Cinismo: marca de la casa

Hace una semana, con motivo del tercer centenario de la Biblioteca Nacional, Mariano Rajoy pronunció un discurso en el que trataba de hablar de cultura. “Más libros y más lectores son fundamentales para nuestro éxito como país”. Parece que los aproximadamente 100 000 libros que se publicaron en 2011 y los 80 000 de 2012, a Mariano le saben a poco. Destacó que la cultura es un “sector clave para reforzar la competitividad” de España. Será por eso que le ha dado el empujoncito clave con la subida del IVA (y las que nos acechan...). Añadió además, poniéndole el broche de oro a sus apreciaciones, que la cultura es un sector necesario para que el país se adapte “mejor a la globalización”, puesto que “transmite una marca de vanguardia indispensable en nuestra proyección exterior”. “La marca España no encontrará mejores embajadores que las editoriales”. Otra vez con la marca a cuestas y la broma en la cara.

Ahora el turno es para Wert, quien ayer mismo declaraba que el descenso en el número de espectadores en las artes escénicas se debe, fundamentalmente, a la dramática disminución de la oferta. Agregaba, ya para nota, que “la subida del IVA al 21% no es la causa única ni principal de esa bajada”.

Toda argumentación contra estas declaraciones parece condenada al fracaso, porque no es productivo que la lógica luche contra el absurdo. A pesar de todo, sabemos que la cultura española ha visto mermadas muchas de sus posibilidades precisamente desde la subida del IVA. No faltan ideas ni proyectos, tal como están lejos de escasear los espectadores y los lectores, tan ávidos de cultura como siempre. O quizá más, para escapar a esta ruina moral e ideológica que nos rodea.

Disfruten de la cultura. Es de lo poco honrado que nos queda.