Tres años de revueltas interconectadas
¿Existen elementos comunes entre la explosión del 15M español y el nacimiento de #YoSoy132 en México? ¿Se puede trazar algún paralelismo entre la defensa del Gezi Park de Estambul y las revueltas comenzadas por el Passe Livre en Brasil? ¿Hay patrones compartidos en las revueltas que sacuden el mundo desde el estallido de la Primavera Árabe?
Si apenas se tienen en cuenta causas concretas, las revueltas podrían parecer inconexas. El grito de “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” del 15M tendría poco que ver con el “Si la tarifa no cae, la ciudad va a parar” de las revueltas de Brasil. Occupy Wall Street estaría lejos del #YoSoy132 mexicano que nació contra la criminalización de 131 alumnos de la Universidad Iberoamericana. Sin embargo, el imaginario de todas las revueltas parece conectado por algo que escapa a la lógica.
El “vamos hacer como en Tahrir” (la plaza de El Cairo) era un eco de “los cuarenta de Sol” que acamparon en Madrid la noche del 15M de 2011. “Acabou a modormia, o Rio vai virar outra Turquía” (se acabó la buena vida, Río va a convertirse en otra Turquía) resonaba en las manifestaciones iniciales de Río de Janeiro. El hashtag #TomaLaCalle que agitó a los indignados españoles se reutilizó y remezcló en la movilización peruana de julio de este año.
Anonymous Rio hackeó la cuenta de Twitter de la Rede Globo y colocó tres palabras: Democracia Real Ya. Y el imaginario de Occupy está presente en la mayoría de revueltas de los últimos tiempos. ¿Qué, cómo y por qué flota en el aire una conexión inexplicable a primera vista?
Hay, eso sí, conexiones o semejanzas más concretas. Tras la desocupación de la acampada de #direngezi de las plazas turcas, el flujo #direnODTU pone sus esfuerzos en plantar árboles en espacios donde el Estado tiene planeadas megainfraestructuras. Y eso exactamente hace el Movimento Pró-Árvore (Fortaleza) o Fica Ficus (Belo Horizonte) en Brasil, buscado en la red por los participantes de las acampadas turcas.
¿Coincidencias? ¿Contagio formal? Sin existir una respuesta única y definitiva, lo cierto es que hay un creciente número de analogías. Hechos, memes, estética, procesos, protocolos compartidos.
Los abusos policiales de las protestas de Brasil hacen que nazca la red Avogados Ativistas, similar en protocolo a Legal Sol o Toma Parte del 15M. Tras la explosión de #YoSoy132, surge la plataforma Artistas Aliados para criticar a los intermediarios de la industria. Después de Occupy Wall Street, llegó el Occupy Musicians. Y más y más semejanzas. El TomaLaTele del 15M se replicó en un sinnúmero de países. OccupyNews, como el OccupyGeziNews, es un común. Los mexicanos de #YoSoy132 rodearon la redacción del canal televisivo Televisa. Y los brasileños crearon #OcupeAMídia y cercaron la todopoderosa RedeGlobo. Y más y más.
Mapa conceptual de la tecnopolítica elaborado por Javier Toret.
¿Coinspiraciones? ¿Contagio formal? ¿O hay algo más? ¿Podríamos afirmar que existen analogías antropológicas, tecnológicas y/o sociales? ¿Patrones red que se repiten al margen de contextos políticos y causas concretas? La Global Revolution Research Network (GRRN) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) nace precisamente partiendo de una hipótesis: existen patrones de autoorganización de las diferentes revueltas surgidas desde la revolución de los Jazmines de Túnez.
El objetivo de este grupo transdisciplinar es encontrar patrones red, elementos comunes y conexiones en las movilizaciones de Túnez, Egipto, España, Estados Unidos, México, Turquía y Brasil. Por ejemplo, la conexión de Turquía y Brasil aparece de alguna manera en la visualización realizada por Interagentes sobre la movilización del 6 de junio, en la que dos cuentas turcas (Recep Tayyip Erdoğan - Türkiye'nin Gururu y Diren Gezi Parkı) figuran entre las diez más compartidas en el evento de Facebook de São Paulo.
