¿Sirve para algo la resistencia civil?

DK

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Los propietarios del Teatro Albéniz de Madrid querían vender el edificio, pero no encontraban comprador porque estaba protegido, así que llevaron al Supremo esa protección, y ganaron en una sentencia muy polémica de 2003. Se lo vendieron a la empresa Moro S. A.

Dos años después una particular, Eva Aladro, se enteró de que había planes para derribarlo. Ella y el letrado Beltrán Gambier constituyeron una plataforma para defender el edificio y promovieron un recurso contencioso administrativo contra estos planes que “fue acogido favorablemente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a través de una sentencia que consideró que la facultad de la Administración para incoar el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) era reglada y no discrecional. Y que, frente a ello, y dada la importancia cultural que tuvo durante décadas el teatro Albéniz, correspondía incoar ese expediente”.

La empresa Moro S.A. interpuso recurso de casación, pero el Tribunal Supremo acaba de confirmar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que obliga a incoar el expediente para declarar BIC al Teatro Albéniz en la categoría de Monumento. A partir de ahora no se puede derribar, está protegido.

Según Eva Aladro, uno de los argumentos que más ha pesado en el Supremo es que haya habido un movimiento por la defensa de este teatro con ciudadanos y aficionados.

Dicen algunos que manifestarse, luchar y resistir no cambia nunca las cosas. Puede que sí, puede que no. Lo que sí está demostrado es que no manifestarse, no luchar y no resistir es la mejor manera de que todo siga igual.