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¿Cómo ha sido el efecto de la crisis en el gasto social de las Comunidades Autónomas?

El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) junto con la Fundación BBVA nos regaló hace unos días el informe “Servicios Públicos, diferencias territoriales e igualdad de oportunidades”. Es un informe de esos que no tienen no solo desperdicio, sino que además se convierten en una joya en manos de un analista, ofreciendo información detallada tanto de la evolución durante más de una década del Gasto Público “social”, lo que llaman “servicios públicos esenciales” así como su distribución tanto por administraciones (Central, Comunidades, Corporaciones Locales y Seguridad Social) como por regiones. Aunque el análisis de los datos daría para cientos de páginas, en las siguientes líneas voy simplemente a comentar a vuela pluma dos hechos que se desprenden de dicha información. En primer lugar, la importante e intensa reducción del gasto en educación y salud, prácticamente en todas las regiones españolas, y, en segundo lugar, el significativo aumento de las prestaciones sociales, y que terminan compensando la caída de las dos primeras partidas. Para ello voy a comparar datos de gasto per capita a precios constantes de 2007 con 2013, años que podrían marcar los límites temporales de la crisis.

Centrándonos pues en este período más reciente, desde 2007 y hasta 2013, el gasto de las AAPP en servicios sociales esenciales ha aumentado un 4,2% en euros constantes per capita. Sin embargo, y como he adelantado, este crecimiento no ha sido homogéneo, ya que habiendo aumentado en protección social (principalmente pensiones y prestaciones), se ha reducido en salud y en educación (+16,1%, -9,9% y -14,2% respectivamente). Por CCAA, este incremento total de los servicios públicos esenciales ha sido generalizado, siendo una excepción Canarias, en mayor medida y La Rioja en menor, y aumentando especialmente en Asturias.

Como he dicho, este aumento viene motivado por el crecimiento de las prestaciones sociales. En ninguna de las regiones observamos una caída en su cuantía por persona. Este aumento viene motivado evidentemente por la baja elasticidad que este gasto tiene respecto al ciclo económico. Los pagos por pensiones, la gran mayoría de las prestaciones sociales, responden particularmente a las obligaciones legales motivadas por el acceso a la jubilación de los trabajadores que cumplen los requisitos para ello, así como el aumento generalizado de la cuantía media de dichas prestaciones. El crecimiento por lo tanto durante este período es consecuencia del imperativo legal determinado por los derechos adquiridos. A pesar del aumento generalizado, sí se observan diferencias por regiones, siendo La Rioja donde el aumento es mayor, 22,5% y Canarias donde menor, 3,9%. Las diferencias entre regiones pueden responder a varias cuestiones, principalmente a diferencias demográficas, a diferencias en la media por persona de los derechos adquiridos durante su vida laboral y a la diferente estructura ocupacional regional. También, aunque en menor medida, a las diferentes competencias y gastos que cada CCAA tengan determinadas en sus presupuestos y que puedan complementar las prestaciones recibidas desde las AAPP centrales (especialmente Seguridad Social). Sin embargo, esta última causa es marginal pues apenas un 5,6% del gasto en prestaciones por persona en España tiene como origen las administraciones regionales y locales.

En cuanto a salud y educación, la evolución ha sido marcadamente negativa durante el período que estamos considerando. Siendo además estos dos servicios competencia casi en exclusiva de las CCAA, son éstas administraciones las que han tenido que realizar gran parte del “ajuste social” en España desde que se iniciara la crisis. Sin embargo, la austeridad no ha sido homogénea a través de las diferentes regiones.

Así, en educación se observa un mayor recorte en regiones como Madrid, Cataluña, Castilla La Mancha y Canarias, con caídas cercanas al 20% en el gasto educativo por persona. Por el contrario, el Principado representa la única excepción, ya que cada asturiano recibe de media en 2013 prácticamente lo mismo que 2007.

En cuanto al gasto sanitario, son los riojanos los que destacan en este ranking negativo, con una caída que supera el 30% per capita. Mientras, y de nuevo, Asturias se desmarca del resto de regiones, ya que el gasto por persona en salud aumentó ligeramente, manteniéndose constante para los habitantes de Castilla y León y País Vasco. El resto de CCAA recortan en esta partida, aunque en unas cifras algo inferiores a las de educación.

En resumen, el efecto de la crisis y de la austeridad en el gasto social ha sido diferente no sólo por tipo de servicio, sino a través de las diferentes regiones. No obstante sí existen dos regularidades claras, el ajuste se ha centrado principalmente en educación y salud, mientras que Asturias se desmarca del resto de regiones. Un análisis mucho más detallado del informe les podrá dar no sólo más información sino además arrojar luz sobre esta y otras cuestiones.