Querido Jim
Hay periodistas que tienen un halo especial, y Jim era uno de ellos. Su compromiso. Su profesionalidad. Su humanidad le hacían destacar por encima de muchos otros. En marzo de 2012 entró en Siria -ilegalmente y jugándose la vida, como tantas otras veces- para documentar lo que estaba ocurriendo en la revolución. Lo que allí vi le llevó a seguir entrando y entrando una vez tras otra para que el mundo no olvidase el drama que vivían los sirios.
Pero si algo marcó a Jim, eso fue lo que vi en la ciudad de Alepo. La guerra en toda su inmensidad. El drama de los civiles desamparados. El horror y la crudeza de la barbarie. Su compromiso le llevó a iniciar, en las redes sociales y entre compañeros periodistas, una campaña de mecenazgo para conseguir una ambulancia que diera servicio a los civiles heridos en la ciudad de Alepo. Hasta ese momento, no había casi ambulancias y los heridos tenían que ser trasladados en taxis o en coches particulares.
Jim tenía un compromiso con Siria y con los sirios. Jim nos demostró a todos que nuestro trabajo está, incluso, encima de nuestras propias vidas y de nuestros seres queridos. Ese compromiso es el que recordaremos aquellos que lo conocimos. Ese compromiso y su carácter afable y su sempiterna sonrisa.
Nos ha demostrado, incluso en el momento de su muerte, su infinita dignidad. Una dignidad que no demostraron sus cobardes asesinos. Yo me quedo con la imagen de mi amigo trabajando. Con su imagen descompuesta en el hospital Dar Al-Shifa mientras documentaba las miserias de la guerra. Me quedo con su humanidad y su compromiso.
Te vamos a echar mucho de menos Jim. Los que te conocimos, no te olvidaremos nunca.
Pequeño video con algunas imágenes de Jim que grabé en Alepo (sept. 2012)
Publicado por Antonio Pampliega en su blog 'Un mundo en guerra''Un mundo en guerra'