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Alcalá: “La distribución de cine estaba basada en la escasez”

El estreno mundial de El Cosmonauta es el sábado 18 de mayo, en todas las pantallas al mismo tiempo

Pablo G. Bejerano

El Cosmonauta es una película española porque sus creadores lo son, pero la financiación ha venido de muchos lugares del mundo. Se trata de un proyecto cinematográfico pionero en el uso del crowdfunding, que comenzó a forjarse cuando el término aún no se había puesto de moda. El director y guionista Nicolás Alcalá comenta que la obra empezó como un corto y decidieron hacer lo que se hace siempre con un corto: pedir dinero a los amigos. La diferencia es que ofrecían merchandising a cambio y la propuesta se fue extendiendo.

A partir del argumento sobre un cosmonauta ruso que se pierde en un viaje espacial pero es capaz de regresar a la tierra, los creadores desarrollan una trama que se inspira en la carrera espacial y en el mito de los cosmonautas fantasma. La película, lanzada con licencia creative Commons al igual que se hizo con el documental sobre The Pirate Bay, es sólo una parte de la historia. Alrededor hay también 34 cortos y una ficción en Facebook, donde se han abierto perfiles con los personajes del film, que interactúan entre ellos.

Este martes 14 de mayo hay un pre-estreno de la película en Madrid, al que siguen otros durante la semana hasta llegar al sábado 18. Este día, a las 20:30 hora se produce el estreno a nivel global, simultáneo en cines, televisión e Internet (además del lanzamiento en DVD). Entrevistamos a Nicolás Alcalá, director de El Cosmonauta.

PB - ¿En qué consiste la experiencia transmedia que acompaña a la película?

NA - Transmedia básicamente es contar una historia en diferentes plataformas y en diferentes formatos. Es no constreñir la historia a simplemente que la película esté en una pantalla de cine, sino que pueda dividirse en episodios de alguna forma o que la puedas partir. A lo mejor una parte de la historia se cuenta con una película, pero otra se cuenta con una webserie o con un libro, un cómic, un videojuego.

En nuestro caso, para el universo narrativo que hemos creado, la película es el centro, pero alrededor va a haber 34 cortometrajes que amplían la historia y te permiten conocer más sobre los personajes. Te permiten profundizar un poco más en este universo de la carrera espacial que nosotros estamos contando. Aparte va a haber un libro escrito por uno de los personajes. Y hemos hecho una narración en Facebook, creando trece perfiles que son personajes de la película, que se han podido seguir a lo largo de varias semanas, durante las que se ha podido ver cómo vivían.

PB - Con tantos soportes donde contar una historia, ¿ha dado lugar a muchos cambios el proceso creativo?

NA- La película ha estado en constante evolución. Tanto el guión como el proyecto los hemos estado reinventando y aprendiendo cada día hasta llegar a la película que tenemos hoy. Estuvimos haciendo cambios hasta el último minuto.

PB - ¿Hay previstas secuelas de la película?

NA - Lo único que va a haber es un libro, que tiene fotografías sacadas por los personajes y además un poemario escrito por uno de los personajes. Y ese libro va a ser el DVD. No vamos a editar un DVD al uso sino un libro que va a contener todos los transmedia y la película.

PB - ¿Cómo ha quedado la financiación?

NA - La financiación está cerrada desde hace dos o tres meses, cuando decidimos no aceptar más productores. Pero no significa que toda la película esté financiada. Realmente todavía nos quedan un montón de sueldos por pagar del equipo, que ha decidido diferir sus sueldos. El primer dinero que entre ahora irá a pagar al equipo. Y una vez que se le haya pagado ya se empezarán a generar beneficios.

PB - ¿Cómo es el modelo de negocio para la película?

NA - Nosotros descubrimos que la distribución de cine estaba basada en la escasez, como en cualquier mercado. Tú tienes algo que es escaso y la gente paga por ello. Cuanto más escaso sea más caro es. Antes tenías que pagar por ver la película en el cine, tenías que pagar por verla en DVD cuatro meses después, pagabas por verla en televisión un año más tarde y al cabo de dos años ya estaba en abierto.

Desde que ha nacido Internet esto se complica un poco porque ahora se generan infinitas reproducciones de la película. Y cuando algo es infinito ya no puedes vender escasez. Lo que nos planteamos es cómo conseguimos generar valor para nuestra película. Se nos ocurrieron dos cosas. Por un lado, lo que había que hacer era recuperar la relación entre el fan y el creador, porque cuando existe esta relación el dinero no es un problema. Si consigues ese tipo de relación vas a poder seguir haciendo tus obras y creándolas para ese público, que las está pagando de alguna forma. Por otro lado, lo que podíamos hacer era crear valor añadido. Como la película va a estar gratis vas a poder decidir cuánto pagar. Puedes pagar nada o lo que tú quieras. Y a partir de cinco euros habrá acceso a un montón de piezas transmedia, a piezas detrás de las cámaras, a una newsletter privada. Y aparte se podrá comprar merchandising, la edición coleccionista del DVD o la edición especial.

PB - ¿Qué obtienen los productores de la película?

NA - Decidimos hacer dos modelos. Los que querían aportar pequeñas cantidades son los que llamamos productores. Para ellos hicimos una tienda online en la que vendíamos merchandising de la película: camisetas, libros, pre-venta del DVD. Se podía pagar a partir de dos euros, la cantidad mínima, y se ayudaba a la película comprando algo. El otro modelo es el de los inversores. Estas personas creían un poco más en el modelo y decidían invertir su dinero a cambio de un porcentaje en los futuros beneficios. Con ellos se firmaba un contrato y tendrán un porcentaje de los futuros beneficios, si los hay.

PB - ¿A partir de qué cantidad podías convertirte en inversor?

