Andalucía no se libra del envejecimiento de la población y registra por primera vez más defunciones que nacimientos
El pasado año nacieron en Andalucía 70.050 niños, consolidándose como la comunidad autónoma con más partos en términos absolutos. Pero son 10.000 menos que en 2015 (80.633). En cambio, murieron 72.342 personas, prácticamente las mismas que en 2015 (72.001). Es la primera vez desde que existen estos registros en que el saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) es negativo en la comunidad autónoma, en concreto -2.292 efectivos, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De este modo, Andalucía, que hasta el momento se había librado de la gráfica más representativa del envejecimiento de la población, entra en la tendencia de la mayoría de los territorios de nuestro país. En España el crecimiento vegetativo ha sido negativo por segundo año consecutivo (con -56.262). Únicamente las comunidades autónomas donde la inmigración es mayor o tiene un porcentaje de población de origen extranjero más elevado, ese saldo vegetativo ha sido positivo: Comunidad de Madrid, Murcia, Baleares, Melilla y Ceuta, por este orden.
Siendo la comunidad autónoma más poblada, y la que corregía la preocupante pirámide de población de España, su comportamiento demográfico es clave para entender cómo envejece nuestro país, y resulta determinante a la hora de equilibrar la balanza hacia uno u otro lado.
De manera que, como en el conjunto de España, en Andalucía el comportamiento de la mayoría de los indicadores relacionados con la demografía es negativo (natalidad, fecundidad, mortalidad y nupcialidad), y sólo son positivos lo de edad media a la maternidad y esperanza de vida, que han crecido, lo que a su vez contribuye precisamente a ese envejecimiento. Lo que ha ocurrido es que en el sur, los cuatro primeros han entrado en declive después que en el resto del país, igual que los otros dos crecen a ritmo más lento.
Lo corrobora José María Feria, catedrático de Geografía Humana en la Universidad Pablo de Olavide, para quien “el boom de la inmigración previo a la crisis, con la llegada sobre todo de gente muy joven, ha frenado el envejecimiento en Andalucía, pero tarde o temprano iba a llegar”.
En su opinión, “es un reto que hay que plantearse”, y en este punto, incide en dos cuestiones. Por un lado, en que necesariamente no tiene por qué ser negativo el descenso en un contexto global de superpoblación, y por otro, en el problema de la concentración de estas situaciones en lugares muy concretos. Y pone el ejemplo de China como paradigma: “Su política de hijo único está teniendo unas consecuencias que el gigante ha comenzado a pagar y tendrá que replantearse”.
Natalidad: las extranjeras son madres más jóvenes
Como se ha señalado, dos de los indicadores más importantes son el de natalidad y el de fecundidad. Empezando por el primero, Andalucía continúa con una de las tasas brutas de natalidad más elevadas de España: 8,33 nacidos por cada 1.000 habitantes y con una probabilidad muy elevada de llamarse Manuel, ellos, y María, ellas, según la estadística de los nombres más comunes publicada también por el INE esta semana). Solo tienen una tasa bruta de natalidad más elevada Melilla (15,96), Ceuta (11,44), Murcia (9,86), Baleares (8,71) y Comunidad de Madrid (8,70). Sin embargo, hace una década era casi cuatro puntos más elevada en Andalucía: 12,28.
Precisamente, coinciden las tasas brutas de natalidad más elevadas con los lugares donde hay mayor presencia de extranjeros y donde, por tanto, las mujeres empiezan a tener hijos más jóvenes. En este sentido, las extranjeras lo hacen una media de tres años antes que las españolas y, pese a que ellas también lo están dejando para más tarde, no van a un ritmo tan acelerado a la hora de posponer la maternidad.
Por ello, si se mira por provincias, Almería, donde uno de cada cinco habitantes es extranjero según los últimos datos del padrón [más abajo se detalla], es la tercera con mayor tasa bruta de natalidad en España (10,48), por detrás de Melilla y Ceuta. Es también la segunda provincia con la edad media a la maternidad más baja, 30,60 años, sólo por detrás, y por poco, de Melilla (30,58).
