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Carta abierta a Rafael Reig

Montero Glez

Estimado Rafael, te escribo por el pasmo que me produjo leer tu pieza en eldiario.es fechada el pasado día 9 de septiembre y bajo el título A los círculos de Podemos.

El asombro viene dado porque está escrita por alguien que admiro, no sólo como escritor sino como militante de la izquierda en un gremio donde imperan el pesebre y los plumillas que hablan el lenguaje del poder. Me pareció una pieza más propia de la derecha que de un hombre que siempre ha brillado por su buen discurrir. Tu crítica a lo que se viene a llamar “renta básica” no deja de sorprenderme pues no es algo descabellado que todos los españoles, y si me apuras, todos los ibéricos, y si me apuras todos los habitantes del planeta, tengan pleno derecho a una renta básica. Más descabellado sería pensar que bombardeando las montañas de Afganistán iban a encontrar al Bin Laden a lomos de su borriquita. Algo parecido pasó en tiempos no muy lejanos. Pero vamos a ceñirnos a nuestro país, en el cual no hay día que escuchemos una noticia triste y que siempre está en relación directa con la economía.

No hay que ser un lumbreras para saber que toda economía política se puede reducir a economía doméstica. Lo que pasa es que los dueños de las hambres, esa casta que determina la política, nos tiene acostumbrados a que la economía sea un término abstracto sólo manejable por científicos y gente entendida. Nada más lejos. La economía somos nosotros, tú, yo y el que ahora nos está leyendo. También ese hombre que ahora mismo compra el pan, y ese otro que pega la nariz al escaparate de la panadería y se hace cuentas para poder comprarlo. Nos han acostumbrado mal, tanto es así que los bolsillos de los pantalones no valen para otra cosa que para esconder las manos.

Hablando de manos y de enseñanzas, desde la cuna nos han venido con el viejo cuento de que el dedo meñique fue a cazar, el siguiente hizo la lumbre, el dedo medio metió la caza en el perol, el cuarto dedo preparó la mesa y el dedo gordo, el puto gordo, ñam, se lo comió. Lo que diferencia a un disidente de un defensor de los postulados de la economía clásica es que el disidente está en contra de que el gordo, el puto gordo, por nacer gordo, sea el que menos trabaje y todo se coma. Separar mérito de la cuna ha sido siempre nuestra consigna.

En España, ya sabes, hubo un periodo constituyente que fue un pasar página para salvar a la casta de sus delitos de sangre y así colocar a sus descendientes en una recién nacida y mal llamada democracia. Imagino que conoces igual que yo la carta que fue encontrada después del derrocamiento del Sha de Persia, Rezza Palevi y que viene remitida por el entonces Rey de España, Juan Carlos I , donde Juan Carlos le pide diez millones de dólares al Sha para montar la recién nacida democracia. Tiene fecha del 22 de junio de 1977 y por si la desconoces, a continuación la adjunto:

Mi querido hermano:

Para empezar quisiera decirte cuán inmensamente agradecido estoy por que hayas enviado a tu sobrino, el príncipe Shahram,a verme, facilitándome así una respuesta rápida a mi petición en un momento difícil para mi país.

Me gustaría a continuación informarte de la situación política en España y del desarrollo de la campaña de los partidos políticos, antes, durante y después de las elecciones.

Cuarenta años de un régimen totalmente personal han hecho muchas cosas que son buenas para el país pero al mismo tiempo dejaron a España con muy deficientes estructuras políticas, tanto como para suponer un enorme riesgo para el fortalecimiento de la monarquía.

Después de los seis primeros meses de gobierno de Arias, que yo estuve igualmente obligado a heredar, en julio de 1976 designé a un hombre más joven, con menos compromisos, a quien yo conocía bien y que gozaba de mi plena confianza: Adolfo Suárez.

Desde aquel momento prometí solemnemente seguir el camino de la democracia, esforzándome siempre en ir un paso por delante de los acontecimientos a fin de prevenir una situación como la de Portugal que podría resultar aún más nefasta en este país mío.

La legalización de diversos partidos políticos les permitió participar libremente en la campaña electoral, elaborar su estrategia y emplear todos los medios de comunicación para su propaganda y la presentación de la imagen de sus líderes, al tiempo que se aseguraron un sólido soporte financiero.

La derecha, asistida por la banca de España; el socialismo,por Willy Brandt, Venezuela y otros países socialistas europeos; los comunistas, por sus medios habituales.

Entretanto, el presidente Suárez, a quien yo confié firmemente la responsabilidad del gobierno, pudo participar en la campaña electoral sólo en los últimos ocho días, privado de las ventajas y oportunidades que expliqué ya anteriormente y de las que se pudieron beneficiar los otros partidos políticos.

A pesar de todo, solo, y con una organización apenas formada, financiado por préstamos a corto plazo de ciertos particulares, logró asegurar una victoria total y decisiva.