Las conclusiones del primer encuentro del grupo, 'Tres años de revueltas interconectadas', celebrado en Barcelona a finales de octubre, destacan “la centralidad de las redes de comunicación digital, su dimensión global, la existencia de patrones comunes de acción colectiva, así como la defensa de la democracia y la libertad de acceso a la información”.
Javier Toret, coordinador del estudio “Tecnopolítica: la potencia de las multitudes conectadas” realizado por 15Mdatanalysis para la UOC y uno de los impulsores del GRRN, asegura a eldiario.es que “los marcos teóricos tradicionales no están a la altura de la complejidad de estos nuevos movimientos red”. Por ello, prosigue Toret, es necesario “usar métodos cruzados entre ciencias complejas, teoría de redes, apoyado en datos y cruzar campos disciplinares”. Uno de los conceptos clave para la investigación del GRRN es la tecnopolítica, que Toret aleja del “clickactivismo” o “ciberactivismo”.
La tecnopolítica reconoce a la multitud como un nuevo sujeto político. La tecnopolítica genera movimientos red. La tecnopolítica genera acción multicapa, hibridando espacios físicos y espacios digitales. De las redes a las calles. Y al contrario.
Toni Blanco, participante del GRRN, afirma a eldiario.es que no podemos llamar movimiento social al 15M: “el 15M queda mejor descrito como una ”red tecnopolítica ciudadana“. Red y no movimiento. Tecnopolítica y no ciberactivismo.
Un párrafo del estudio “Tecnopolítica del 15MDatanalysis” redondea el concepto: “Esta multitud conectada tiene una anatomía híbrida, física y virtual, en la que destacan las identidades colectivas, posee forma de red y la capacidad de producir activaciones emocionales, convirtiendo el malestar en empoderamiento”. ¿Ocurre lo mismo que en el 15M en #YoSOy132, Occupy, Diren Gezi o en las revueltas brasileñas?
Arriba, redes competitivas (partidos); abajo, redes colaborativas (revueltas globales).
Nada como el uso del denominado big data para profundizar en los padrones red que se repiten en las revueltas interconectadas. Los grafos –visualizaciones de redes– de las organizaciones tradicionales revelan un padrón claramente competitivo.
El estudio elaborado por 15Mdatanalysis (arriba izquierda, página 22 de esta presentación) sobre la relación de los partidos políticos españoles antes de las elecciones del 20 de noviembre de 2011 muestra que no existen interacciones entre las diferentes comunidades de los partidos. Los actores centrales son los designados previamente como líderes.
Lo mismo ocurre en el estudio realizado por el LABIC de Brasil (arriba derecha), que prueba la endogamia del Partido de los Trabajadores (rojo) y el Partido de la Social Democracia Brasileira (azul) frente al diálogo cruzado de las comunidades del Movimento Passe Livre y Anonymous.
En las antípodas de las redes competitivas de los partidos políticos de identidad cerrada y liderazgos permanentes, se encontrarían las redes cooperativas de las revueltas globales. La topología de la red del 15M (grafo abajo izquierda) o la de #YoSoy132 (abajo derecha) revelan el diálogo de diferentes comunidades identitarias y geográficas.
Para la periodista Sandra Yánez, integrante del grupo GRRN, los datos son vitales para percibir “análisis cualitativos o picos de emocionalidad”. Para Toni Blanco, lo importante es “abordar a partir de los datos el fenómeno como un sistema complejo, no como sistema lineal”. Datos que, buceando en la relación de los nodos, consiguen desmenuzar mejor unas revueltas que huyen de explicaciones del paradigma derecha-izquierda.