NA - En los primeros dos años del proyecto la cantidad mínima eran mil euros. Pero tuvimos un problema antes del rodaje. A una semana de que empezara se nos cayó un coproductor ruso que teníamos, que iba a poner 120.000 euros, la mitad del presupuesto para el rodaje. Nos fuimos a Letonia a rodar sin billete de vuelta y lo que hicimos fue grabar un vídeo y pedirle a nuestra comunidad que salvaran El cosmonauta, que reuniéramos unos 30.000 ó 40.000 euros en un mes para poder volver. Ocurrió algo increíble, recaudamos 130.000 euros en tres días. En ese momento permitimos a cualquiera que quisiera invertir que lo hiciera a partir de 100 euros. Esto se mantuvo hasta el final del proyecto.

PB - ¿Ha habido quejas por los retrasos?

NA - No, porque hemos seguido una política de transparencia total. Hemos contado en todo momento, si nos estábamos retrasando, por qué era, en qué punto estábamos, qué cantidad de dinero teníamos, y todo el mundo ha visto los progresos que íbamos haciendo poco a poco. Como cualquier proyecto conocido hemos tenido muchísimos fans que nos adoran y muchísimos detractores que nos odian. Pero creo que en un proyecto tan público es normal que haya todo tipo de reacciones.

PB - ¿Cuál es el objetivo de la licencia Creative Commons?

NA - Lo que más nos preocupa es que cualquier persona pueda decidir cómo, cuándo y dónde quiere ver la película. Y esto implica que tú puedas elegir si la quieres copiar o si la quieres exhibir en algún sitio. La película es del público y nosotros le damos la oportunidad de poder exhibirla, si quiere, e incluso con ánimo de lucro, si llega a un acuerdo con nosotros. También le damos la oportunidad de que la comparta y le animamos a ello. Porque al final lo que hacemos es generar un ecosistema en el que la gente nos apoye para que nosotros podamos seguir haciendo películas y el público disfrutándolas. También vamos a subir a Internet 140 horas de brutos para que cualquier pueda reutilizarlos, al igual que la película.

PB - ¿Qué tal ha ido la distribución en cines?

NA - El problema que hemos tenido con los cines es el de estrenar al mismo tiempo en Internet que en cine y en DVD. A los cines esto no les hace mucha gracia porque ellos creen en el sistema de ventanas de exhibición. Nosotros nos hemos saltado el paso de la distribución convencional en cine. Lo que hemos hecho ha sido poner a disposición de cualquiera la oportunidad de poder organizar una proyección. La puede organizar lo mismo un cine o fans de la película que simplemente la quieren proyectar en su cineclub, en su casa o en su universidad. O incluso alquilar un cine para organizar una proyección convencional. Con esto conseguimos que haya microdistribuidores en todo el mundo que están organizando pases de la película. De momento ya tenemos cerca de 50 proyecciones diferentes en 12 países diferentes.

PB - ¿Se pasará en salas convencionales?

NA - Sí, hay muchas proyecciones que se van a pasar en salas de cine convencionales. Lo que no van a hacer es estar en cartelera durante dos semanas. No va a haber cuatro pases de la película. Habrá un pase y según vaya habiendo demanda irá habiendo más. Lo que no quita que haya algún cine que la programe de forma convencional. Hay un cine en Kiev que la tendrá tres semanas. No es incompatible con el otro modelo.

PB - ¿Y en la televisión?

NA - Acabamos de cerrar un acuerdo con Canal +. Nuestro estreno va a ser el primero en la historia de España, y creemos que en el mundo, que se va a estrenar en todas las pantallas al mismo tiempo. Va a estar en DVD, en cine, en Internet y también en televisión. El mismo día que la película se estrena en Internet, a la misma hora (el sábado 18, a las 20:30) la película se va a pasar por Canal+. A parte va a estar en otras plataformas bajo demanda. Hemos cerrado un acuerdo con Yomvi, estamos hablando con Nubeox, con Filmin y con plataformas de VOD extranjeras, como Hulu o Netflix.

PB - En cuanto a la película en sí, ¿cómo surgió la idea de los cosmonautas fantasmas?

NA - Surge principalmente de un mail que me envió Bruno, mi socio, hablándome de un proyecto de Jean Foncuberta, que se llama Sputnik. Contaba la historia de un cosmonauta que se había perdido y del que habían encontrado unas fotografías. Después lo habían borrado de las fotografías oficiales. A partir de ahí empecé a descubrir que había un montón de leyendas negras sobre cosmonautas perdidos, porque en Rusia cuando las cosas salían bien las contaban y cuando no salían bien no las contaban.

Con esto pasaba igual, así que había muchos accidentes que nunca salieron a la luz o que salieron años más tarde. La idea de un cosmonauta que se pierde durante varios meses me empezó a fascinar. Empecé a escribir historias de cosmonautas perdidos y en un momento dado surgió la historia que finalmente se convirtió en El cosmonauta.

PB - La película está rodada en inglés, pese a ambientarse en Rusia y ser los creadores españoles. ¿Cuál fue el motivo?

NA - La película transcurre en Rusia, todos los personajes son rusos. Todos los textos, las señales, el lugar: todo está en ruso. Lo único es que decidimos rodar en inglés porque rodar en ruso iba a ser bastante complicado y bastante caro, y yo no iba poder dirigir a los actores. No era muy viable. Ya que no íbamos a rodar en ruso, que artísticamente hubiera sido lo adecuado, ya que teníamos que elegir otro idioma, para nosotros tenía mucho más sentido elegir el inglés, que es un idioma internacional. Porque el proyecto nació de forma internacional, de hecho siempre hemos tenido la información de forma biligüe y hemos apuntado a un target internacional. Tenía sentido hacer una película que pudiera disfrutar cuanta más gente mejor.

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