Hemos pedido a algunos expertos que nos respondan dos cuestiones sobre el proceso participativo que ayer tuvo lugar en Catalunya. Por un lado, sobre la legitimidad de los resultados, y por otro, sobre si el resultado del proceso participativo tendrá algún efecto en la posición que hasta ahora ha mantenido la comunidad internacional y la Unión Europea.
Andrés Boix Palop - Profesor de Derecho Administrativo. Universitat de València
¿Crees que los resultados de la “votación” de ayer pueden considerarse legítimos?
Los resultados serán totalmente legítimos como medida de reivindicación, protesta y, si se quiere, publicitaria de la causa independentista, pero nada más, como por otro lado es bastante evidente. Las dimensiones que ha adquirido el proceso participativo son correlativos a la importancia de la reivindicación y de la protesta. Pero en el fondo no va más allá de ahí. Tampoco menos, eso sí, pues no conviene minusvalorar el efecto de una movilización ciudadana importante en este sentido.
¿Consideras que “el proceso de participación ciudadana” hará cambiar la posición de la comunidad internacional/Unión Europea sobre la necesidad de que en Catalunya pueda darse un proceso de consulta con todas las garantías democráticas?
No por sí solo, al menos mientras no sea frustrado por medio del ejercicio de la coacción pública frente a reivindicaciones pacíficas, que a día de hoy está, lógicamente, muy mal visto por la comunidad internacional y, especialmente, la Unión Europea. Ello no obstante, forma parte de un proceso de reivindicación y protesta que, en la medida en que es sostenido en el tiempo y muy ampliamente respaldado por gran parte de la sociedad catalana, inevitablemente tiene (de hecho, ha tenido ya) un efecto no menor en la visión que de todo este proceso (y de la calidad de la democracia española) se tiene en el resto de Europa.
Astrid Barrio - Doctora en Ciencia Política y de la Administración, Profesora en la Universidad de Valencia
¿Crees que los resultados de la “votación” de ayer pueden considerarse legítimos?
En general cualquier opinión política expresada por medios pacíficos, como ha sido el caso, y cuyo contenido sustantivo respete el principio de equidad y los derechos humanos ha de ser considerada como legítima en una democracia, precisamente porque el pluralismo político es consustancial a la democracia. Pero si optamos por una interpretación legalista del concepto de legitimidad caben algunas dudas ya que el proceso por el cual se ha expresado esta opinión no ha sido legalmente autorizado, con independencia de la razón o justicia de la demanda.
¿Consideras que “el proceso de participación ciudadana” hará cambiar la posición de la comunidad internacional/Unión Europea sobre la necesidad de que en Catalunya pueda darse un proceso de consulta con todas las garantías democráticas?
Si bien uno de los objetivos que persigue la consulta-proceso participativo es la proyección internacional de la cuestión catalana y muy especialmente situarla en la agenda europea, probablemente las autoridades europeas seguirán considerándolo un asunto interno de España y a lo sumo abogarán por una solución negociada sin manifestar preferencias sobre los resultados. Además, se hace difícil imaginar que la propia UE inste a un proceso que pudiera culminar con la modificación de sus fronteras. Otra cosa es que la proyección mediática de las reiteradas y masivas acciones colectivas de los catalanes a favor del derecho de autodeterminación consigan tener impacto en la opinión pública europea e internacional.
Carol Galais - Doctora en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra
¿Crees que los resultados de la “votación” de ayer pueden considerarse legítimos?
Legítima en tanto que de acuerdo con la ley, o al menos con ciertos parámetros democráticos –censo, etc.-, no puede serlo porque no la han dejado. Aunque eso es lo de menos, porque la legitimidad de las instituciones que se la han cargado está siendo cuestionada desde todos los frentes. Legítima en tanto que útil como toma de pulso de la opinión pública, tampoco, porque siempre será más ineficiente que una buena encuesta representativa. Sólo es legítima como protesta, y sólo por lo cerril de las instituciones y actores políticos del Estado. Ante la sospecha de que la intención de CiU siempre fue celebrar este “proceso”, y no una consulta o un referéndum, incluso esta legitimidad está condicionada a las decisiones que tome el Govern en los próximos días.
¿Consideras que “el proceso de participación ciudadana” hará cambiar la posición de la comunidad internacional/Unión Europea sobre la necesidad de que en Catalunya pueda darse un proceso de consulta con todas las garantías democráticas?
En Québec –desde donde escribo- el interés por el futuro de Cataluña se ha desinflado tras el referéndum escocés. Para que lo que está pasando en Cataluña fuera noticia internacional, se debería haber escalado el conflicto, o al menos mantenerlo a la misma intensidad que las hostilidades del gobierno de España; esto es, manteniendo la consulta en los términos propuestos por la ley y asumiendo las consecuencias, que las hubiera habido. Pero también primeras planas, reflexiones y pronunciamientos internacionales.
Antoni-Ítalo de Moragas - Doctorando en Economía en el Instituto Universitario Europeo de Florencia
¿Crees que los resultados de la “votación” de ayer pueden considerarse legítimos?
El proceso participativo tiene unos incentivos muy distintos de los que tendría un referéndum cuyos resultados tuvieran consecuencias claras. La ausencia de estos incentivos distorsiona los resultados mediante dos mecanismos.
En primer lugar, en un referéndum, el votante expresa su voto no solamente teniendo en cuenta la simpatía que le suscita cada opción sino, también, anticipando los beneficios y riesgos que ésta tiene asociada. En la votación de hoy, los ciudadanos han manifestado, mayoritariamente, su simpatía hacia la independencia pero hay personas que simpatizan con la independencia y que, en un eventual referéndum, votarían una opción más conservadora.
En segundo lugar, en los referéndums en los que se trata una cuestión tan fundamental como una secesión, la participación es extraordinariamente elevada (84,59% en el referéndum por la independencia de Escocia o 93,52% en el último del Quebec). Esta alta participación garantiza que los votos sean representativos de las preferencias de la población. Es evidente que las personas que hoy se han abstenido no son indiferentes.
En definitiva, en ausencia de incentivos reales, la “votación” de hoy padece de las mismas limitaciones que un sondeo: las personas no desvelan sus preferencias reales y, además, aunque la muestra sea mucho mayor, el sesgo de selección la hace menos representativa. Los resultados de la votación no pueden, por tanto, considerarse legítimos, la movilización ciudadana, sí.
¿Consideras que “el proceso de participación ciudadana” hará cambiar la posición de la comunidad internacional/Unión Europea sobre la necesidad de que en Catalunya pueda darse un proceso de consulta con todas las garantías democráticas?
Dudo que una movilización haga cambiar la posición de la comunidad internacional y de la Unión Europea. De hecho, la posición de la comunidad internacional es, hasta cierto punto, irrelevante. Si algo ha demostrado el 9N y sus posteriores variantes es que mientras Catalunya forme parte de España no es posible realizar una consulta con las suficientes garantías democráticas sin la autorización del Gobierno Español.