La Junta de Andalucía declaró este jueves una “alerta sanitaria” por listeriosis sobre el producto “Chicharrón Especial” de la marca La Montanera del Sur, elaborado por la empresa Incarybe, S.L., con sede en Benaoján (Málaga), un municipio y una zona (la Serranía de Ronda) con una importante producción porcina. Se trata de la segunda alerta sanitaria que declara la Junta de Andalucía, después de la conocida el 15 de agosto sobre la carne mechada “La Mechá” de Magrudis (ampliada luego a todos los productos de la empresa sevillana y a los distribuidos por comercial Martínez León).
Hasta la tarde de este viernes había también una alerta alimentaria sobre la carne mechada de Sabores de Paterna, que tiene su sede en Paterna de Rivera (Cádiz). Sin embargo, la Junta de Andalucía levantó el veto para vender productos, aun manteniendo la fábrica cerrada, después de que los 14 lotes sometidos a análisis arrojaran un resultado negativo. Después de que su nombre se haya expuesto públicamente, los productos de esta empresa no han dado positivo en listeria.
Tres alertas en apenas un mes es un hecho inusual. Dos expertos han mostrado a eldiario.es/Andalucía su sorpresa ante esta acumulación de alertas públicas. La Junta de Andalucía mantiene que ha sido una “simple coincidencia”, según señaló este jueves a este medio, pero la celeridad en declarar las últimas alertas contrasta con los retrasos y las dudas en la comunicación del brote provocado por los productos de Magrudis.
Alertas desvinculadas
Este viernes, Salud introdujo una variante: desvinculó las alertas sobre La Montanera del Sur y Sabores de Paterna de la de Magrudis (causante del brote de agosto), aludiendo a la “excepcionalidad” de esta última. La Junta de Andalucía trató de establecer una clara diferencia entre la alerta de Magrudis (215 afectados) y las otras dos (con ningún y un afectado). Aún no se ha establecido vinculación entre las cepas, y las alertas, dijo José Miguel Cisneros, “no están relacionadas entre sí”, según recoge EFE. Cisneros añadió que la de Sabores de Paterna es “una más” de las declaradas cada año por AECOSAN, mientras que la de La Montanera del Sur es un “brote limitado”, “común en los países desarrollados, causando en general pocos casos de infección”.
Hasta ahora las tres alertas se habían tratado sin distinción, lo que había generado extrañeza entre algunos expertos consultados por este medio.
“No es frecuente”
“No es frecuente que haya estas declaraciones de alerta”, explica un experto vinculado al sistema público de vigilancia epidemiológica, que pide no ser citado por su nombre. “Hay una política de control sistemático para garantizar la seguridad y pueden aparecer alertas que no se comunican al público, sino que se interviene parando el lote implicado. De esas hay muchísimas”.
“El sistema de alerta alimentario no llega nunca a los medios, salvo que haya que advertir a las personas de que un determinado producto se ha escapado del control”, añade. Según el experto, la presencia de listeria por sí sola “no es motivo de nada, ni siquiera de intervención”, ya que esta bacteria puede encontrarse en concentraciones que no sean peligrosas para la salud. No obstante, el acceso de la ciudadanía a la información es un principio rector de las leyes de salud pública. La decisión de comunicar a la opinión pública la toma la Consejería de Salud, que parece disponer de un amplio margen de discrecionalidad.
Lo mismo señala May Artacho, formadora en seguridad alimentaria. “Cualquier persona que se dedica a esto sabe que ocurre cada dos por tres. Es posible encontrar listeria en carnicerías, porque no hay seguridad al 100%”. Cuando se detecta la presencia de la bacteria en la inspección de un local se concede un plazo para adoptar medidas correctoras. “Si saltasen todas las alertas alimentarias a la información pública seríamos todos veganos”, señala Artacho, que apunta a la importancia de la trazabilidad para conocer el origen de la infección: “Si no, lo tienes pululando eternamente, y si declaras alertas alimentarias de todo estás creando el caos, pero no solucionando el problema”.
En el caso de La Montanera del Sur, la Junta de Andalucía asegura que se produjo un positivo en una muestra tomada en sus instalaciones. Sin embargo, no se conoce si se produjo en la muestra de un análisis de superficies o del producto, y en tal caso, en qué lote. Desde la Consejería responden que se trata de “muestras en general”, pero Artacho resalta la diferencia con la reciente alerta por la toxina botulínica, del que inmediatamente se informó del lote de latas de atún afectado.
“Alertas hay muchas”
El protocolo de vigilancia y alerta de la listeriosis de la Junta de Andalucía, actualizado en septiembre de 2011, establece que un sólo caso de listeriosis se considera alerta en Salud Pública (por tanto, sanitaria) por ser “enfermedad de declaración obligatoria de declaración urgente”. El protocolo obliga a una intervención inmediata con tratamiento antimicrobiano, pero no suele comunicarse a la opinión pública. De hecho, la Listeria monocytogenes provoca en España unas 400 infecciones y 30 muertes cada año, sin que trasciendan los casos.
Tampoco el manual de procesos de alertas elaborado por la Consejería de Salud (revisado en 2013) permite concluir cuándo debe trasladarse a la opinión pública.
Fuentes del Ministerio de Sanidad, que recibe estas alertas a través de la Red de Alerta Alimentaria, explica que cuando las confirmadas se comunican es cuando tienen “especial importancia para la población”. “Alertas hay muchas, pero no todas necesitan ser comunicadas”. La agencia española de consumo, seguridad alimentaria y nutrición señala que la alerta alimentaria se declara “bien por su repercusión sanitaria o por su posible distribución al consumidor final”, pero todas las fuentes consultadas creen que la especial sensibilidad entre consumidores, sanitarios, técnicos y políticos ha podido influir en esta acumulación de alertas públicas.
En la comunicación de las alertas de listeriosis se está produciendo incluso cierta confusión terminológica. La Junta de Andalucía declaró este jueves la “alerta sanitaria”, como la ya declarada por los productos de Magrudis, mientras que mantiene la referida a Sabores de Paterna como “alerta alimentaria”.
Sin embargo, desde el ministerio aseguran que han registrado la alerta de este jueves como “alerta alimentaria” en el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), y que desconocen los motivos por los que la Junta de Andalucía la denomina “alerta sanitaria”.
“La alerta sanitaria es cuando hay, al menos, un afectado. En la alimentaria no hay afectados”, dice un portavoz de la Consejería de Salud para explicar la diferencia. El Ministerio la registra como alerta alimentaria porque se trata de una intoxicación provocada por un alimento.