Esta es la experiencia de una activista española que lleva más de cuatro años trabajando por el caso de Juan Almonte Herrera, defensor de derechos humanos de la República Dominicana desaparecido en 2009. Hace pocos días viajó a Santo Domingo para seguir con su trabajo de presión y mostrar su apoyo a la familia.
Fui a la República Dominicana entre el 26 y el 28 de septiembre, formando parte de una delegación de Amnistía Internacional integrada, además, por Robin Guittard, del equipo de investigación sobre el Caribe, y Carlos Fernández, activista del grupo de Lugo de la Sección española.
La visita tuvo lugar en el cuarto aniversario de la presunta desaparición forzosa de Juan Almonte Herrera, miembro del Comité Dominicano de los Derechos Humanos, quien fue visto por última vez el 28 de septiembre de 2009. Diversos testigos aseguran que fue detenido por agentes de policía mientras se dirigía a su oficina en Santo Domingo. Amnistía Internacional ha trabajado intensamente en su caso y el grupo de Lugo, coordinadamente con otros, ha realizado constantes actividades como actos públicos, envío de cartas a las autoridades dominicanas, aprobación de mociones por parte de distintos ayuntamientos o del Parlamento de Galicia... con el fin de lograr justicia para Juan Almonte.
Ana Montilla, su esposa, nos acompañó en las reuniones que celebramos con autoridades y asociaciones de derechos humanos locales y en las entrevistas con los medios de comunicación. Nuestro objetivo era recordar el fracaso del Gobierno dominicano a la hora de clarificar el paradero de Juan Almonte e insistir en la obligación de investigar en profundidad el caso y poner a los responsables de su desaparición a disposición judicial. Ese fue el mensaje que transmitimos en los encuentros oficiales con el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, los presidentes de las Comisiones de Derechos Humanos y Policía de la Cámara y con el Procurador General de la República.
Además, el 28 de septiembre –aniversario de la desaparición de Juan Almonte– realizamos una exposición pública en el Colegio de Abogados de Santo Domingo, con más de 350 fotografías recopiladas por Amnistía Internacional, en señal de solidaridad con este caso, en un total de 11 países. La imagen de activistas sosteniendo el retrato de Juan Almonte representa la esencia de nuestro trabajo: un movimiento de personas que trabajan por personas. Lo que le pasa a un ser humano cuyos derechos son vulnerados en cualquier parte del mundo nos afecta y nos exige tomar partido y actuar.
Durante todos esos días, especialmente en los encuentros que mantuvimos con las asociaciones de derechos humanos locales y la familia de Juan Almonte, he sido testigo del enorme valor que tiene la solidaridad internacional para las personas que trabajan por los derechos humanos en primera línea.
La familia de Juan lleva cuatro años luchando para que se esclarezca su desaparición y, lejos de obtener respuesta a su demanda de justicia, en ocasiones ha recibido amenazas y coacciones para que abandone su búsqueda. Durante todo este tiempo, sin embargo, los familiares no se han sentido solos. La presión internacional, singularmente el maratón de cartas que organizamos el pasado 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, con el envío de más de 40.000 misivas dirigidas al Presidente de la República, les acompaña en su lucha.
A mi regreso a Lugo, después de unos días muy intensos, recibí un mensaje de Ana Montilla en mi móvil:
Gracias por el apoyo y lucha en estos años, en especial la semana pasada. El éxito de todos estos encuentros con autoridades gubernamentales, judiciales, los medios televisivos, la prensa escrita o hablada se debe al empeño de todos ustedes en ayudarnos a la búsqueda de la verdad. Gracias por existir. Por ustedes estamos vigentes para las autoridades dominicanas.
Miles de personas llevamos cuatro años preguntando: “¿dónde está Juan Almonte?”. La respuesta la tienen las autoridades de la República Dominicana. Seguiremos trabajando hasta obtener verdad, justicia y reparación para Juan Almonte Herrera.