Precisamente estudiando datos, el 15Mdatanalysis ha llegado a nuevos conceptos como el de “liderazgo temporal distribuido”. Arnau Monty, del Ateneu Candela de Terrassa, lo explica de forma simple afirmando que el 15M no desaparece sino que evoluciona: “La Primavera Valenciana, el 12M15M, 15MpaRAto, las mareas o la propia PAH demuestran la capacidad de actualización permanente de estos movimientos y la facilidad para crear identidades colectivas nuevas para afrontar problemas concretos”.
El investigador brasileño Fábio Malini usa un concepto parecido para describir el 15M, al que denomina un “beta movimiento”. Un movimiento en constante mutación. Un sistema red que, en un determinado momento, pasa a apoyar una causa o acción, ya sea el #25S (Rodea el Congreso) o la huelga de barrenderos de Madrid. El liderazgo no es siempre el mismo. Y puede venir de la periferia del sistema red y no de sus nodos centrales.
Algo similar ocurrió un año después del nacimiento de Occupy Wall Street. Cuando algunos dilapidaban a Occupy, el poder latente de la red creó el proceso #OccupySandy. La estadounidense Joan Donovan, investigadora y participante de InterOccupy, apunta exactamente al potencial de las redes emergentes: “No es lo que ha hecho Occupy Wall Street, sino la red que se ha creado”.
Una de las hipótesis más importantes para el incipiente estudio mundial de la Global Revolution Research Network es la importancia de las identidades colectivas en la gestación, explosión y desarrollo de las revueltas. En el caso del 15M, la hipótesis de las identidades colectivas se ha comprobado en las visualizaciones de datos.
Por ejemplo, el grafo del día de acción #15O de 2011 muestra cómo los nodos de @DemocraciaReal, @AcampadaSol, @15OctoberNet, @TakeTheSquare y @OccupyWallStreet fueron los más influyentes. Los grafos de la red de #YoSoy132 también revelan la preponderancia de algunos nodos, como @Global132, @AnonOpaHispano o @YoSoy132Camp. Los estudios de Facebook realizados por Interagentes sobre las protestas de Brasil también prueban que las identidades colectivas desplazaron a los actores tradicionales a lo largo del proceso.
La peculiaridad brasileña hace que en Twitter las celebridades convivan con las identidades colectivas en campañas concretas como #AbaixoRedeGloboOPovoNãoÉBobo (página 15 de esta presentación). O que en las protestas de Río de Janeiro ni famosos ni identidades colectivas impongan el ritmo: el grafo de Media Lab de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) sobre #ProtestosRJ presenta una red hecha por actores menores. Por otro lado, existen otro tipo de identidades colectivas a ser investigadas, como las comunidades surgidas en redes sociales de Egipto tras la muerte del bloguero Khaled Said o tras la desaparición del obrero Amarildo en Río de Janeiro.
Marcelo Branco, activista del software libre, destacó en el reciente encuentro #RuasEmRede de São Paulo el papel, en las revueltas de Brasil de 2013, de “movimientos sin liderazgos de las organizaciones conocidas tradicionales”. Y es que uno de los grandes comunes de todas las revueltas tiene más que ver con una nueva y más abierta arquitectura de las convocatorias y las protestas que con componentes ideológicos.
En las revueltas interconectadas, la agregación sustituye a la división (los fans de los equipos de fútbol de Estambul o São Paulo desfilan juntos). Lo “pro” (construcción, acampadas, prototipos, dispositivos) a lo “anti” (destrucción). Y las emociones se convierten en el combustible que conecta los diferentes sistemas red.
El estudio #15MData: análisis emocional, del Colectivo Outliers, revela que los tuits del la gestación del 15M español tienen el doble de carga emocional de lo normal. La indignación y el empoderamiento son las dos emociones más presentes. Y precisamente la secuencia indignación-empoderamiento, activada por la violencia policial, ha sido la tónica en las revueltas de 2013.
La represión policial en la plaza Taksin de Estambul hizo brotar la indignación. Y cuando los medios llamaron a los manifestantes “chapullers” (vándalos), la indignación se transformó en empoderamiento. El movimiento se autoproclamó el chapulling movement y creó la çapul.tv. Cuando los medios brasileños usaron la palabra “vándalos”, los manifestantes se transformaron en vándalos empoderados, con su VândalosNews y cientos de identidades colectivas.