Sin salir de Almería, y mirando los datos por municipios, que son de 2017, El Ejido, tantas veces llevado a los titulares de la prensa por su protagonismo en materia de inmigración y más recientemente por esto en relación a los comportamientos electorales, es el lugar con la tasa bruta de natalidad más elevada de España, con 13,52, por detrás de Melilla (16,06).
Fecundidad: las extranjeras doblan a las españolas
En cuanto a la tasa de fecundidad (nacidos por cada 1.000 mujeres), entre las extranjeras casi dobla a las españolas (50,70 frente a 32,74) y el reparto es similar por comunidades autónomas. De nuevo, Almería es la tercera provincia a la cabeza en este indicador (44,94), superada únicamente por Melilla y Ceuta.
En definitiva, los extranjeros contribuyen a ralentizar este envejecimiento de la población. La caída en el número de nacimientos fue mucho mayor entre las españolas (con siete puntos menos) que entre las extranjeras (con un punto menos). Coincidieron los porcentajes más elevados de nacimientos de madre de otras nacionalidades con las provincias de Andalucía donde viven más extranjeros. En concreto, en Almería, con un 33,9%, uno de cada tres nacimientos fue de madre extranjera, y en Málaga, con un 19,2%, prácticamente uno de cada cuatro.
Migraciones: vienen menos y se van más
Hay que mirar pues también los últimos indicadores de inmigración, publicados igualmente por el INE esta semana, si bien este caso son 2017. Destaca la tasa bruta de inmigración que publica desde hace una década. Son inmigraciones por cada 1.000 habitantes. Después de caídas con motivo de la crisis, empezó a recuperarse en España coincidiendo con el repunte de la economía en 2014 y esa tendencia ha sido la misma en Andalucía. De todas maneras, con un 7,45, está casi cuatro puntos por debajo de la media nacional (11,44).
Hasta 2017 llegan también los datos de la tasa bruta de emigración, o sea, de los que se van, y en este caso Andalucía está por debajo de la media, pero va a más. De hecho, si se mira la última década, en el conjunto del país se han reducido las emigraciones por cada 1.000 habitantes si se compara con los años duros de la crisis. Por el contrario, en Andalucía no han dejado de crecer y, con un 6,40, presenta la más elevada de los últimos 10 años.
Nupcialidad: más hijos fuera del matrimonio
Igualmente, baja la tasa de nupcialidad (matrimonios por cada 1.000 habitantes), si bien esto es, como se dicho, un indicador de comportamiento demográfico, no de natalidad, porque precisamente cada vez nacen más hijos de madres no casadas, en concreto un 46,79% de los alumbramientos en España, 15 puntos más que hace una década. En Andalucía, esta tendencia era incluso más clara y los nacidos fuera del matrimonio representaban, en 2017, el 48,76 del total, 20 puntos más que con el inicio de la crisis.
No obstante, el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) ha aportado los datos en este sentido correspondientes a 2018: el número de nacimientos de madre no casada (32.716) descendió ligeramente respecto a 2017, suponiendo el 46,70% del total. Por cierto que en la provincia de Cádiz, más de la mitad de los nacimientos son de madre no casada.
También según el IECA, del total de nacimientos, el 50,6% correspondió a madres primerizas, mientras que en el 37,6%, las madres repetían experiencia por segunda vez, y el resto, por tercera o más. De manera que esto indica también que solamente uno de cada 10 mujeres tuvo tres o más hijos el pasado año.
Por concretar, durante 2018 se registraron 163.430 matrimonios en toda España, un 5,9% menos que en 2017. Mientras, el número de matrimonios celebrados en 2018 y que fijaron su residencia en Andalucía fue de 29.199 (un 4,3% menos que el año anterior).
Mortalidad: en Andalucía se vive menos
Para concluir, puede que en Andalucía se viva mejor, pero no más. De hecho, los valores más elevados en la esperanza de vida se registran en la Comunidad de Madrid (84,8 años), Navarra (84,2) y Castilla y León (83,9), y los más bajos en las ciudades autónomas de Melilla (80,5 años) y Ceuta (80,8) y en Andalucía (81,9).