La Diputación de Álava discrepa de las quejas de la merma de servicios sociales, reiteradas por los trabajadores. Al realizar el balance de los dos primeros años de legislatura, el diputado general Javier de Andrés señala que su primer objetivo era “garantizar los servicios sociales”, y cree que se ha cumplido. “Se han mantenido y mejorado”, defiende.
El diputado general añade que se han incrementado las prestaciones y la atención a las personas mayores, la infancia y los discapacitados. También sostiene que el plan de mejora de la gestión ha permitido reducir los tiempos de espera para ser atendido en las residencias geriátricas.
Pero en esta defensa en firme de su gestión, las palabras del político popular distan de las reclamaciones de los trabajadores sociales de Álava, que protestan por la merma de los recursos con los que cuentan para llevar a cabo su tarea. Estos colectivos sostienen que los recortes que sufren obligan a reducciones de plantilla y que la gente a la que ayudan suele requerir un trato personalizado. Y con menos personal, su trabajo se ve necesariamente perjudicado.
Preguntado por esta discrepancia, el diputado general ha afirmado que él trabaja “con datos objetivos”. “Esa es la realidad, no puedo decir otra cosa”, añade, para dejar claro que no comparte las quejas. De Andrés ha agregado, además, que se ha mantenido la ayuda económica para personas con dependencia, de modo que en Álava “las prestaciones económicas son superiores a las del resto de España”.