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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Y entonces llegó la crisis

Patricia Rodríguez Pagés

En 1983 las políticas de género en España eran un desierto. Cuando Carlota Bustelo llegó al Instituto de la Mujer se encontró con que las mujeres eran invisibles: sin datos ni estadísticas, su papel en la sociedad parecía inexistente. Uno de los mayores retos de la primera directora del Instituto fue sacarlas a la luz pública y hacer entender a todas las Administraciones la necesidad de que se las tuviera en cuenta en todos los ámbitos sociales. Este año se cumplen 30 años de esa primera conquista. A ella se sumarían después otras muchas: la ruptura de prejuicios, la transformación del modelo de familia y la plena incorporación al mercado laboral.

Hoy esa carrera por la plena igualdad de oportunidades iniciada hace tres décadas se ha encontrado con el freno que ha supuesto la crisis, e instituciones y colectivos de mujeres dan un dato: el desempleo “incrementa las desigualdades”, lo que perjudica muy especialmente a la mujer, que en Andalucía representan el 63% de la población parada, según datos del Instituto Andaluz de Mujer (IAM).

Para el IAM medidas como la reforma laboral y los recortes presupuestarios en la Ley de Dependencia y en la Ley de Igualdad “afectan directamente a la autonomía de la mujer y a su capacidad de compatibilizar la vida personal, familiar y laboral”. Y va más allá: “Harán falta 25 años para recuperar lo perdido”.

Los dinamizadores de la Asociación de Estudios Sociales por la Igualdad de la Mujer (AESIM) conocen bien este problema. Al llegar a barrios con necesidades de transformación social, como Amate, Polígono Norte o Torreblanca, en Sevilla, constatan el miedo de muchas de estas mujeres a perpetuarse en casa al cuidado del marido y de los hijos, porque hasta hace muy poco salían a trabajar y se sentían independientes. “Muchas mujeres tienen problemas de autoestima y se ven incapaces de salir de esta espiral”, dice Mari Carmen Navas, responsable de Género de la entidad, que explica que la peor parte de la actual situación económica se la llevan aquellas mujeres con menos recursos: “Si no tienen una plaza de guardería, ¿dónde dejan a los niños para ir a hacer una entrevista de trabajo?”.

Volver al papel de cuidadoras

Un informe del IAM que analiza la repercusión de los recortes sobre las políticas de igualdad afirma que los ajustes en la Ley de Dependencia “podrían devolver a las mujeres al rol de cuidadoras ya que, hoy, por cada hombre que abandona su puesto lo hacen 27 mujeres”.

“Claro que se nota la crisis. Hay menos recursos y los más perjudicados son aquellos colectivos que ya estaban mal –afirma Maribel Mora, coordinadora general de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía- . Antes de la crisis ya había 440.000 personas excluidas que no se beneficiaron de las épocas de bonanza. Hoy muchas de esas personas son mujeres que soportan dobles cargas”.

Pero si la mujer trabaja, gana en Andalucía el 76% de lo que cobra un hombre en el mismo empleo. Además, representan la mayoría de personas asalariadas con sueldos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (54%). CCOO Andalucía apunta que la mayor parte de los contratos a tiempo parcial (el 75%) están ocupados por mujeres. Esta precariedad en el empleo es “determinante para el aumento de la brecha salarial y para la paulatina feminización de la pobreza”, advierten. Sindicatos y colectivos denuncian que con la reforma laboral se facilita el denominado “descuelgue” de la negociación colectiva, que podría permitir a las empresas no aplicar la Ley de Igualdad.

Para la presidenta de la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias (FAME), Ana Alonso, “es una realidad innegable, una evidencia” que la crisis empeora fenómenos como la brecha salarial, aunque reconoce que no es un tema “prioritario” en la agenda de la patronal en estos momentos.

Como medidas de choque, el Gobierno andaluz ha anunciado la inversión de 13,2 millones para el fomento del empleo femenino en 2013: “Más de 41.000 mujeres podrían verse beneficiadas”, aseguran. En las previsiones, también, un aumento del 9% en las partidas dedicadas a las víctimas de violencia de género.

Medidas, pactos, acuerdos. Para la presidenta de FAME son claves contra la crisis, y no quiere ni oír hablar de retrocesos: “Son tan claras las conquistas y los esfuerzos en las últimas décadas, que las mujeres no vamos a permitir pasos atrás”.