Merkel no consigue formar un gobierno de coalición, y su situación se complica
En Alemania, las negociaciones para formar un gobierno de coalición llegaron a un punto muerto poco antes de la medianoche del domingo, cuando el liberal Partido Democrático Libre (FDP) se retiró de la mesa de diálogo.
“Las cuatro partes no tienen una visión común para la modernización del país ni una base de confianza”, comunicó el líder del FDP, Christian Lindner, después de que los cuatro partidos involucrados en las negociaciones no respetaran los plazos establecidos para resolver las diferencias en materia de inmigración y política energética. “Es mejor no gobernar que gobernar mal”.
Caída del euro en los mercados asiáticos
El euro se depreció durante la noche en los mercados asiáticos por la incertidumbre en el país que es percibido como el motor de Europa. El euro bajó un 0,6% contra el yen, el mínimo de los últimos dos meses, y cayó un 0,5% contra el dólar.
La canciller Angela Merkel estaba intentando forzar una coalición entre su Unión Demócrata Cristiana (CDU), su hermana bávara, la Unión Social Cristiana (CSU), el liberal FDP y los Verdes, después de las elecciones federales de septiembre.
Merkel se refirió al colapso en las negociaciones como “un día casi histórico” e insistió en que los partidos habrían sido capaces de llegar a un compromiso, incluso a pesar de sus visiones muy distantes en cuanto a migración. También describió el abandono de FDP como “lamentable”.
La denominada coalición “Jamaica” -–apodada así porque los colores tradicionales de los partidos son los de la bandera jamaicana– sólo se ha probado anteriormente a nivel regional, pero era la única opción plausible para Merkel.
Los socialdemócratas descartan otra gran coalición
El líder socialdemócrata, Martin Schulz, cuyo partido formó parte de la coalición con Merkel durante los últimos cuatro años, descartó otra gran coalición durante su liderazgo. “El votante ha descartado la gran coalición”, dijo Schulz el domingo durante una conferencia del partido en Nuremberg. Si se repite la gran coalición entre los dos grandes partidos también significaría que el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) sería la oposición oficial.
Durante el mes de negociaciones, Merkel ha adoptado a veces un papel pasivo, mientras que representantes del partido se encontraban en desacuerdo sobre temas como a cuántos de los migrantes que llegaron a Alemania entre 2015 y 2016 se les permitirá reunirse con sus familias.
Con la crisis de los refugiados la migración se convirtió en un tema polémico en Alemania, después de que 1,2 millones de migrantes entraran en el país entre 2015 y 2016. Las represalias contra la decisión de Merkel de mantener abiertas las fronteras ha resultado en que un partido de ultraderecha entre en el parlamento alemán por primera vez en 50 años.
La migración en el punto de mira
En las charlas en Berlín para llegar a una coalición, el CDU, el CSU y el FDP se enfrentaron por sus posiciones en cuanto a hacer más estricto el control migratorio.
Según informes de los medios alemanes, el partido Verde sugirió un compromiso durante el fin de semana según el cual estarían de acuerdo con limitar la admisión anual de migrantes a una cifra de referencia de 200.000, siempre que los otros partidos no descartaran permitir a los migrantes con un estatus de “protección subsidiaria” reunirse con sus familias.
Los partidos también han tenido dificultades para encontrar un terreno común en cuanto al cambio climático. Los Verdes llaman a una reducción de la energía proveniente del carbón de unos 8-10 gigavatios, mientras que los integrantes de la coalición han mostrado su preocupación con respecto a la pérdida de puestos de trabajo en los sectores energético e industrial.
A principios del fin de semana, el líder del FDP, Christian Linder, anunció una fecha límite para las negociaciones iniciales. “Si no llegamos a un acuerdo para las seis de la tarde del domingo, se acaba todo”, dijo su adjunto, Wolfgang Kubicki. Aún así las negociaciones se extendieron más allá de ese límite.
Si los partidos hubiesen llegado a un acuerdo, las negociaciones habrían avanzado a la siguiente fase, en la que un documento con los acuerdos principales constituye la base para establecer los roles ministeriales.
Ahora que las negociaciones parecen haber llegado a su fin, Merkel podría intentar formar un gobierno de minoría, con el FDP o con los Verdes, y obtener el apoyo de otros partidos en las votaciones de políticas en particular.
Si se agotaran todas las opciones, el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, podría disolver el parlamento actual y convocar nuevas elecciones. De hecho, la propia canciller considera la vía de una nueva convocatoria electoral una mejor opción: “Mi punto de vista es que las nuevas elecciones serían un mejor camino”, ha declarado en una entrevista a la cadena ARD. Sin embargo, para llegar a ese punto, Steinmeier tendría que poner en marcha un complicado proceso que incluye un voto parlamentario sobre el papel de Merkel como canciller provisional.
Aunque el debate de las últimas semanas se ha centrado principalmente en las diferencias políticas ente los partidos, parece que pronto se centrarán en la canciller, y sobre si sigue teniendo suficiente poder como para mantener unido un gobierno firme.
Traducido por Marina Leiva