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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Críticos con Juan Marín empujan a Luis Salvador como candidato de Ciudadanos en Andalucía

Luis Salvador, flanqueado por Juan Marín y Albert Rivera, junto a Inés Arrimadas

Álvaro López / Olga Granado

La balsa de aceite que son sus relaciones con el PSOE en Andalucía es precisamente la que remueve las aguas en las bases de C's, donde la corriente de críticos con Juan Marín está impulsando a Luis Salvador, diputado por Granada, como candidato en unas primarias en las que el actual líder ya ha confirmado que va a presentarse. “Va muy bien, más que bien, encaminado”, sostienen en su entorno sobre la gestación de esta alternativa frente a un modelo de C's del que reniegan por haberse “vendido” a los intereses de Susana Díaz.

En las elecciones municipales de 2015, Luis Salvador fue el impulsor de las candidaturas de su partido en cinco de las ocho provincias (Almería, Córdoba, Granada, Jaén y Málaga), pero fuentes de C's sostienen el apoyo con el que cuenta no se limita a las mismas, sino que está presente en todo el territorio. Y apuntan otro dato para mostrar la fortaleza de Luis Salvador: fue el más votado por los militantes de los compromisarios para la delegación de Andalucía en el último congreso del partido en Madrid, escoltado, además, por otros tres granadinos como los más respaldados.

Estos movimientos no pasan desapercibidos para Juan Marín, quien en su día obtuvo el aval de Albert Rivera como candidato a la presidencia de Andalucía para sorpresa de los que ya entonces apostaban por Luis Salvador. De hecho, llamó la atención, después precisamente de esos resultados para los compromisarios, que en la conformación de la nueva ejecutiva del partido el pasado verano, con Manuel Buzón y Elena Sumariva en su núcleo duro, Juan Marín dejara fuera a Luis Salvador. Finalmente entró en el Comité Autonómico de Ciudadanos en Andalucía, considerado un segundo nivel en la estructura porque se le esperaba como responsable de algún área, pese a que Juan Marín ha negado en más de una ocasión que exista tal diferenciación en el organigrama.

Una trayectoria de encuentros y desencuentros

Luis Salvador había dejado el PSOE tras frustrarse su intención de liderar el partido en la provincia y fue entonces cuando comenzó su acercamiento a Sebastián Pérez, si bien él califica de “relación cordial” y no de amistad su relación con el presidente del PP en la provincia y de ahí con Juan Manuel Moreno, líder de los populares en Andalucía. Si los populares quieren recuperar la alcaldía de Granada, más todavía hacerse por primera vez en la historia con el poder en Andalucía, y un C's liderado por Luis Salvador se les pinta más propicio en esta intención. Es decir, a la hora de inclinar la balanza si vuelven a tener la llave de gobierno, creen que sería el hombre que apostaría por un cambio y el fin de la era socialista.

De hecho, tanto en el PP como en el sector crítico de C's están convencidos de un adelanto electoral -como muy tarde con comicios en otoño- con el que Susana Díaz intentaría ganar tiempo frente a los movimientos entre sus socios de investidura y la posibilidad de que no se encuentre delante de un negociador tan a su medida como Juan Marín, quien a su vez se esfuerza públicamente en defender que la presidenta le ha negado tal posibilidad de precipitar los comicios.

En este escenario, no pasan tampoco desapercibidas las críticas que le llegan a Luis Salvador a través de Domingo Funes, quien se presentó a las elecciones municipales con el PA pero es hermano de uno de los diputados del Parlamento de Andalucía más cercanos a Juan Marín, el granadino José Antonio Funes. Pero sobre todo llegan de dentro de C's, una formación en la que se percibe con desasosiego el control de las siglas por parte del conocido como clan de la Manzanilla, por ser Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), municipio en el que empezó el entendimiento de Juan Marín con el PSOE, la cuna del partido en Andalucía.

Por mucho que Juan Marín se empeñe en diferenciar entre dos PSOE, el de un Pedro Sánchez cada vez más enfrentado a Albert Rivera y el de una Susana Díaz que tiene a C's como aliado, sus críticos inciden en el “daño” que esto puede hacer a un proyecto creado para cambiar las cosas en la política, mientras que en Andalucía paradójicamente se ha traducido en afianzar la hegemonía socialista. 

