No en mi nombre, Mariano
Estamos de aniversario. No sé habrán dado cuenta con esto de la formación de gobierno, pero Rajoy acaba de celebrarlo: se cumple un año desde que premió a José Ignacio Wert, su ministro peor valorado, con un puestazo en París, unos 10.000 euros mensuales, chófer, servicio y residencia de 500 metros cuadrados por otros 11.000 euros al mes. Lo seguimos pagando. En la ciudad del amor continúa Wert con la que era su número dos en el ministerio, Gomendio, que también está en la OCDE y le pagan otro tanto.
Pero no piensen mal si aquel nombramiento se produjo en plena operación salida de vacaciones y, justo un año después, en el último fin de semana de julio, el gobierno en funciones acaba de publicar en el BOE una de las grandes obras de Wert: los alumnos que aprueben la ESO y el Bachillerato no obtendrán el título si no aprueban las reválidas que impone la LOMCE. Por mucho que hayan superado todos los cursos durante varios años. José Ignacio Wert de retiro dorado en París y, aquí en España, los estudiantes están que trinan porque les acaban de colar, de tapadillo, este regalo de fin de curso.
Y es que, así hace estas cosas Mariano. Las vacaciones de julio empezaron con un hachazo a la hucha de las pensiones (así, como si ya tal) y las de agosto arrancan con otro “homenaje al consenso” (esta reforma educativa tuvo rechazo hasta en su propio partido). Mientras, eso sí, Rajoy sigue deseando que ahora le apoyen para gobernar y que flojee la memoria, como la de esos ordenadores que la perdieron a martillazos.
Tuve ayer una charla con estudiantes, que no tienen la reválida de Wert, pero ojo con lo que me dijeron. En las pasadas elecciones hubo más de 24 millones de votos. 7’9 millones del Partido Popular, casi 5’5 millones del PSOE, más de 5 millones de Unidos Podemos, más de 3 millones de Ciudadanos… Y, si casi 8 millones de votantes del PP no castigaron los recortes o la corrupción, ¿significa que ahora deben perdonársela el resto? Pongamos por caso, ¿esos votantes del Partido Socialista o de C’s han dicho que quieren perdonar al Rajoy del “Luis, sé fuerte” para que siga gobernando? Alguien fue incluso más allá: ¿Es coherente pasar una legislatura pidiendo que Mariano Rajoy dimita y luego darle la llave para que siga en La Moncloa?
Son preguntas interesantes, ahora que pudiera parecer que los demás le dan a Rajoy un “no” por capricho. Como si no existiera alternativa, como si no hubiera habido corrupción, precariedad, desigualdades, recortes… Ayer me lo decía un chaval: “No tenemos la reválida, no somos tan listos como Wert, ni tendremos su ‘suerte’ para encontrar ese curro. Pero no votamos a Rajoy y no queremos que nuestro voto sirva para que siga gobernando el que nos ha hecho todo esto. No en mi nombre, Mariano”.