GRÁFICO: ¿será Ciudadanos el Podemos de centro-derecha?
Las últimas encuestas constatan la consolidación y el crecimiento de un nuevo actor en el escenario político español: Ciudadanos. El último barómetro del CIS le pronostica una clara línea ascendente, y la encuesta de Metroscopia para El País lo sitúa en la cuarta plaza por delante de su rival natural, UPyD. Parece evidente que Ciudadanos está consiguiendo hacerse un hueco, pero ¿de dónde saca su apoyo? ¿Quién o quiénes son los suministradores principales de los votos que consigue?
Tanto el CIS como Metroscopia señalan dos fuentes principales: los abstencionistas y el voto al PP de 2011. Según los dos sondeos, prácticamente la mitad de los que declaran intención de votar a Ciudadanos habían dado su apoyo a los populares en las últimas generales, y casi un 30% no había votado en esas mismas elecciones. Estos serían las dos grandes vías de apoyo al nuevo partido.
Es cierto que porcentualmente el mayor suministrador de votos a Ciudadanos es UPyD, pero si se tiene en cuenta la magnitud de los electorados, los mayores caladeros son el PP y la abstención.
Ahora bien, esta afirmación es matizable. Ciudadanos consigue unos votos que fueron del PP en 2011, pero que desde entonces estaban en el mercado. Si se compara la intención de voto de los votantes del PP de 2011 antes de la aparición de Ciudadanos y la de ahora, se observa que Ciudadanos no afecta al voto fiel del PP sino a aquel segmento de votantes que desde 2012 se mostraban indecisos… o que querían votar a UPyD.
Sería probable pues que el trasvase de votos de UPyD a Ciudadanos sea realmente mayor de lo observado, puesto que éste no solo provendría directamente de aquellos que votaron a Rosa Díez en 2011, sino también de aquellos que votaron PP y que, hasta la aparición de Ciudadanos, tenían la intención de votar a UPyD en unas futuras elecciones generales.
Casualidad o no, el patrón de atracción de voto de Ciudadanos es calcado al de Podemos: de los partidos pequeños (IU y UPyD) atraen voto fiel, mientras que de PSOE y PP se llevan aquel voto que ya habían perdido, y que en parte había decidido abstenerse o votar a los pequeños.
