La propuesta de la Junta de Andalucía para ampliar el horario de los sanitarios en los centros de salud y frenar la presión asistencial derivada, en parte, de la falta de plantillas, ha atraído a menos del 10% de los profesionales. Según cifras ofrecidas por la Consejería de Salud a 31 de enero, 760 trabajadores de los diferentes ambulatorios de la región han aceptado ampliar su jornada laboral más allá de las siete horas diarias. Un número que se reparte entre 480 médicos de familia, 16 pediatras y 207 enfermeros y que si se compara con el personal total que hay por especialidad alcanza una décima parte de todos los profesionales que las conforman. Para el sector, se trata de cifras “muy bajas”.
Esta medida se enmarca dentro del plan de refuerzo de la atención primaria a nivel regional que ha anunciado esta semana la Junta de Andalucía con un presupuesto de 14,7 millones de euros -fuentes sanitarias dicen que esos proyectos cuestan alrededor de 20 millones de euros por provincia en verano-, aunque en realidad ya se puso en marcha a principios de enero. De hecho, según la propuesta de Salud, esta es la medida estrella que se ha llevado a cabo para evitar que la presión asistencial siga haciendo mella en los centros de salud.
La sexta ola de la Covid-19 y el periodo de alta frecuentación invernal (atención médica por virus respiratorios) han llevado al límite a los ambulatorios andaluces. La mitad de ellos han tenido que cerrar por las tardes y los contagios han afectado a más de 7.000 profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y 400 se han tenido que aislar. Para evitar este colapso, la Junta de Andalucía ha propuesto que los sanitarios cobren estas jornadas extraordinarias que se realizan por la tarde por módulos de hasta cuatro horas y 2.000 euros máximo en el caso de los médicos y algo más de 1.300 para los enfermeros.
Aunque el SAS propone esta modalidad de trabajo a aquellos centros de salud en los que se produzca una demora del 75% del trabajo por sobrecarga de pacientes y hasta la fecha solo se han sumado 400 de los 1.500 que hay en la comunidad, lo cierto es que el sector critica que esta situación se produce en la mayoría de ambulatorios y que, de hecho, muchos profesionales tienen que trabajar fuera de su jornada ordinaria para llegar a cubrir la demanda. Un problema que, dicen, no se resuelve con más trabajo repartido en otro horario, sino con más profesionales en atención primaria. Por eso, para sindicatos como CCOO, UGT o CSIF el número de trabajadores que han decidido aumentar su jornada es “muy bajo”, lo que demuestra la “improvisación” de la política sanitaria de la Junta de Andalucía.
El sector lo califica de “fracaso”
Para poner en contexto los datos, hay que destacar que, en total, hay algo más de 7.000 médicos de atención primaria (entre médicos de cabecera y pediatras) y casi 6.500 en el caso de enfermería. Es decir, el porcentaje de profesionales que participan de esta medida es de menos del 7% en el caso de los galenos y apenas un 3% si se trata de los trabajadores de enfermería. Para los sindicatos, estos números hablan por sí solos y demuestran el hartazgo del personal del SAS.
“Está claro que están agotados”, lamenta José Sánchez del Sindicato de Enfermería SATSE. “Tampoco les aclaran cómo se les va a abonar este trabajo: si como accesibilidad o como jornada complementaria ya que aún hay centros que les están diciendo que se paga como guardia. Lo primero que tienen que hacer es aclarar con sus gerentes cómo se abona ya que no puede ser que unos paguen como guardia y otros como accesibilidad”.
Para Rafael González, de CCOO, los datos son “exiguos”. “Si el porcentaje que hay es el argumento que utiliza Salud para solucionar el colapso, está claro que hay un colapso mayor”. A juicio de González, esta medida se define como otro “fracaso” después del intento por captar a profesionales jubilados. El sector no ahorra en calificativos para definir la actitud de la Consejería de Salud a la hora de planificar la atención primaria.
Cifras “pírricas”
Fuentes sectoriales recuerdan que hay ambulatorios en los que hay un problema añadido con los cupos. Estos cupos constituyen el número de pacientes a los que tiene que atender a diario cada médico y que, teóricamente, no debería superar el medio centenar de personas en los casos más extremos. Por el contrario ese número también se supera holgadamente. “En vez de contratar a más personal para disminuir los cupos, lo que hacen es que, si un médico se va de baja, pasa sus cupos a otro que está en activo y los tiene que atender gratuitamente”. Así, la sobrecarga de tareas aumenta en los centros de salud.
“El porcentaje pírrico de profesionales que hacen estas jornadas indica tres cuestiones: que los sanitarios no quieren alargar sus horas de trabajo, que la Administración no ha apostado por una verdadera continuidad asistencial como sí hace en atención hospitalaria y que no tiene ningún futuro el seguir maltratando a los trabajadores”, afirma Antonio Macías de UGT. Este sindicalista considera que lo que quieren los médicos es poder atender a menos pacientes para poder atenderles mejor y no durante más horas. El Sindicato Médico ha evitado hacer declaraciones sobre el asunto.
“Puede ocurrir que haya mucha gente que no quiera hacer un exceso de jornada porque están saturados y tienen una vida familiar que conciliar”, estima Victorino Girela del sindicato CSIF. “Me temo que, posiblemente, los que sí hayan aceptado sean aquellos que lo necesiten y no lo hacen voluntariamente porque probablemente se les presionará”. En definitiva, para el sector el plan de la Consejería de Salud para los centros de salud está haciendo aguas y dañando la sanidad pública de Andalucía. Por eso, mantienen la convocatoria de una manifestación para el próximo 19 de febrero en todas las capitales de provincia.