El bello Rafa Nadal

Nuestro chico, el bello Rafael Nadal, no pudo hacerse con la medalla de bronce frente a Kei Nishikori (soltero). Ataviado con un pantaloncito blanco que nos dejaba entrever sus bonitos muslos tostados por el sol, el novio de Xisca se esforzó todo lo que pudo, pero no lo consiguió.

No obstante, preguntamos a su entrenadora, Conchita Martínez, qué le parecía el hecho de que su pupilo sí se hubiera llevado un oro en dobles masculino, a lo que esta tremenda y consagrada profesional contestó: “No es el más talentoso, pero se esfuerza, y bueno, ahí está el oro que lo demuestra”.

Y claro que sí, con un juego impecable y unos muy sugerentes bíceps, el príncipe de Manacor sacó lo mejor de sí para traer una medalla a España junto a su no menos deslumbrante compañero, Marc López (un tenista más bajito que Nadal pero sin complejos).

Nuestro chico que, además de ser simpático, risueño y espontáneo, es también un bellezón, atendió a las preguntas de la prensa nada más salir del partido. En la radio un periodista le preguntó cómo era posible que oliera tan bien después de un partido. En El Español, destacaron la crema hidratante facial que usaba. En El Larguero, lo primero que le preguntaron fue que cómo conseguía esas ondas en el pelo que lucía con tanta gracia, y cuánto se gastaba en ropa cuando iba de compras, a lo que él confesó un poco turbado que no tenía mucho tiempo para compras. Ellos insistieron en preguntas que interesan a cualquier amante del deporte, como “¿cuánto pasas en la pelu?”.

Pero el mayor logro de nuestro chico no son sus medallas sino el conseguir mantener una relación tan sana y fuerte con su novia Xisca, que está encantada con su pareja y no es para menos: buen deportista y, además, guapo, que se cuida y que siempre luce una sonrisa preciosa.

Ojalá haya más suerte para los próximos Juegos Olímpicos y el novio de Xisca le traiga muchas más medallas a casa.

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[Puntualización: el jefe de prensa de Conchita Martínez ha llamado para protestar porque ella no ha dicho lo que aparece en el artículo. Es cierto, como también lo es el hecho de que la intención irónica del artículo –al utilizar una forma de hablar y escribir que se emplea con frecuencia para hablar de las mujeres deportistas pero dedicada esta vez a los hombres– es evidente desde el primer párrafo. Por tanto, aclarémoslo: Conchita Martínez no ha dicho eso y su jefe de prensa no se ha enterado del tono e intención del texto. Iñigo Sáenz de Ugarte]