro tienen responsabilidad. Expertos en derecho tratarían el acuerdo como mixto si, por ejemplo, se tratasen no solo acuerdos comerciales –asunto que concierne exclusivamente a la Unión Europea– sino asuntos que tienen que ver con las políticas de exteriores o de seguridad, por las que los estados miembros son también responsables.

Los cálculos de Hammond sugieren que Reino Unido podría tardar dos años desde este invierno –asumiendo que el artículo 50 sea invocado– en negociar un acuerdo de salida, y después esperar otros cuatro años más a que éste sea ratificado. La flexibilidad de Reino Unido en el periodo entre el acuerdo de salida y el proceso de ratificación probablemente será sujeto de debate.

Hammond también destacó las dificultades a las que Reino Unido probablemente se enfrentará en la negociación de nuevos acuerdos comerciales bilaterales mientras siga siendo parte de la Unión Europea: “Hasta que hayamos presentado la notificación del artículo 50, permanecemos al completo. La participación como miembro de la Unión Europea y nuestra capacidad para negociar nuevos acuerdos comerciales están restringidos por la continuidad de la aplicación de la ley europea hasta que hayamos negociado nuestra salida de la Unión”, recordó.

“Tenemos que atravesar una cuidadosa ruta teniendo algunas negociaciones preliminares pero manteniéndonos en el lado correcto de nuestras obligaciones internacionales”, añadió.

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores británico añadió: “Somos conscientes de que necesitamos negociar y contratar más negociadores. Todavía somos miembro de la Unión Europea hasta que terminen del todo las futuras negociaciones”. Pero añade: “No hay razón para no mantener conversaciones preliminares, algo que ya hemos empezado a hacer”.

Hammond insistió en que sus advertencias sobre las complejidades del proceso del Brexit no implicaban un deseo por parte del Ministerio de dar la espalda al resultado del referéndum. “El próximo primer ministro tiene que tener muy claro que Brexit significa Brexit”, apuntó. “Negociaremos nuestra salida de la Unión Europea pero también pediremos negociar un acuerdo entre Reino Unido y los otros 27 estados de la Unión para regular nuestro comercio y otras relaciones con la UE”.

El gobierno consultará extensamente los términos de la salida de Reino Unido de la EU con Gales, Irlanda del Norte, Escocia y el alcalde de Londres. Sin embargo, Hammond no consultó con su homóloga laborista, Emily Thornberry, sobre si se consultará formalmente al Partido Laborista.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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