Cómo ser mujer en verano
Mujer, un año más, ha llegado el verano. Por un lado, genial: calorcito, playa y cervecitas en terrazas. Por otro lado, mal: con la ropa de verano se te ve la celulitis de los muslos, en la playa haces reflejo porque estás más blanca que la luz al final del túnel y la cerveza te la has quitado con la operación bikini.
No pasa nada, aquí te enseñamos cómo poder disfrutar del verano sin morir en el intento:
- Recórrete todas las tiendas que conozcas en busca de ropa que te tapen o disimulen todos los defectos que esta sociedad no para de recordarte que tienes: pantalones y vestidos a la altura necesaria para no incomodar la vista de terceros con michelines, celulitis y/o piel de naranja. Pon especial atención en no elegir colores que hagan visible que en verano, sudas.
- Usa maquillaje durante el inicio del verano mientras coges un color no-vergonzoso que demuestre que has estado gran parte del año metida en una oficina, a nadie le gusta eso. Ponte rímel pero comprueba regularmente que el sudor no te está haciendo parecer un mapache.
- Sigue con esa dieta que empezaste hace dos meses para poder ponerte ese bikini que has tardado tres centros comerciales en encontrar y que no te hace parecer un león marino. Recuerda: nada de helados o patatas bravas con cerveza. Eso ya podrás hacerlo en invierno.
- Sube fotos a redes sociales de ti en la playa o en tus vacaciones sólo cuya postura te haga parecer más delgada, más morena y más guapa. Hoy en día hay filtros y editores para recortar y suavizar lo que no te guste a ti y, sobre todo, no vaya a gustar a otros. Ya sabes que, por algún motivo, necesitas el mayor número de me gustas para hacerte sentir satisfecha.
- Desactiva el permiso para que cualquier amigo pueda etiquetarte en fotos que no hayas revisado con tu autofiltro nazi. Sabes que hay mucho desalmado que no es capaz de ver lo vergonzosamente mal que sales en el 99% de las fotos.
- No hay dolor que valga. Date la última sesión de rayos láser justo antes de que el centro de depilación te diga que ya no lo hacen hasta octubre porque es peligroso para la piel con este sol. Hazte las ingles de forma que sea imposible que un vello se te escape del bikini; las piernas de arriba a abajo para que nadie pueda horrorizarse y descubrir que eres humana, las axilas para poder levantar los brazos en cualquier situación; el bigote para que cualquier sombra no haga que el resto no pueda concentrarse en una conversación contigo y te mire sólo ahí; la línea alba para que no te pregunten si eres portuguesa, y los brazos (si eres una de esas pseudomujeres que necesita láser también en los brazos). El pelo es tu enemigo siempre, pero en verano es especialmente maligno, ya que no sólo lo ves tú, como en invierno, sino que te lo puede ver cualquiera, hiriendo su sensibilidad.
- No bajes la guardia ni tu nivel desquiciado de autoexigencia en cuanto a tu aspecto, porque se empieza comiendo un helado de tres bolas sin sentirte como una ballena (para colmo) y cuando te das cuenta te estás cayendo de la cama por los dos lados.
- Usa protector para no coger un cáncer de piel pero no te pases, recuerda que tienes que coger el tono necesario para pasar desapercibida.
- Estética en playas y piscinas concurridas (y si me apuras, sin concurrir): si tienes tripa, encógela, y/o usa pareos. Si tienes poco pecho, usa bikinis con relleno. Si tienes los pies feos usa manoletinas en vez de chanclas. Si eres gorda, por supuesto, usa sólo bañador. Porque puede que nadie te está mirando, pero por algún motivo tú sientes que siempre te está mirando todo el mundo. Y es muy importante que a esa gente que no conoces y que no vas a volver a ver en tu vida, le guste lo que está viendo.
- Relájate mentalmente pero mantén la guardia físicamente, no sabemos muy bien cómo se hace esto, pero hazlo, porque tienes que disfrutar del verano, es un pecado no hacerlo, pero también lo es comer y vestirte como te dé la real gana. Disfruta lo que puedas, pero sin pasarte. Despendólate en vacaciones pero con control. Sé libre pero sé esclava. Pásalo bien pero sólo lo que seguir todas estas normas te permita.
- Y por último y más importante: sé feliz e intenta ignorar ese sentimiento de culpa que te recuerda todo el tiempo que te estás dejando esclavizar.