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Trumposos

El Gobierno británico responde a la petición para prohibir la entrada a Donald Trump

Jesús Cintora

Ahora que todos somos expertos en Donald Trump, afloran los gurús, los que tienen claro qué ha ocurrido y los que quieren salvarnos del fin del mundo. Proliferan los que arriman el ascua a su sardina y aplican el mismo simplismo del que acusan a Trump. Con mensajes como: “Ha ganado el populismo”, “Trump es como Pablo Iglesias”, “es un voto antisistema”, “hay mucho racista”…

Desconfíen del que tenga una única clave. Yo, de entrada, no sé exactamente qué ha pasado. Pienso que hay varios factores que han podido influir y son tan variables como esas encuestas que últimamente fallan tanto. Eso sí, son posibles razones para reflexionar sobre el tiempo que vivimos:

Sobre la desigualdad. Supongo que las clases dirigentes tomarán nota de la posible respuesta electoral de una sociedad cada vez más dividida entre los muy ricos, que cada vez tienen más, y los muy pobres, que cada vez tienen menos. Esto genera desencanto y reacción. Máxime si avanza un modelo con clasismo y precariedad.

Sobre el establishment. Señalado también en España, es una forma fina de hablar de la casta. Como dice el diccionario, los que tienen el poder. Hillary Clinton es de esa clase dirigente muy vista. Élites que acumulan intercambio de favores y, a veces, acusaciones de corrupción. Nada nuevo para competir con Trump. Hay demócratas que quizás sí habrían apoyado a Sanders.

Sobre el populismo. Las promesas fáciles sobre problemas complejos. Llevan al incumplimiento y a generalizar que “todos mienten, así que da lo mismo a quien votes”. Lo de Trump está claro. En España se señala a Podemos como populista por algunas de sus propuestas, pero se podría hablar de prometer bajar impuestos y luego subirlos, de no recortar y luego hacerlo o de cambiar la promesa de voto en la investidura. ¿Aquí quién es populista? El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Sobre el machismo. Hay importantes sectores que, seguramente, no han votado a Hillary por ser mujer. Trump incluso ha empleado ese discurso carca. Ojo, porque en España también hay barreras para las mujeres en puestos directivos o en las candidaturas a la presidencia.

Sobre el racismo. La xenofobia y el ultranacionalismo de Trump recuerdan a esas conversaciones que todos hemos vivido y que apelan a los bajos instintos. Que arreglan la pobreza levantando banderas y echando a los inmigrantes. Es un mensaje que prolifera, sobre todo, en épocas de crisis. Insolidario e inhumano.

Sobre la inseguridad. Hay quien aprovecha las amenazas terroristas para hacer electoralismo. Lo hemos visto también aquí. En Estados Unidos, Trump ha acusado a sus oponentes de colaborar con el terrorismo.

Sobre los medios informativos. Se habla de la excesiva presencia de Trump en la televisión. Defendamos la presencia de los candidatos en los medios, igual que un periodismo y una cultura ciudadana independiente y con capacidad crítica. No hay mejor arma que esa libertad para que la gente pueda separar el grano de la paja. A los que juegan limpio de los “Trumposos”.

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