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Trabajo por horas, freno a la recuperación
La calidad del empleo no sólo se ha deteriorado en España, y junto con la moderación de los salarios, su insuficiencia se ha convertido en un reto para la recuperación económica de los países que comparten el euro como moneda. Lo afirma la Comisión Europea en sus previsiones económicas de otoño. Trabajar a tiempo parcial porque no queda otro remedio se está convirtiendo en un rasgo característico comparativamente nuevo de nuestro mercado laboral, junto con una elevada temporalidad.
El empleo precario deriva en moderación de los salarios, aquí y, en general, en las economías avanzadas. Los salarios contenidos reflejan “cambios en las estructuras del mercado laboral y en los procesos de negociación salarial”, dice Bruselas. En el caso español, han tenido su influencia las reformas del mercado laboral, en la medida en que afecta al debilitamiento sindical en la negociación colectiva y en la acaparadora predominancia de los contratos temporales en el empleo que se genera desde 2013 (nueve de cada diez lo son). La persistencia de un paro elevado también influye. En las previsiones de la Comisión, el paro en España se reducirá al 14%... en 2019. Aun así, seguirá duplicando el desempleo comunitario.
“Una mayor aceleración de los salarios”, sostiene Bruselas, “aseguraría la expansión económica”. De hecho, según sus previsiones, una de las causas de la ralentización de la actividad en los dos próximos años en el conjunto de la UE tiene que ver con el poder adquisitivo de los salarios. En concreto, se prevé que el PIB aumente el 2,1% en 2018 y el 1,9% en 2019, lo que refleja una progresiva desaceleración de la actividad en un contexto de baja inflación (por debajo del 2% en ambos ejercicios). Europa va por detrás de Estados Unidos en la recuperación en parte por la evolución de los salarios. De ahí que el Ejecutivo comunitario se muestre partidario de subidas robustas, “siempre que vayan acompañadas de avances en la productividad”.
España es, de los seis países con los que se la compara en el documento de la Comisión, donde menos han subido los salarios. Le siguen Italia y Francia, mientras que en otros países, como Alemania, los salarios crecen ya como antes de la crisis. La calidad de los nuevos empleos, el menor margen de negociación sindical y la individualización de las relaciones laborales influyen en ello. La globalización y el impacto de las tecnologías se lleva su parte.
La famosa ganancia de competitividad basada en una bajada de costes laborales no tiene visos de haber terminado. “Se espera un avance en competencia por costes respecto del resto de la zona euro”, afirma el Ejecutivo de Bruselas. Sus técnicas auguran que la compensación por empleado en España avanzará el 0,5% este año, el 1,2% en 2018 y el 1,4% en 2019; en todos los años, cerca de la mitad que en el conjunto de la eurozona.
Para la Comisión, los precios y los salarios no tienen pinta de protagonizar ninguna escalada no sólo porque la productividad avanza poco, sino porque desde Alemania hasta España, el subempleo se expande. En su análisis, insiste en que la tasa de paro hasta cierto punto puede no captar de manera adecuada las dimensiones de dicho subempleo (se refiere a formas de empleo no estándar) en el mundo poscrisis.
En las medidas tradicionales para combatir el desempleo no suelen incluirse “trabajadores desanimados, otros que buscan un empleo, pero que no están disponibles de inmediato, y trabajadores a tiempo parcial”. Para la Comisión, la moderación salarial engorda con la llamada “holgura laboral”, que se produce cuando existe una gran cantidad de desempleo que no recogen las estadísticas de paro. En este sentido, un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), el World Economic Outlook del FMI 2017, reconoce el impacto negativo del empleo a tiempo parcial involuntario sobre el crecimiento de los salarios en las economías avanzadas. Los cambios en el mercado laboral requieren de nuevos modos de medir. La medida U-6 (véase el gráfico) incluye formas de empleo no tradicionales, como el trabajo por horas.
[Este artículo ha sido publicado en el número 53 de la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]
La calidad del empleo no sólo se ha deteriorado en España, y junto con la moderación de los salarios, su insuficiencia se ha convertido en un reto para la recuperación económica de los países que comparten el euro como moneda. Lo afirma la Comisión Europea en sus previsiones económicas de otoño. Trabajar a tiempo parcial porque no queda otro remedio se está convirtiendo en un rasgo característico comparativamente nuevo de nuestro mercado laboral, junto con una elevada temporalidad.
El empleo precario deriva en moderación de los salarios, aquí y, en general, en las economías avanzadas. Los salarios contenidos reflejan “cambios en las estructuras del mercado laboral y en los procesos de negociación salarial”, dice Bruselas. En el caso español, han tenido su influencia las reformas del mercado laboral, en la medida en que afecta al debilitamiento sindical en la negociación colectiva y en la acaparadora predominancia de los contratos temporales en el empleo que se genera desde 2013 (nueve de cada diez lo son). La persistencia de un paro elevado también influye. En las previsiones de la Comisión, el paro en España se reducirá al 14%... en 2019. Aun así, seguirá duplicando el desempleo comunitario.