GRÁFICO: ¿Guardianes de la libertad?

Escandalos de corrupción política: % sobre el total de las noticias en portada en El Mundo

Escandalos de corrupción política: % sobre el total de las noticias en portada en El País

Desde mediados de los noventa, entre un 3'5 y 5% de las noticias en portada de El País y El Mundo respectivamente tratan sobre casos de corrupción política (al menos una noticia al día), las cuales en su gran mayoría hacen referencia a los dos partidos con representación mayoritaria en el Parlamento español, el PP y el PSOE.

Ambos medios de comunicación hacen un seguimiento exhaustivo de las actuaciones que llevan a cabo las elites políticas con el fin de proveer de información sobre el grado de cumplimiento de sus promesas electorales y/o responsabilidades institucionales, así como posibles casos de abuso de poder, pero tal y como indican los gráficos adjuntos, la forma cómo El País y El Mundo desarrollan estas funciones es muy distinta. Ambos periódicos priorizan en sus portadas las noticias sobre el (mal) uso de recursos públicos por parte de las élites políticas, entre otras cosas porque los escándalos de corrupción tienen un enorme potencial para captar audiencias, pero al hacerlo además de informar, ambos se dedican a “atacar al enemigo”.

El análisis de todas las noticias en portada entre 1996 y 2011 de El País y El Mundo pone de manifiesto cómo, con pocas excepciones, las noticias en portada sobre escándalos de corrupción en El País hablan más del PP que del PSOE. Del mismo modo, El Mundo, con poquísimas excepciones siempre presta más atención al PSOE que al PP en relación a la corrupción. Estos datos no hacen más que reflejar cómo a pesar de la globalización y la creciente concentración de poder en pocos grupos mediáticos, los medios de comunicación en España siguen caracterizándose por su elevado sesgo ideológico, e interrelación con las elites políticas.

Los medios, como afirma Manuel Castells, son el escenario de la política. Pero cada uno nos ofrece un espectáculo distinto en función de las preferencias ideológicas de su audiencia, y muy especialmente de los intereses del productor de la función. A partir de aquí, la cuestión reside en como compensar esta falta de neutralidad en la cobertura mediática. Las posibilidades de que la propia profesión periodística lidere un cambio son limitadas en un contexto de crisis económica, en el que la libertad de prensa se ha ido erosionando de forma exponencial.

Otra opción consiste en utilizar los nuevos medios de comunicación social como escenario a través del cual se difunda información alternativa, contrastada y veraz sobre cómo nuestros políticos ejercen el poder. Obviamente eso también requiere profesionales comprometidos, y ciudadanos movilizados, con capacidad y ganas de informarse y escuchar a cerca de las diferentes formas de entender los problemas.