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Almas libres

Barbijaputa

Hace unos días, la actriz Úrsula Corberó dio una entrevista a El País, que la publicó con el título así: Úrsula Corberó: “Al final, las más machistas son las mujeres”.

Tengo que confesar que era la primera vez que oía hablar de ella, pero el titular me hizo querer leer más. En el texto explican que Corberó fue una de las protagonistas de la serie “Física o Química” y que, en una entrevista de hace algún tiempo, ella confesó que “fueron cuatro años de mucha eclosión hormonal: diez jóvenes guapos, con trabajo, dinero y fama, imagínese. Los fines de semana alquilábamos una casa en Segovia (...) luego follábamos todos con todos y nadie se enfadaba. Había mucha empatía”.

Al parecer, sus palabras fueron tergiversadas, Corberó empezó a salir en todas partes, y fue juzgada socialmente (qué raro, en España nadie juzga a ninguna mujer por su vida sexual), acabando en conclusiones como “las orgías de Úrsula Corberó”. Es obvio que desde el “follábamos todos con todos” hasta “las orgías de Úrsula Coberó” a la historia se le ha pasado el Filtro Patriarcado Premium. Y ahí estoy de acuerdo con ella cuando dice que “si esas declaraciones las llega a hacer un hombre, no hubieran sido para tanto”. Porque así es.

Luego, su queja va dirigida a las mujeres: “De quien recibí más críticas fue de las mujeres. Y eso me dolió. Al final las más machistas son las mujeres. Es impresionante. En vez de pensar: ‘Somos almas libres, cada uno que haga con su vida y con su sexualidad lo que quiera’, en cuanto pronuncias ‘follar’ ya es ‘¡guauuuu!’. Ojalá la gente follara más. Y, además, las que lo desmintieron fueron las mujeres. Los chicos de Física o Química en ningún momento salieron a decir: ‘Eso no es así, eso no es verdad’. Pero las chicas tuvieron pudor de que alguien pensara que ellas follaban”.

Estamos siempre insistiendo en el significado de “feminismo” pero creo que se nos olvida el de “machismo”. Yo soy la primera que a veces uso eso de “mujeres machistas”, pero quizás es buena idea puntualizar y entender por qué no es correcto decir tal cosa:

MachismoDe macho e -ismo.

  1. m. .

Ésta es la definición de la RAE, poco sospechosa de ser feminista. Entendemos entonces que para ser machista y tener una actitud de prepotencia hacia las mujeres hay que ser un hombre. Por lo que las mujeres difícilmente podemos ser machistas. Lo que sí podemos, y mucho, es colaborar con el machismo.

Obviamente, todas hemos colaborado con el machismo en mayor o menor medida, y para dejar de hacerlo es necesario hacer un ejercicio constante de análisis y de introspección. Son muchos los mensajes que hemos ido acumulando y aceptando como verdad absoluta, por lo que no se nos puede culpar cuando metemos la pata. Pero no está de más darnos toques entre nosotras, desde la sororidad, para señalarnos dónde estamos colaborando con el sistema. Y Corberó colaboró con el machismo con su aseveración: decir que las más machistas somos nosotras cuando –sólo en España– hay una violación cada 7 horas (que se sepa) y una media de 70 mujeres asesinadas por sus parejas al año, además de cientos de miles (que se sepa) de mujeres maltratadas por sus parejas y ex parejas –hombres– no es más que colaborar con el sistema que hace que esto siga pasando.

Juzgar mil veces más duro el acto de una mujer que las abominaciones de un hombre no es otra cosa que colaboración con el machismo. Es justamente lo que hicieron las que afearon la conducta de Corberó: juzgarla duramente por algo por lo que no juzgarían a un hombre.

“Somos almas libres, cada uno que haga con su vida y con su sexualidad lo que quiera’, en cuanto pronuncias ‘follar’ ya es ‘¡guauuuu!’. Ojalá la gente follara más”

No, lo cierto es que no somos almas libres, como creo que Corberó habrá comprobado tras sus declaraciones. De eso va el feminismo, de tomar conciencia de que no lo somos para poder llegar a serlo.

“Los chicos de Física o Química en ningún momento salieron a decir: ‘Eso no es así, eso no es verdad’. Pero las chicas tuvieron pudor de que alguien pensara que ellas follaban”.

Este pudor, tristemente, es obra del patriarcado, que nos quiere siendo “una señora en la calle y una puta en la cama”, pero nunca a la inversa. Y no me cabe duda de que ellos no se vieron obligados a salir con el “eso no es verdad”, por supuesto que no, el motivo está muy claro: ellos sí que son “almas libres”.

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