Gigantes, castillos, puentes colgantes y whisky del bueno en la costa de Irlanda del Norte
Dicen que por estos acantilados del norte de Irlanda vivía, hace bastantes siglos, un gigante con malas pulgas llamado Finn McCool. Era precavido y por eso tomó la decisión de construir un camino de piedra entre estas costas y Escocia al enterarse que al otro lado del mar vivía otro coloso llamado Benandonnen. Había que dar primero y por ello decidió viajar hasta tierras escocesas y matar al gigante vecino antes de que éste supiera de su existencia; el factor sorpresa estaba de su parte. Se empleó a fondo Finn McCool ya que en pocos días, y utilizando enormes columnas de piedra, completó su obra y se presentó en casa del escocés. El coloso rival dormía.
Benandonnen era mucho más grande que él, por lo que Finn decidió poner pies en polvorosa y huir camino a Irlanda. Cuando el escocés despertó, se enteró de la visita y fue tras su inesperado rival para retarlo a un duelo. Finn, que corría como el demonio, llegó a su casa se puso una sábana a modo de pañal y se echó en la cama dando instrucciones precisas a su esposa. Cuando Benandonnen llegó a la casa de los McCool, la señora le pidió al visitante que no fuera tan ruidoso, pues el niño dormía. El escocés se quedó alucinado con el tamaño del presunto hijo de su rival, y salió disparado rumbo a Escocia destrozando la calzada para evitar problemas. La leyenda cobró visos de realidad cuando se descubrió otro paisaje semejante en la isla de Staffa, junto a la costa escocesa.
Hoy sabemos que la espectacular Calzada del Gigante (Dirección: Causeway Road, 44 Bushmills; Tel: (+44) 028 2073 1855; Horario: LD 9.00 – 19.00; E-mail: causewaytic@nationaltrust.org.uk) es obra de la naturaleza. Cuando un volcán arroja enormes cantidades de material fundido, este se solidifica muy lentamente. Todos sabemos que al enfriarse, los materiales se contraen y, en el caso de la piedra basáltica, se fracturan siguiendo pautas regulares (de ahí la forma hexagonal de las más de 40.000 columnas). Un moderno centro de interpretación permite a los visitantes conocer los orígenes míticos y geológicos de este paisaje singular que cada año atrae a más de un millón de personas.
Hoy, la Giant’s Causeway es una de las atracciones turísticas más imponentes de Irlanda del Norte y el hito fundamental de una impresionante ruta costera que une las localidades de Ballycastle y Portrush en la que abundan las playas, los castillos, paisajes de vértigo y pueblecitos encantadores de inequívoco sabor irlandés. Aunque lo ideal es hacer la ruta en coche, el eficiente servicio de transporte público de Irlanda del Norte ofrece la posibilidad de ir parando en cada uno de los puntos de interés de esta ruta impresionante que no deja a nadie indiferente. Lugares como el Puente Colgante de Carrick a Rede (Dirección: 119a Whitepark Road, Ballintoy; Tel: (+44) 028 2076 9839; Horario: LD 9.30 – 18.00; Email: carrickarede@nationaltrust.org.u), una de las imágenes paradigmáticas de la costa del norte irlandés. Según la tradición, la primera pasarela, que salva un vano de 20 metros a una altura de 30. Fue construida hace más de 300 años por los pescadores. Hoy, el lugar de los pescadores lo ocupan los viajeros que cruzan el puente para ver, desde un lugar privilegiado, los impresionantes acantilados y las costas vecinas de la Isla Rathlin y de Escocia.
Un cataclismo en plena cena
La historia del Castillo de Dunluce (Dirección: 87 Dunluce Rd, Bushmills; Tel: (+44) 028 2073 1938 Horario: LD 10.00 – 17.00) es peculiar; como lo es el lugar en el que se asienta. Los muros se apoyan en una roca que emerge directamente del mar y se adentra hacia el Atlántico dejando muy poco espacio para cualquier cosa. Y aún así aquí se levantó este castillo que sirvió de residencia de la familia de origen escocés MacQuillin durante más de tres siglos. Aunque las piedras más antiguas datan del siglo XIII, cuando fue levantado por los normandos para asentar su poder en esta parte de la isla, la mayor parte de la construcción que hoy se conserva es de los siglos XVI y XVII.
