Cómo preocupa a gobiernos y empresas el ciberespionaje de EEUU
Tres meses después de que las filtraciones de Snowden permitieran a The Guardian y The New York Times revelar públicamente la vigilancia estadounidense, la cuestión sigue inquietando y no sólo son los ciudadanos quienes muestran preocupación. Algunos gobiernos han tomado medidas para asegurar su integridad frente a la vigilancia de programas como PRISM, mientras que existen compañías decididas a afinar sus mecanismos de defensa.
El último caso tal vez sea el de un proveedor de servicio belga, que ha detectado en sus sistemas un tipo de virus avanzado, cuya misión consiste en robar información de las llamadas de teléfono que el operador registraba. Belgacom ha denunciado esta situación ante las autoridades de su país, que actualmente investigan lo que ha ocurrido y tratan de averiguar quién está detrás.
La complejidad del malware sugiere que su desarrollo lo ha realizado una agencia de inteligencia y con esta pista es fácil que las miradas se vuelvan hacia la NSA (National Security Agency) de Estados Unidos. El virus habría accedido a dos años de llamadas, infectando algunas decenas de servidores y de estaciones de servicio, según ha informado el periódico flamenco De Standaar.
En Bélgica la inquietud trasciende a la esfera política, pues el Senado ya ordenó una investigación en el mes de julio, que precisamente daba comienzo en septiembre. Su objetivo es recopilar información técnica y jurídica sobre el programa PRISM, así como analizar el riesgo que éste puede representar para la fuerza económica y científica del país.
El gobierno belga sigue así la estela marcada por las autoridades europeas de protección de datos, quienes anunciaron en bloque su intención de investigar hasta dónde ha llegado el programa de ciberespionaje. El G29, grupo con representantes de las instituciones de cada país, se ha mostrado dispuesto a descifrar en qué puntos se viola la normativa europea y las nacionales. Una actitud más activa que la postura oficial adoptada por la Unión Europea, que en un principio se limitó a pedir explicaciones a Estados Unidos sobre PRISM.
Prevención ante la posibilidad de ser espiado por un socio
Estados Unidos y Francia son socios en múltiples áreas. El segundo volvió a la OTAN después de casi 40 años de ausencia y ambos comparten la misma opinión sobre diversos temas de relaciones internacionales, buena prueba de ello es el posible ataque a Siria. “No podemos aceptar esta clase de comportamiento entre socios y aliados”, destacó el presidente francés François Hollande cuando supo que la NSA habría intervenido las comunicaciones de oficinas diplomáticas galas en Nueva York y Washington.
El primer ministro de Francia Jean-Marc Ayrault ha ido más lejos. En un reciente documento prohibía a sus ministros utilizar sus smartphones y tabletas para enviar o manejar información sensible. La recomendación se hace a raíz de amenazas de seguridad recientes y se deja claro que los datos de carácter secreto sólo podrán transmitirse a través de dispositivos con sistemas de seguridad y encriptación garantizados oficialmente.
El acuerdo de ciberdefensa entre Argentina y Brasil
Las revelaciones del programa PRISM ha conducido a algunos gobiernos a tomar nuevas decisiones para proteger su información. Argentina y Brasil han llegado al punto de firmar un acuerdo en materia de ciberdefensa. La idea es crear un sistema que proteja la información y las actividades de ambos países, que completarán su intención con una respuesta técnica dentro de dos meses.
Los ministros de defensa de Argentina, Agustín Rossi, y de Brasil, Celso Amorim, han justificado esta alianza como una reacción a la vigilancia que Estados Unidos llevó a cabo sobre Latinoamérica, gran parte de la cual se vertió sobre el país carioca. El acuerdo establece el desarrollo de sistemas de contrainteligencia en información digital, el entrenamiento de unidades argentinas por técnicos brasileños y futuros encuentros para consensuar la etrategia a seguir.
Imagen: neotint