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Las causas del descontento: Análisis de las protestas mundiales 2006-2013

Indignados, Occupy Wall Street, estudiantes chilenos, Que se lixe a Troika, Primavera Árabe, Movimento Passe Livre, Anthill, Los Viejitos, etc. todos estos nombres han ido apareciendo periódicamente en los medios de comunicación convirtiéndose en vox populi y desafiando los diferentes gobiernos y, en general, el statu quo imperante. Estas protestas suscitan una serie de preguntas que unidas al contexto internacional motivaron la investigación conjunta entre la Initiative for Policy Dialogue de la Universidad de Columbia y la Friedrich-Ebert-Stiftung NY Office titulada “World Protests 2006-2013”. Algunas de estas fueron: ¿Es real la percepción de que la gente cada vez protesta más? ¿Dónde se producen las principales protestas? ¿Contra quién? ¿Han cambiado las formas de movilización en los últimos años? Etc. Existe, sin embargo, una pregunta clave que es necesaria abordar para poder entender estas protestas y el contexto en el que vivimos, y no es otra que saber cuáles son las causas que hacen que la gente se movilice y salga a la calle.

A partir del análisis de más de 800 protestas (manifestaciones, campañas, huelgas, ocupaciones, etc.) en 84 países y de tipo global, la primera conclusión clara de nuestro estudio es que la gente cada vez protesta más. Estamos viviendo en un contexto histórico en el cual el número de protestas se va extendiendo por todo el mundo. Ya no se trata sólo de una dinámica de las sociedades más desarrolladas –aunque el estudio demuestra que donde más se protesta es en los países de renta alta según la clasificación del Banco Mundial- sino que en África, Asia y, sobre todo, América Latina las protestas están cada vez más presentes. La siguiente tabla nos sirve para corroborar lo dicho.

A su vez, y una vez empezado el análisis de las protestas, pudimos observar como, por ejemplo, las manifestaciones en contra de las medidas de austeridad en el Sur de Europa no respondían solamente a causas de tipo económico, sino que era todo un conjunto de ellas las que motivaban las protestas. Esta fue y es una tendencia común entre un gran número de casos estudiado, lo podríamos llamar como “protestas multi-causales”. Por lo tanto, y a pesar que el contexto internacional en el que vivimos nos podría hacer pensar que tal y como acuñó la campaña del Presidente Clinton en 1992 “It’s the economy stupid” (Es la economía estúpido), el análisis nos indica que no es así de forma exacta. Es por ello que decidimos establecer dos niveles de categorías para poder clasificar las protestas.

Causas principales:

Entre las diferentes motivaciones que llevan a la ciudadanía a protestar decidimos establecer cuatro grandes grupos ordenados aquí de mayor a menor importancia tal y como se ve en el gráfico que nos muestra su evolución.

  • Justicia económica y austeridad
  • Fallo de la representación política
  • Justicia global
  • Derechos

Entre estas cuatro categorías merece la pena destacar la relativa a “Justicia Global”. En ella encontramos diferentes tipos de protestas relacionadas, principalmente, con temas ambientales o las medidas de austeridad que el FMI, el Banco Central Europeo u otras Instituciones Financieras Internacionales hacen implementar a diferentes gobiernos. Esta categoría –que ha sido la que más ha aumentado en los últimos años- nos muestra como la ciudadanía está conectando de forma cada vez más frecuente lo local con lo global, lo que algunos autores llaman lo “glocal”. De esta forma vemos como una protesta por la explotación de una mina en la península griega de Halkidiki se identifica con el rol que una empresa transnacional juega en su explotación, o como las protestas por el aumento del precio de la Tortilla en México se centran no sólo en el rol del gobierno y la retirada de subsidios, sino que también en la especulación en los mercados de futuros de primeras materias en Chicago (EUA) o la implementación de un Tratado de Libre Comercio, en este caso el NAFTA. Existe por tanto, y cada vez más, una consciencia global que nos induce a concluir que las protestas de carácter global irán a más con el paso de los días.

Causas secundarias:

Dentro de cada una de las cuatro categorías anteriormente citadas, existen todo un conjunto de sub-categorías que nos dan mayor información acerca del motivo exacto por el cual la gente cada vez protesta más. Así las cinco más importantes son:

  • Democracia Real;
  • Contra el FMI /Banco Central Europeo y otras Instituciones Financieras Internacionales;
  • Influencia empresarial / Desregulación / Privatización;
  • Justicia Ambiental; y
  • Reforma de los Servicios Públicos.

Para ver todas las categorías utilizadas, así como su importancia en todas las protestas el siguiente gráfico es de gran ayuda para verlo con más claridad.

Número de protestas agrupadas por demandas 2006-2013*

A medida que los datos y el análisis iban desgranándose, nos dimos cuenta que la principal petición de la población no era otra que una mayor y mejor democracia (“Democracia Real”), tal y como se pedía en las plazas de España hace ya casi tres años. En el fondo no deja de ser paradójico que en un momento en el que el bombardeo mediático y las declaraciones de la clase política e instituciones varias se centran en la cuestión económica, la sociedad acabe pidiendo más y mejor democracia. Ello, nos dice que la percepción que se tiene del funcionamiento del actual sistema político y económico es de uno que sólo beneficia a unas elites, “salpicado” día sí y día también con escándalos de corrupción, aumento de la desigualdad, evasiones de impuestos, especulación financiera sobre el precio de alimentos, compra de tierras por parte de empresas y estados por todo el mundo sin otro fin que el lucro, violaciones de los derechos humanos, censura, control y vigilancia de la sociedad, etc. Existe, por lo tanto, un riesgo de colisión entre la sociedad y las clases/elites políticas, empresariales y financieras que podría suponer un riesgo para el mantenimiento del actual contrato social. La falta de rendición de cuentas de estos actores hacia la ciudadanía no es sino un motivo más para el descontento y para la percepción que la distancia entre unos y otros se va agrandando.

Susan Strange, la “madre” de la Economía Política Internacional, escribía en uno de sus últimos artículos que el sistema del estado-nación construido a partir de Westfalia estaba fracasando. Es lo que ella llamaba The Westfailure System. Tres eran las causas del fracaso: ecológica (incapacidad de corregir y frenar el deterioro ecológico), financiera (incapacidad de gobernar y controlar las instituciones y el mercado que crean y comercian los instrumentos crediticios esenciales para la economía real) y social (incapacidad de mantener un equilibrio sostenible entre el creciente poder de la clase capitalista transnacional y los que “no-tienen”). Se podrían añadir otras, pero en esencia las principales podrían ser estas. La respuesta de la ciudadanía ante ello es mayor descontento, demandas de más y mejor democracia, transparencia, denuncia de la no-respuesta de los gobiernos ante sus peticiones, nuevas formas de organización y, básicamente, más protestas. Ello es, en esencia, lo que reflejamos en el documento “Protestas en el mundo 2006-2013”.

Nota: El pasado 2013 a Mohamed Berrada y a mí nos ofrecieron la posibilidad de trabajar en este proyecto de investigación en Nueva York (EUA) dirigido por Isabel Ortiz de la Initiative for Policy Dialogue de la Universidad de Columbia y Sara Burke de la Friedrich-Ebert-Stiftung NY Office. El objetivo era analizar las protestas en el mundo entre 2006 y 2013, incluyendo no sólo aquellas de ámbito local o nacional, sino también aquellas de tipo global. El resultado, el documento “World Protests 2006-2013”.