Se cuentan muchas historias; como la del derrumbe de 1639 que se llevó media cocina consigo mientras el servicio preparaba la cena; o la de los contrabandistas que utilizaban la cercana Cueva de las Sirenas para introducir toda clase de artículos ilegales en la isla; o la del naufragio del Girona (1588), uno de los barcos de la Armada Invencible que, azotados por las tormentas, acabaron en esta parte de la costa irlandesa. Los cañones del barco se instalaron en el castillo. Tras su abandono, el tiempo y los vecinos de la zona (que utilizaron las piedras como material de construcción) redujeron la otrora orgullosa fortaleza de los MacQuillin al estado de ruina. Aún así, la figura del castillo es imponente.
Antes de llegar a Portrush, el viajero puede hacer una parada en la pequeña localidad de Bushmills que presume de ser la sede de la destilería de whisky más antigua del mundo. La Vieja Destilería Bushmills (Dirección: Destillery Road, 2; Tel: (+44) 028 2073 3272; Horario: LS 10.00 – 16.45 D 12.00 – 16.45; E-mail visitors.bushmills@bushmills.com) está abierta desde hace 400 años y es una de las referencias de la historia mundial del whisky. Viejos alambiques, botellas, toneles y diverso material relacionado con la elaboración de esta bebida forman parte de una exposición que, además, permite catar uno de los mejores ‘brebajes’ del mundo. Junto al antiguo edificio se levanta la fábrica actual.
La Causeway Road culmina en la localidad portuaria de Portrush, un pueblecito de pescadores convertido, gracias a sus impresionantes playas, en uno de los centros vacacionales más importantes del norte de Irlanda. A muy pocos kilómetros (en dirección hacia Derry y tras pasar la ciudad de Corelaine) se encuentra el pequeño pueblo costero de Castlerock. Muy cerca de la localidad, sobre un acantilado que domina una impresionante línea de playas, se encuentra Downhill Demesne (Dirección: Mussenden Road, Castlerock; Tel: (+44) 028 7084 8728; Horario: LD 10.00 – 17.00; E-mail: downhilldemesne@nationaltrust.org.uk), una impresionante mansión del siglo XVIII construida por el obispo de Derry. Aunque la casa está en ruinas, los jardines aún conservan el esplendor de los mejores años. El obispo construyó, muy cerca del acantilado, un templete redondo para usarlo como biblioteca y punto de lectura privilegiado sobre el Atlántico. Tres siglos después, el Mussenden Temple es uno de los edificios más fotografiados de Irlanda y se encuentra entre los lugares más románticos del Reino Unido. Junto a la entrada a la mansión se encuentra la Hezlett House, una de las casas tradicionales (con techo de paja) más antiguas de Irlanda (siglo XVII). La visita merece la pena (mismo horario que Downhill Demesne).
COMER
Harbour Bar (Dirección; Harbour Road, 6 –Portrush-; Tel: (+44) 028 7082 2430) Los lugareños dicen que se trata de uno de los mejores pubs de la costa de Irlanda del Norte. A nosotros nos encantó. Muy buena relación calidad precio.
Ocho Tapas (Dirección: Main Street, 92 –Portrush-; Tel: (+44) 028 7082 4110; E-mail: sean@ochotapas.com) No lo pudimos evitar. No solemos comer en restaurantes españoles cuando viajamos, pero tras un par de semanas en Irlanda ya era una necesidad. Muy buenas tapas. Un trozo de España en Portrush.
Tartine Restaurant at The Distillers Arms (Dirección: Main Street, 140 –Bushmills-; Tel: (+44) 028 2073 1044; E-mail: info@distillersarms.com) La mejor opción para comer la mejor cocina tradicional irlandesa con un toque de innovación. Impresionante relación calidad-precio.
The Red Door Tea Room (Dirección: Harbour Road, 14 –Ballintoy-; Tel: (+44) 028 2076 9048) Impresionantes los dulces. Ideal para merendar en ruta.