Se vende lo que sea, precio a convenir
“En su momento nos dio igual y ahora también
si no fuera porque han pasado los años
y ahora han puesto un Starbucks
y nos da tanta rabia que parece nostalgia“,
Astrud, Acordarnos.
Emprende. Escribe un best seller. Cambia de ciudad. Ve a correr. No leas tanto los periódicos. Motívate. Apúntate a clases de algo creativo. Cocina más. Invita a los amigos a vermú. Sal de casa. Cómprate un pintalabios. Aprende otro idioma. Esfuérzate más.
El viernes el alcalde de mi ciudad presentó un plan de patrocinio corporativo para la red de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) a grandes empresarios. En esa reunión anunció que, por primera vez, también se pone a la venta el nombre de las estaciones del Metro.
No te comas la olla. De esta salimos todos exprimiéndonos más la mollera. Sonríe y el mundo sonreirá contigo. Vete a un spa. Cambia de perfume. Prueba el teatro aunque no te guste. Haz una excursión al campo. Cambia de amigos. Cambia de pareja. Cambia de peinado. Esfuérzate más.
De la definición de Wikipedia: El espacio público es un espacio social que generalmente está abierto y es accesible para la gente. Se considera que son parte del espacio público las carreteras, las playas, los parques, las plazas y las calles de una ciudad.
Apuesta por algo desconocido. Haz listas de lo que te motiva. Tómate el trabajo de otra manera. Escucha canciones alegres. Busca oportunidades de negocio en lugares inesperados. Esfuérzate más.
Hace unos años, cuando leí No Logo de Naomi Klein me impactó que hubiera un barrio en una ciudad de Estados Unidos que estuviera patrocinado por Mattel. Lo habían pintado de rosa para que recordara a la muñeca Barbie. Pensé que era imposible que eso pasara en un contexto cercano.
Date un lujo de vez en cuando, aunque no te lo puedas permitir. Engánchate a una serie. Piensa en otra cosa. Aprovecha la mala racha y conviértela en buena. Surfea la ola, haz una propuesta rompedora. Atrévete con algo que no hubieras hecho antes. Esfuérzate más.
Hoy avanzamos un poco más en una noción aberrante: el espacio público es invadido por corporaciones privadas en un supuesto esfuerzo más para salir de la crisis. “Se pone en venta sólo el nombre, qué más da”, dirán algunos. Las cosas existen porque las nombramos, se podría responder. Y no solamente eso. “Ese dinero se podrá repartir para mejorar servicios públicos e invertir en recursos”, dirán otros. ¿Pero cuándo nuestra administración pública actual ha dado alguna señal de que vayan a hacer eso? Es más, ¿acaso no nos resulta contradictorio invadir y vender lo público si se pretende reforzarlo?
Piensa en positivo. Acepta una derrota y dale la vuelta enseguida. Trabaja en tu sentido del humor. Corre algún riesgo. Lidera tú el cambio. Esfuérzate más.
Mientras tanto, todos esos mantras. El discurso de que a fuerza de voluntad se sale permea cada vez más. Lo mismo pasa con el de la distracción. Así, poco a poco, todos deberíamos quedar inmunizados y no acordarnos cada vez que nos bajemos en “Passeig de Gràcia + marca de rosquillas” o “Liceu + nombre de pasta de dientes” que el fracaso en realidad es de ellos. Han vendido los nombres de nuestra vida común, de nuestra historia común, al mejor postor porque han fracasado. Yo no pienso olvidarlo.