Al mismo tiempo, sin embargo, el partido socialista obtuvo un porcentaje de votos más alto de lo esperado, lo que supone una seria amenaza para la seguridad del país y para la estabilidad de la monarquía, ya que fuentes fidedignas me han informado que su partido es marxista. Cierta parte del electorado no es consciente de ello y los votan en la creencia de que con el socialismo España recibirá ayuda de algunos grandes países europeos, como Alemania, o en su defecto de países como Venezuela, para la reactivación de la economía española.

Por esa razón es imperativo que Adolfo Suárez reestructure y consolide la coalición política centrista, creando un partido político que sirva de soporte a la monarquía y a la estabilidad de España.

Para lograrlo, el presidente Suárez claramente necesita más que nunca cualquier ayuda posible, ya sea de sus compañeros o de países amigos que buscan preservar la civilización occidental y las monarquías establecidas.

Por esta razón, mi querido hermano, me tomo la libertad de pedir tu apoyo en nombre del partido político del presidente Suárez, ahora en difícil coyuntura; las elecciones municipales se celebrarán dentro de seis meses y será ahí más que nada donde pondremos nuestro futuro en la balanza.

Por eso me tomo la libertad, con todos mis respetos, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder diez millones de dólares como tu contribución personal al fortalecimiento de la monarquía española.

En caso de que mi petición merezca tu aprobación, me tomo la libertad de recomendar la visita a Teherán de mi amigo personal Alexis Mardas, que tomará nota de tus instrucciones.

Con todo mi respeto y amistad.

Tu hermano,

JUAN CARLOS

Los diez millones de dólares fueron donados por el Sha a su hermano Juan Carlos. Con ellos la vergüenza.

Esta carta es sólo un detalle del trapicheo que siempre se han traído nuestros amos. Dime tú, mi admirado Rafael, si con diez millones de dólares no se podían haber arreglado las hambres de la época durante un buen periodo de tiempo. Pero es sólo un detalle, ya digo, una insignificancia para conocer el movimiento de números que han circulado por nuestras cloacas. En el día de hoy se mueven en paraisos fiscales mucho más de diez millones de dólares. También cabe sumar aquí todo el despliegue económico de la compra-venta armamentística que se trae el Ministerio de Defensa a pachas con el Ministerio de Industria. Material letal que no tiene otra finalidad que la de acabar con el ser humano. Por si me quedo corto, suma a eso los sueldos de una casta militar cuyo logro más vergonzoso fue masacrar a un pueblo para instaurar la Restauración Borbónica en el año 1936. Primero pagamos con sangre y luego con dinero. Desde el hombre que compra el pan, al que lo sirve, hasta ese otro que ahora pega su nariz al cristal y se echa mano al bolsillo porque no le llega. Somos la economía, Rafael.

Sólo con lo que se paga en gastos de defensa podían llenarse los comedores sociales de buena comida, langosta, jamón ibérico y tal, y los compañeros Gordillo y Cañamero no se tendrían que movilizar para poner en práctica la recuperación individual de lo que por derecho nos pertenece. Si seguimos en este plan, echa cuentas a lo que pagó Esperanza Aguirre a costa de los madrileños por conmemorar el 2 de Mayo. Anda por ahí la cifra. A mí se me salen los ceros de la cabeza.

Son algunos ejemplos, Rafael. Ejemplos de trapicheo, golfería y juego sucio que no obedecen al reparto de la riqueza. Porque sólo la riqueza se puede socializar. No la pobreza, y España es un país rico en recursos económicos, también en ladrones sin escrúpulos. No hace falta ser economista, cualquier ama de casa que saca el dobladillo al sueldo de su marido, podría repartir con justicia y desahogo todo el dineral que generamos. Porque, te repito, nosotros somos la economía. Es más, sólo si se contempla la renta básica se fomentará la demanda, dando origen al movimiento del mercado que ahora está en colapso, en crisis. No hace falta ser un lumbreras para darse cuenta de que el secreto de la salida de la crisis está en socializar el capital creando una renta básica. Más allá de la demagogia que pretenden ver algunos en este punto, está la solución lógica.

Ahora el periodo constituyente está haciendo aguas. La destitución arrancó un buen día en que los chavales de esa generación que nos sucede salieron a la calle. Se pusieron en movimiento para buscar preguntas a un orden establecido en el 78, un orden que no fue más que respuesta al miedo al vacío que dejó Franco. Qué te voy a contar, Rafael.

Lo único que te pido es respeto a un movimiento que cristalizó el pasado mes de mayo en las urnas y que ha dado origen a un terremoto en las instituciones, llegando a infartar a la casta del sistema financiero. Soy comunista libertario, poco o nada tengo que confiar en el Estado, pero intuyo que la justicia social siempre estará más cerca utilizando la herramienta que nos dejó Marx, la ideología, la única posible para transformar el mundo. Con esa herramienta, la gente de Podemos se dispone a hacerlo y por eso tienen mi apoyo, también mi defensa y mi voto. Por habernos acercado la utopía, aunque sólo sea por eso, ya merecen un respeto. Si además de la utopía convierten nuestras dudas en certezas una vez que lleguen a tener los votos suficientes, es para celebrarlo. Considero que es momento para la unidad entre los disidentes pues ya sabes, hace más daño el cisma que la herejía.

Siempre tuyo:

Montero Glez

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