Estrategias de cada uno

La supuesta intención de Juan Marín de desmarcarse del PSOE incrementando su presión sobre los socialistas en el último año de legislatura, con nuevos compromisos para el presente curso como una batería iniciativas para desatascar las leyes del pacto de investidura que se han quedado por el camino, no parecen convencer a sus detractores que lo ven “amortizado” como referente de C's en la comunidad autónoma más poblada. Es más, este aviso de incremento de la tensión se contradice con otras afirmaciones que reiteraba Juan Marín esta semana, como la posibilidad de apoyar unos cuartos presupuestos autonómicos o que incluso justificara que la presidenta no lo haya convocado como a los demás grupos para hablar del posicionamiento común para el modelo de financiación insinuando un trato distinto para un partido que se ha comprometido “con la estabilidad” del Gobierno de Andalucía, casi como si formara parte del mismo.

Luis Salvador tiene a tiro cultivarse el beneplácito de Albert Rivera, quien ya lo acompañó en Granada en la campaña del 20D cuando lideró la lista por la provincia, y con el que comparte bancada en el Congreso de los Diputados, pero esta relación empezó cuando el movimiento comenzaba a gestarse en Catalunya. Su condición de especialista en marketing político le ha permitido convertirse en uno de los hombres clave de Albert Rivera en materia de redes sociales.

El también portavoz de C's en la provincia es funcionario Funcionario de carrera de la Diputación de Granada. Estudió Ciencias Políticas y de la Administración se jacta de no ser “político de profesión” ya que recuerda que sus cargos se resumen básicamente a haber sido senador del PSOE entre 2004 y 2011 y concejal por C's en el Ayuntamiento de Granada desde 2015 hasta que ocupó el escaño en el Congreso de los Diputados. Es un político que ha forjado su fama a base de trabajársela acudiendo a diversos medios de comunicación. Durante un tiempo fue colaborador habitual de El gato al agua en Intereconomía llegando a coincidir en tertulias con Pablo Iglesias cuando ninguno de los dos ostentaba cargo público.

Se une a todo esto que Luis Salvador ha sabido jugar muy bien sus cartas en asuntos sensibles como la fusión hospitalaria en Granada, causante de uno de los mayores quebraderos de cabeza del Gobierno de Susana Díaz, quien se vio obligada a destituir a la cúpula de la Consejería de Salud. Mientras que Juan Marín ha sido “tibio” con este asunto, según sus críticos, Luis Salvador no ha dudado en participar en las manifestaciones convocadas por el azote de la Junta de Andalucía contra la fusión hospitalaria, Jesús Candel Spiriman.

La beligerancia de Luis Salvador con el PSOE tenía el año pasado un sonado episodio que a su vez dejó en evidencia su tensión con Juan Marín, cuando apostó por la reprobación de Francisco Cuenca, el socialista alcalde de Granada a quien precisamente C's favoreció el acceso al poder, después de un año investigado por supuesta usurpación de funciones públicas. Luis Salvador no habló de moción de censura, sino que le exigió su dimisión, pero en cualquier caso fue inmediatamente desautorizado por Juan Marín: “Se excedió al pedir la dimisión del alcalde de Granada. Sólo le compete al grupo municipal de C's”.

En este contexto, Juan Marín está haciendo ya un intenso trabajo de campo recorriendo Andalucía y reforzando su presencia en las provincias más orientales. Porque si bien es cierto que aspiraría a la reelección con las credenciales de logros como la práctica eliminación de impuesto de sucesiones y donaciones impuesta a Susana Díaz o el haber montado la estructura de C's en Andalucía, sus detractores le recuerdan el saldo negativo en las capitales de provincia: en Jaén, C's se quedó sin sus tres concejales; en Huelva, ha perdido dos de tres tras pasar a ser no adscritos; y en Almería, a punto ha estado de pasar cuando la edil Mabel Hernández anunció que dejaba el grupo municipal y tuvo que intervenir el propio Juan Marín para frenarla. Es más, hay quien hace extensivo este malestar a Málaga recordando que por esta provincia era diputada de C's Carmen Prieto, hoy no adscrita en el Parlamento de Andalucía, con lo que el grupo ha pasado de nueve a ocho.

Entretanto, en el equipo de Juan Marín -en realidad casi con el mismo interés que en el resto de partidos- aguardan con expectación los resultados del Egopa, la encuesta de referencia en Andalucía que periódicamente realiza la Universidad de Granada y que en su edición de invierno verá la luz en febrero. En la última, fue el líder más valorado, “pero también el más desconocido”, según recuerdan sus críticos, quienes sostienen que si tan bien parado salía es porque “le gusta a los votantes del PSOE”.

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