Ángela Armero es guionista de cine y televisión. Además imparte clases en la escuela creativa Hotel Kafka, colabora en diversos medios, ha escrito y dirigido dos cortos (“La Aventura de Rosa” y “Entrevista”) y ha publicado una novela juvenil (Alexandra y las Siete Pruebas.) Es una adicta a las series y dice que no quiere quitarse.
CARRIE vs. HANNA
Carrie Bradshaw (menos de 40) es la protagonista de la mítica serie “Sexo en Nueva York”. Hanna Horvath (veintitantos) es la estrella de la serie “Girls” de la HBO, que recientemente ha comenzado a emitir su segunda temporada. A simple vista son dos mujeres muy distintas, por edad, físico, y actitud, pero hay varias cosas que tienen en común: son escritoras, persiguen a hombres que no les convienen, tienen un grupo de amigas estable y viven en Nueva York.
Analicemos un poco más las diferencias.
En lo profesional, Carrie es una columnista freelance de lo más cool. Deducimos que tiene éxito porque para pagarse los Manolos y la mascarilla para puntas abiertas de su impresionante pelazo, más el alquiler de su piso en Nueva York, (que acaba comprándose al final de la serie) hace falta bastante dinero. Pasa por ser una mujer brillante, atractiva, con cierto halo de notoriedad, independiente y más o menos libre: una triunfadora.
En lo profesional, Hanna es una aspirante a escritora insegura sobre sus habilidades. Escribe un diario personal, y en general sobre sí misma y el mundo que la rodea. No tiene ningún trabajo conocido, ninguno que le dure más de quince minutos, y vive sableando a sus padres. Le gusta rodearse de ambientes artísticos, acudir a lecturas y presentaciones de libros donde ve cómo sus coetáneos destacan más que ella. Es una perdedora, con talento, pero aún no ha conseguido nada.
En cuanto al físico, Carrie no es una mujer bellísima en el sentido estricto del término pero juega saca el máximo partido a su físico, siempre va a la última y está delgada, peinada y maqueada para cada ocasión. Es, fuera de la serie, un icono de la moda, y dentro, un referente para sus amigas, y, a juzgar por el interés de sus novios y pretendientes en ella, una mujer muy atractiva.
Hanna es bajita, con sobrepeso, una cara común y se viste como si la moda le importara menos que cero; el maquillaje, la peluquería o el vestuario son temas que le traen sin cuidado. Se pasea por las calles de la ciudad con camisetas que transparentan sus pechos pequeños, sus anchos muslos y sus michelines y no parece que su peso, figura o aspecto sea un drama para ella, excepto cuando se compara con sus guapas amigas Marnie y Jessa.
En lo personal es donde se parecen más. Las dos parecen buscar el amor para ser felices, aunque una lo hace desde la edad adulta y otra desde la juventud, y aunque viven sus desengaños desde la perspectiva de sus diferentes épocas vitales, sus penas negras se digieren igualmente con dosis de ira, autocompasión, y humor.
¿Con cual os quedáis?
Yo con Hanna. A veces me saca de quicio o me cae mal, pero es una persona. Carrie es más un estereotipo. Me creo más a Hanna, con su físico poco atractivo, su personalidad brillante pero insegura, su dosis de fracasos y sus aventuras sexuales vergonzantes. Es tan fácil creer en Hanna porque no es siquiera una belleza real, como las de los anuncios de Dove, sino una persona totalmente normal.
Además, no se corresponde con el estereotipo de chica poco agraciada con su peso, sino una mujer joven a la que gusta estar desnuda delante de su novio y cuya figura no es el centro de su vida. Aunque me gusta “Sexo en Nueva York”, creo que no es una serie que haya hecho mucho por las mujeres, puesto que está en la misma línea que las revistas femeninas: venden reivindicación del poder de la mujer, pero a través de las mismas armas de toda la vida: la dieta, la moda, el éxito social o la felicidad en pareja.
En cambio, “Girls”, con su feísmo narrativo y sus historias de gente excéntricamente normal, nos permiten reconocernos (a muchas mujeres) en esa chica que jamás será la más guapa ni la más delgada, pero que podrá ser querida y que acabará por hacer algo bueno con su vida. Y si no, basta con mirar a Lena Dunham, protagonista, guionista y creadora de la serie “Girls”. Por fin una mujer de éxito para quien estar guapa no es el centro de su vida.
Carrie Bradshaw (menos de 40) es la protagonista de la mítica serie “Sexo en Nueva York”. Hanna Horvath (veintitantos) es la estrella de la serie “Girls” de la HBO, que recientemente ha comenzado a emitir su segunda temporada. A simple vista son dos mujeres muy distintas, por edad, físico, y actitud, pero hay varias cosas que tienen en común: son escritoras, persiguen a hombres que no les convienen, tienen un grupo de amigas estable y viven en Nueva York.