Aunque no está basada en criterios de extracción de datos y análisis de red, la Cartografía Afectiva de las protestas de Brasil visibiliza también la potencia de emociones como la indignación, el miedo, la esperanza o el empoderamiento. Por ello, Javier Toret insiste en la necesidad elaborar un estudio global riguroso y basado en big data sobre el papel de las emociones en la revueltas en red: “La emociones han sido un factor clave que ha disparado la velocidad, la viralidad y la conectividad entre personas, redes y causas de estos movimientos red. La multitud conectada afecta al mundo y ocupa el espacio urbano, desactivando el embrujo de los mass media”.
Arriba // Aula Pública en #OcupaCabral de Rio de Janeiro , #UnienLaCalle do 15M-Marea Verde de Madrid. Abajo // #OccupyGeziArchitecture (Estambul) y El Campo de Cebada (Madrid).Arriba Abajo //
¿Qué más elementos comunes presentan las revueltas interconectadas de los últimos años? Para el arquitecto e investigador Pablo de Soto, las revueltas de Turquía y Brasil “colocan los bienes comunes urbanos como nuevo eje de luchas”. Pablo, que está desarrollando el proyecto Mapping the commons en Río de Janeiro, asegura que 2013 confirma la tesis de las ciudades rebeldes del geógrafo David Harvey. También, la construcción teórica de Antonio Negri y Michael Hardt, quienes consideran la ciudad como el terreno donde la multitud cocinará las nuevas instituciones de lo común.
El Diren Gezi de Turquía explotó con la defensa del parque Gezi y de otros bienes comunes. En Brasil, los principales ejes de la lucha también están alrededor de los comunes urbanos. Las campañas Tarifa Zero (transporte), O Maraca é Nosso (una propuesta de gestión colectiva contra la privatización del estadio Maracanã), los movimientos del Parque do Cocó (Fortaleza) o los Comitês da Copa convierten la defensa de lo común en la esencia de sus luchas.
Por otro lado, las “aulas públicas” durante las protestas de Brasil (clases en el espacio público) comparten formato y protocolo con la #UniEnLaCalle o la Universidad Indignada del 15M. De hecho, aunque el 15M no tuviera causas o motivos urbanos para ocupar las plazas o las calles, está transformando la ciudad en el nuevo prototipo de participación política.
Un prototipo global (conecta territorios dispersos) e híbrido (combina redes analógicas y digitales). Un prototipo construido de asambleas, flujos, rituales, protocolos, consensos de mínimos y forks (desvíos, en jerga hacker) que en palabras de los investigadores Alberto Corsin y Adolfo Stalella transforma la urbe en una nueva interfaz abierta.
¿Qué tienen en común las revueltas interconectadas de los últimos años? ¿Veremos nuevos estallidos?
Difícil hacer cualquier tipo de predicción. Pablo de Soto piensa que 2014 verá nacer “un nuevo internacionalismo metropolitano por los bienes comunes”. La Global Revolution Research Network seguirá buscando respuestas en su investigación global, “un laboratorio en tiempo real de análisis y prospectiva”. Héctor Huerga, del 15M Barcelona Internacional, hace hincapié en un detalle: “En las revueltas interconectadas, la convocatoria parte de un meme. Y es el sujeto receptor, no el emisor, quien está dando las claves de las nuevas revueltas”. La imprevisibilidad de los sistemas emergentes y de las subjetividades en red dibujan un final abierto y múltiple.
De momento, el estudio “Tecnopolítica: la potencia de las multitudes conectadas”, sienta un buen punto de partida para estudiar unas revueltas que en la mayoría de los casos no encajan con la definición de revolución clásica (toma del poder), pero sobrepasan el formato de manifestación: “Componen un sistema red mutante, con fronteras móviles, híbrido, cyborg, un cuerpo colectivo que resiste al tiempo y que puede extenderse en el espacio”.