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EEUU se aleja del principio de neutralidad de la red

Tom Wheeler, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE.UU. | EFE

Marilín Gonzalo

Madrid —

Aquel pilar fundamental y principio básico de internet que es la neutralidad de la red ha sido gravemente tocado por las nuevas reglas que propone la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC). La neutralidad de la red implica que todo el contenido de internet debe ser tratado de la misma manera en su tránsito a través de las 'cañerías' de la red.

La FCC ha comunicado que propondrá unas “nuevas reglas” que permitirán a compañías como Disney, Google o Netflix pagar directamente a los proveedores de servicios de internet, como Comcast o Verizon, por vías rápidas especiales en la web para enviar vídeo u otro tipo de contenido a sus clientes. Según la nueva propuesta, los proveedores de banda ancha podrán cobrar a las compañías un cargo “premium” por acceso a las vías más rápidas. De esta forma los operadores ven una nueva forma de ingresos: cobrarían por un lado a las compañías proveedoras de contenidos y por otro a los usuarios, como ahora.

Esta propuesta llega tres meses después de que un tribunal de apelaciones federal decidiese en contra de las recomendaciones de la Agencia. En enero de este año, la Corte del distrito de Columbia, que intervenía en el caso de Verizon contra la FCC, sentenció que los proveedores de servicios de internet son libres de llegar a acuerdos con compañías como Netflix o Amazon para que estas paguen para enviar su contenido a sus clientes a cambio de tener acceso a una “vía rápida” en la web.

Los cambios propuestos afectan directamente al principio por el cual ningún tipo de contenido de internet puede ser discriminado, y que los usuarios deberían tener igual tipo de acceso para consumir el contenido que elijan.

Según Tom Wheeler, presidente de la FCC, las críticas que dicen que la FCC está “destripando” este principio de internet están “completamente equivocadas”. Según él, estas nuevas reglas defenderán la neutralidad de la red siguiendo las líneas de la decisión del tribunal. “No hay una vuelta atrás en la política de la FCC”, dijo. “Las mismas reglas se aplicarán a todo el contenido de internet. Así como con las reglas originales de internet, y en consistencia con las decisiones de la Corte, todo comportamiento que dañe a los consumidores o a la competencia no será permitido”.

El movimiento aparece como un intento de la FCC por encontrar un punto medio entre sus promesas de mantener abierta a internet y la presión de los operadores de banda ancha y los grandes proveedores de contenidos para explorar nuevos modelos de negocio.

El problema es que el tratamiento preferencial inevitablemente resulta en discriminación para los más pequeños o menos poderosos, y compañías que nacen pequeñas, como en su momento lo fueron Twitter o muchas startups tecnológicas podrían ver limitadas sus posibilidades. Michael Weinberg, vicepresidente de Public Knowledge, una asociación de consumidores, dijo que “este estándar permite a los operadores de internet poner un nuevo precio de entrada a la innovación en internet”.

La sentencia en el caso Verizon trajo a discusión la cuestión fundamental de si internet como tal es una utilidad de importancia vital, como se considera a las líneas de teléfono o a la electricidad, y si en ese caso debe ser regulada más estrictamente. Las regulaciones previas de la FCC prevenían a los operadores de llegar a acuerdos con proveedores de contenidos, pero la Corte dijo que como internet no se considera una utilidad bajo una ley federal, no está sujeto a ese tipo de regulación.

Wheeler venía hace meses señalando que si esta decisión barría con aquellas regulaciones anteriores en las que se atendía el principio de neutralidad de la red, la comisión podría verse forzada a relajar sus definiciones sobre lo que constituye una internet abierta.

Según la propuesta, para que estos acuerdos entre operadores y empresas proveedoras de servicios puedan ser aprobados, es requerido que actúen “en una manera comercialmente razonable”. Para que sean aprobados, la FCC deberá dar su autorización caso por caso. Además, los operadores de banda ancha deberían revelar ciertos datos que hasta ahora no eran conocidos, por ejemplo cómo tratan a todo el tráfico de internet, en qué términos ofrecen vías más rápidas y si esta asignación ha favorecido a las compañías afiliadas que proveen contenido.

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