Y si Grecia tiene razón, ¿qué hay que hacer?
Es evidente que el nuevo gobierno griego no consiguió lo que pretendía, pero también es evidente que ha conseguido mejores condiciones para poder hacer una política siquiera menos injusta. Eso le puede parecer una tontería insignificante a nuestros insaciables amos y a sus políticos pero significa comida, vivienda, cobertura sanitaria y enseñanza para muchas personas. Así de simple.
¿Por qué no siguen ese camino los gobiernos portugués y español a pesar de los padecimientos de buena parte de sus gobernados y, por el contrario, torpedean la negociación a los griegos? Creo que por varias razones, la primera más simple y real es que esos gobernantes son los representantes directos en sus respectivos estados de la troika y los intereses especulativos. Es decir, fueron elegidos por sus connacionales pero trabajan para sus enemigos. Son exactamente lo contrario de buenos ciudadanos o, si lo prefieren, son traidores.
Hay más explicaciones. La segunda y también más simple y real es que estos gobernantes se están forrando literalmente. Gobiernan para sus empresas y luego volverán a ellas, hasta los registradores de la propiedad se forran con este Gobierno. Se están lucrando con la miseria de sus conciudadanos, a eso se le llama ser vampiros.
Sin embargo no se llamarían a sí mismos traidores y vampiros, porque no sienten el sufrimiento de las personas que padecen esa discriminación económica y social. Realmente no se consideran conciudadanos de la mayoría de los habitantes de su país. ¿Cómo entender eso? Se trata del clasismo. El clasismo no es un término económico, sino antropológico. Los clasistas creen realmente que son personalmente superiores. Igual que hay quien niega apresuradamente que este sea un Gobierno de franquistas haciendo política franquista (el mejor truco del franquismo fue el que le atribuyen al diablo, hacer creer que no existe) también habrá quien se niegue a creer que existan personas así. Esas personas deben leer lo que escribió y publicó el presidente que los gobierna acerca de la desigualdad entre las personas y comprenderán hasta qué punto el clasismo es una forma de racismo y creencias eugenésicas. Y viceversa.
Naturalmente, hay otra razón que es la más comentada estos días, les preocupan las próximas elecciones. Efectivamente, si Grecia consigue cosas enfrentándose a esa política a la que hemos estado sometidos entonces hay que reconocer que lo que hay que hacer es desdecirse, cambiar de política y aliarse con los griegos para ayudarlos a forzar un cambio en las condiciones que nos han impuesto. ¿Y alguien imagina a Rajoy enfrentándose a Merkel?
Además de las razones antedichas y otras de carácter personal no lo haría porque en su imaginación, como en la de Aznar, sólo cabe reconocer a los amos y someterse a ellos. Aznar metió a España en la guerra contra Irak para poder ser él la mascota de George Bush. Las relaciones sadomasoquistas juegan un papel en el imaginario de los acomplejados nacionalistas españoles. Además, en momentos delicados somos capaces de sintetizar nuestra visión de las cosas de un modo claro, Rajoy lo hizo con su SMS a De Guindos: “Aguanta. España no es Uganda”. Todos los complejos de inferioridad y el racismo en una oración de cuatro palabras. Cómo va a imaginar Rajoy al Reino de España con Grecia, Irlanda y Portugal. Si al menos fuese con Italia. Y es que la idea de España de esos señores y señoras es absolutamente mítica, se creen lo de Isabel la Católica, Carlos V de Alemania, etc. Y eso, vivir en un mundo mítico sin contrastes con la realidad social, es una forma de delirio que no tienen interés en corregir.
Pero, ¿y si el camino de Grecia, hacer frente a las imposiciones de la Troika, es el correcto?, ¿qué va a hacer el PSOE? Cuando gobernó le cayó encima la crisis y creo en ese momento nadie que estuviese en el Gobierno sabría reaccionar mucho mejor. Y, con seguridad, si hubiese gobernado entonces el PP habría sido todo mucho más cruel. Pero lo cierto es que Zapatero fue un gran reformador democrático, aunque hoy nadie parezca tener memoria, pero carecía de un proyecto económico que no fuese continuar el de administraciones socialistas anteriores y confiaba en que la máquina de hacer dinero incesantemente permitiría políticas sociales. La crisis evidenció que la máquina tenía dueños y no eran los estados, desde luego el español. Esa lección o una semejante debe haberla aprendido el PSOE, no tiene por que avergonzarse de lo que gobernó de buena fe pero, en cambio, tendrá que repensar el modelo económico si quiere ser creíble y tener una política económica distinta de la del PP.
No digo que lo consiga, pues, por un lado, es evidente que hay empresas que patrocinan a esta dirección y, por otro lado, está encerrado en el continuismo y entreguismo de las políticas de la social democracia europea.
Como todo en la vida, lo que nació un día está destinado a perecer otro. Sin embargo, siendo muy probable que el sistema político bipartidista entre en crisis, no creo que vaya a haber cataclismos y que el PSOE vaya a desaparecer. Pero, aunque puede ser que sus actuales dirigentes consigan cotas de poder aceptables, no será un partido útil socialmente si no hacen una inflexión razonada y andan un camino distinto.