La consecución de un acuerdo que evite la quiebra de Abengoa se retrasa. Como, por otra parte, era de esperar siendo tantos los afectados por su eventual suspensión de pagos y siendo tan elevadas las cifras en juego.
Desde el mayor de sus acreedores, el Banco Santander, que, como tal, lidera las negociaciones, aseguran que siguen esperando a conocer cuál es la propuesta concreta de la multinacional sevillana: “Que activos se venden, qué deuda se amortiza, cuál pasa al concurso de acreedores, si se capitaliza deuda (pagar parte convirtiéndola en acciones de la compañía), si hay quita, cuánta, y como se reparte ... mientras no tengamos ese cuadrante, no habrá nada que decir”.
En realidad, esas palabras suponen una aceptación por parte de las entidades financieras de que la declaración de un concurso de acreedores es prácticamente inevitable.
Por su parte, desde la consultora KPMG, a la que los bancos acreedores han encargado analizar la situación financiera y contable de la sociedad, anuncian que no esperan tener listo su informe final y conclusiones antes del viernes.
También la agencia de calificación Moody's acaba de advertir a los inversores que compraron bonos de su filial Abengoa México que es casi imposible que recuperen su dinero tras anunciar ésta que incumplirá el plazo de amortización de dos emisiones de bonos, es decir, que no les devolverá su dinero.
Mientras, la crisis empieza a transformarse en conflicto. La CNMV acaba de aceptar a trámite la denuncia presentada por UPyD que considera que el Consejo de Administración de Abengoa podría haber ocultado información a los inversores sobre su situación real de endeudamiento.
En otras palabras, la bola de nieve sigue agrandándose, mientras rueda montaña abajo cada vez a más velocidad. Pero desde el Gobierno, la ministra de Empleo, la también andaluza Fátima Báñez, pide calma a los comprensiblemente asustados trabajadores, porque la empresa aún “ tiene cuatro meses para negociar”.
Tampoco el Gobierno andaluz parece muy dispuesto a mover ficha. “No es admisible que la autoridad laboral andaluza no nos haya convocado aún a empresa y sindicatos para que explique cuáles son sus planes. No puede permanecer al margen de todo”, protesta Francisco Carbonero, el secretario general de CCOO Andalucía.
Carbonero está convencido de que si Abengoa no ha planteado todavía ningún expediente de regulación de empleo es porque “está tirando del gran colchón que le proporciona la situación de precariedad de sus empleados”. Es decir, no renuevan contratos, y prescinden de eventuales, aprendices y becarios.
La realidad, pues, es que cada hora que pasa la situación se deteriora más, al tiempo que se aleja la posibilidad de evitar la tan temida quiebra.