Paula tiene sólo 10 años y al final de la reunión una duda: “¿Qué es el feminismo? No acabo de entenderlo. La igualdad entre el hombre y la mujer, ¿no? Que tengan las mismas oportunidades”. Su media sonrisa de satisfacción al llegar a esa conclusión dice mucho después de haber hablado, escuchado e intercambiado ideas y opiniones con otros menores que, como ella, tiene su propia visión del Día Internacional de la Mujer. Eldiario.es Andalucía, con la colaboración de las delegaciones autonómicas de Unicef y Save the Children, ha querido darle voz a la infancia antes de este nuevo 8M en el que “los mayores” vuelven a salir a la calle. “Es necesario pero debería ser todos los días. Todavía hace falta porque hay muchas mentes cerradas”, apunta contundente Elena (15 años).
Germán (14) y Pablo (13) también tienes su visión, que igualmente explican sin los tapujos o las convenciones sociales de las que en ocasiones pecan aquellos que hace tiempo que dejaron la escuela. “Muy necesario no es el 8M porque ya hay leyes que protegen la igualdad”, opina Germán, “hay otras cosas más importantes. ¿El coronavirus?”. Ellos se muestran más bromistas, dominan la conversación y coinciden al principio en destacar que el 8M hereda la lucha de la mujer “en la historia” por igualarse en derechos al hombre. Se acaban de conocer pero se aprecia cierta complicidad masculina, pese a que sus opiniones a veces no coincidan. “El 8M sigue siendo necesario para concienciar a la gente del machismo y esas cosas”, apunta Pablo. “La mujer ha estado oprimida mucho tiempo, pero menos mal que ha ido creciendo en derechos”, se corrige Germán, que mantiene que habría que “luchar también por los derechos de colectivos que siguen siendo aplastados como LGTB o por cuestión de raza”.
Al comienzo del encuentro, ninguno de los cuatro decía haber sido testigo de episodios de desigualdad o discriminación en su joven entorno. Mediada la charla, cuando se toca el tema de la violencia de género, tres de ellos explicaban con detalle cómo alguna amiga “no se estaba dando cuenta de que su novio no la dejaba hacer cosas”, recordaba Elena. El propio Germán, que ante esa pregunta había asegurado que había observado “escenas de discriminación pero no a mujeres”, narra la situación de una amiga que estaba siendo “manipulada sin darse cuenta”.
Paula no ve “diferencias” en el trato hacia niños o hacia niñas“ en su clase. ”Todos se llevan bien“, añade la más pequeña del grupo. Pablo dice escuchar ”demasiados chistes machistas“, a lo que Elena apunta que ”hay que pararles los pies a los niños cuando hacen comentarios de sus madres de fregar y eso“. ”Se supone que deberíamos respetarnos entre nosotros. En nuestra edad hay muchas cosas machistas. Los niños se creen los reyes del mundo“, añade. ”Y muchas niñas también“, se queja Germán. Elena recuerda: ”Tenía una amiga a la que su novio le regalaba cosas al principio pero luego la menospreciaba. Le dijimos que eso no era normal y se enfadó con nosotras“. Pablo se acuerda de una compañera a la que ”incluso le llegaron a pegar“. ”Le dijimos que se lo dijera a sus padres“.
En el colegio les han explicado qué significa la igualdad entre hombres y mujeres pero recuerdan más presencia del asunto en Primaria que en Secundaria. “Hemos hecho un concurso de carteles pero no nos dicen mucho más. Hay muchas charlas sobre el tabaco pero no de feminismo”, dice Elena. Según Pablo, en su centro han elaborado “un mural con mujeres famosas, no mucho más”. Paula echa de menos “que se hable más de eso, porque desde 3º no nos han dado ninguna charla”. El veto parental surge en la conversación. “Si se dan esas charlas en los colegios es porque son necesarias”, opina Pablo. Inevitablemente se habla también de Vox. “Pues han subido como la espuma, quieren quitar la ley contra la violencia de género y les han votado muchos jóvenes”, dice Elena.
Despegados de la actualidad no se les ve. Y tienen sus propias explicaciones. Por ejemplo, Germán, cree que el hombre “tiende a ser más agresivo”. “Por eso hace falta más igualdad. Nadie debería ser agresivo”, apunta Elena. Para Germán se trata de “un engendro psicópata” el hombre que asesina a su pareja o expareja, mientras Pablo lamenta que ellas “no se dan cuenta” de que “ellos se creen superiores”. Germán lo tiene claro: “que denuncie directamente y mande al novio a ....”. “Hay que ayudar a las mujeres que están siendo maltratadas”, dice Elena. “Los niños de ahora no deberían sentirse superiores porque así en el futuro todo estaría arreglado”, zanja Paula.
Mujeres en la historia: “¡Marie Curie!”
“¡Marie Curie!”, salta Pablo al plantearse en la mesa la presencia de mujer en la historia y en el ámbito laboral. “Esa se la sabe todo el mundo”, responde Elena. “Ya no me sé más”, contesta rápido Pablo, con el orgullo algo herido. “Al colegio siempre van hombres policía o bomberos pero nunca mujeres”, coinciden Pablo y Paula. “Yo creo que hay trabajos a los que las mujeres les gustan más. No se suelen ver mujeres legionarias”, opina Germán. “Pues yo tengo una prima guardia civil”, comenta Pablo.
“A un empresario le da igual si es un hombre o una mujer el que aspira a un trabajo sino su curriculum”, señala Germán, desconocedor de que, con igual currículum, las mujeres tienen un 30% menos de posibilidad de ser contratadas. “Una empresaria vino a hablar al colegio y decía que no cobraba tanto como un hombre”, señala Elena. “Eligen al hombre porque ven a la mujer más débil y eso no debería ser así”, concluye Paula al respecto. Para Pablo, es “un misterio del ser humano” que solo una cuarta parte de las científicas alcancen los puestos de máxima responsabilidad y lleguen a ser profesoras de investigación.
“Tengo la sensación de que la gente cree que los hombres están mejor preparados para tener puestos más altos”, reflexiona Elena. Según Germán, la solución pasa en general por fomentar el empleo público. Con la baja por maternidad, señala, “no se produce beneficio” y “eso hay que pagarlo”. “Hay muchas mujeres que no quieren tener hijos”, comenta Elena. Para Germán, el hombre es “más capitalista malévolo” y “busca el beneficio”. ¿La mujer no? “Es la psicología”, añade.
En “las cosas de casa”, los cuatro coinciden en que hombres y mujeres se están “equiparando” en cuanto a funciones. Pero en su clase casi siempre ha habido “delegado y no delegada”. “A mucha gente no le entra en la cabeza, así que hay que hacer más manifestaciones y otras cosas para que la igualdad llegue a más gente”, dice Paula. “Antes había mayoría de hombres universitarios y las mujeres a barrer. Por suerte, las cosas han cambiado”, considera Germán.
“Siempre hay víctimas y hay que seguir luchando”, apoya Elena. “Esto tiene que igualarse más”, sentencia Pablo. Para Germán, la igualdad en el plano legal está conseguida pero a efectos prácticos no. Paula, y volviendo al feminismo, sabía y sabe qué es el feminismo. Lo tiene claro. El encuentro les ha servido, a ellos y a los presentes, para reflexionar sobre la situación de la sociedad actual y de la que menores como ellos protagonizarán dentro de no tanto tiempo.