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Un festival de movilmetrajes entre lechones

Fotograma del movilmetraje 'Conviviendo'

Paula Corroto

Rodeado de montañas donde retozan jabalíes y venados, cercado por campos donde conviven cerdos y caballos, en ese punto preciso de Sierra Morena que divide a Ciudad Real y Córdoba, se encuentra Fuencaliente, un pequeño pueblo manchego de poco más de mil habitantes. La ganadería y el negocio del aceite son los principales sustentos de este municipio en el que, al caer la tarde, como en tantos otros lugares de España, los bares se llenan de sus lugareños. Mucho vino, mucha tapa de lechón, de ciervo y de secreto ibérico.

Costumbres ancestrales que, sin embargo, no han impedido que la productora A Cámara Lenta, de Alberto Gutiérrez y Jaume Quiles, haya puesto en marcha el primer Fuencaliente Rural Film Fest, un encuentro que se celebrará este fin de semana y al que se han presentado 317 cortometrajes y varios movilmetrajes, mínimos cortos realizados con smartphones y tabletas por los propios habitantes del pueblo. La tecnología toma la tierra del lechón.

“La idea de los movilmetrajes surge de incluir una sección en la que los habitantes de Fuencaliente pudieran participar activamente en el festival. La principal condición es que se graben con cualquier dispositivo móvil, con una duración máxima de dos minutos”, cuentan a eldiario.es los promotores de este evento que se ha financiado sin subvenciones públicas y únicamente con la aportación de Caja Rural Castilla-La Mancha, Fama Acapulco y un mecenas privado del pueblo. Eso sí, tanto Quiles como Gutiérrez señalan que han contado con el apoyo inestimable del ayuntamiento y diversas asociaciones del pueblo.

Las temáticas de estos pequeños cortos van de la comedia, al drama y el terror con muchas localizaciones tomadas en la sierra que circunda al municipio. Para muchos ha sido la primera vez que se han acercado a las posibilidades que el universo tecnológico ofrece a la creación cinematográfica, si bien es cierto que existe un amplio desarrollo en cuanto a las aplicaciones que permiten la grabación de vídeos y no sólo reproducirlos.

Algunas apps útiles para hacer vídeo con el móvil

De hecho, el sistema iOS (iPad e iPhone) tiene en su tienda Filmic Pro y Movie Pro. La primera (4,49 euros) tiene la opción de seleccionar presets (archivos que permiten hacer varios retoques con un solo clic) para modificar los fotogramas, y también consigue establecer y bloquear la exposición, enfoque y balance de blancos. La segunda posee las mismas prestaciones, pero es aún más barata (2,69 euros).

En Android, y sólo por citar algunas, se encuentran las gratuitas Slate it!, que incluso te dibuja una claqueta para controlar los tiempos y tomas de la grabación, StopMotion, que como su nombre lo indica, posee la técnica del StopMotion o VideoCam Illusion, que crea efectos de forma simultánea a la grabación. Además, esta última app se puede sincronizar con YouTube, Gmail y Dropbox. Para aquellos que tengan dispositivos con sistema Symbian (un Nokia, por ejemplo) existen, entre otras muchas, PV Recorder, YoGrabo o Qik, todas ellas gratuitas, aunque son más simples que las que se pueden encontrar en Apple y Android.

Creación para todos en tiempos inciertos

“La inmediatez de tener ya la cámara en el móvil y también te puede ayudar a pasar más desapercibido si quieres grabar en algún sitio más restringido o sin llamar la atención.”, afirma Álvaro Oliva sobre las posibilidades de los movilmetrajes.

Él dirigió hace ya algunos años ‘Conviviendo’, de un minuto de duración y en este festival de Fuencaliente presenta el corto ‘Posturas’. Su trabajo es una muestra de que la grabación de una historia es hoy una realidad al alcance de cualquiera con un pequeño dispositivo. “Grabé el vídeo y luego ya lo llevé al editor como si lo hubiese grabado con una cámara normal. Es un plano secuencia así que menos complicación. ” añade Oliva.

Una idea barata –sin cámaras, sin luces, sin aparatos de sonido-, pero con ganas de llevarla adelante, como le sucedió a Jaume Quiles, cuando, tras una visita al pueblo el pasado mes de abril –su madre es de allí- decidió montar el festival. “Surgió de un viaje de vuelta de Madrid a Elche, de una conversación entre amigos”, señala. El 10 de abril se puso en marcha y poco a poco consiguieron la implicación de todos los habitantes “de Javi, Vicen, Mode, David, Maria Juana, Arnulfo, Macarena, Santi Raquel, Paco y un largo etcétera”, que se prestaron sin problemas a la grabación de un curioso spot publicitario. Después comenzaron a recibir los cortos, que proceden no sólo de España sino de Canadá, Estados Unidos, México, Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Rusia, Noruega, Inglaterra, Irlanda, Bélgica, Francia, Italia, Grecia y Portugal.

Un tinte internacional que demuestra, además, las posibilidades de la creación en estos tiempos inciertos. “Creemos que la mejor manera de salir de este ”fregao“ es hacer cosas y quitarnos el rollo de que nos lo den todo hecho. Evidentemente sabemos que la situación está mal. Pero si nos quedamos de brazos cruzados no vamos a levantar cabeza. Hay que comenzar a quitarse el lastre que vamos a arrastrando en estos últimos años. Al menos el festival puede ayudar a olvidar durante cuatro días de la situación actual y disfrutar del séptimo arte al aire libre en un entorno único”, resumen Quiles y Gutiérrez. Y, desde luego, con un buen tinto, una tapita de lechón o unos tragos de ajoblanco, los malos momentos son mucho más llevaderos.

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