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Reinventar el hammam a base de coworking

Hace seis siglos Andalucía era Al-Andalus. Sus ciudades musulmanas se convirtieron en importantes centros culturales. Dentro de los núcleos urbanos comenzaron a proliferar las conocidas termas, que no eran otra cosa que espacios cerrados y acondicionados para que los ciudadanos se diesen baños de vapor. Poco, o casi nada, tenían que ver con los clásicos SPAs que tanto se han popularizado en la actualidad. Sin embargo, todavía hoy se pueden encontrar vestigios de aquella cultura. En el centro histórico de Málaga, en las estrechas calles que colindan con la zona de la Plaza de la Merced, se levanta un antiguo edificio del siglo XVIII hoy convertido en hammam. Sus actuales gestores ocuparon la gerencia del mismo a comienzos de año, aunque no fue hasta el 1 de agosto cuando abrió sus puertas al público después de una profunda reforma.

Pero estas termas, que comercialmente se denominan Hammam Open Space , intenta distanciarse en algo de lo que ofertan otros espacios similares de Málaga o de otras ciudades. Más allá de ofrecer los baños tradicionales árabes, en salas a distintas temperaturas donde los usuarios usan cuencos de agua para vertirla sobre sus cuerpos, el nuevo concepto apuesta por convertir este edificio en un espacio abierto a profesionales relacionados con la salud estética y el relax.

Su actual gerente es Fernando Mendizábal. Después de un periodo en paro y tras pasar por múltiples sectores -desde la jardinería hasta la recepción de un hotel- se ha lanzado a esta aventura empresarial basando su propuesta en un concepto muy extendido en otros países europeos, pero no tan conocido en España en este segmento empresarial: el coworking. Pese a lo llamativo de su idea, reconoce que esta labor de crear una especie de punto de encuentro para profesionales de distintas disciplinas, y donde todos puedan salir ganando, “está costando más de lo que se pensó en un principio”.

La idea es que fisioterapeutas, masajistas, osteópotas… y profesionales relacionados con el bienestar puedan compartir un espacio en su Hammam para poder desarrollar su trabajo. Sin embargo, todos chocan con una cuestión que no es otra que la misma que encuentran los que intentan lanzarse al mercado laboral por cuenta propia: los altos costes que supone hacerse autónomo.

Con el objetivo de facilitar este novedoso engranaje, el Hammam Open Space dispone de una plataforma virtual en la que estos profesionales pueden conocer y coordinar las distintas actividades que se pueden realizar en este histórico inmueble. “Tratamos de exportar un concepto que en el resto de Europa se aplica con normalidad, pero que aquí en España aún no está lo suficientemente normalizado”, afirma Fernando Mendizábal quien, pese a que explica que de momento “la idea no termina de cuajar”, él piensa “seguir intentándolo”.

Pero no son las única trabas a la que se enfrenta el nuevo hammam de Málaga. Una zona que no termina de recuperarse arquitectónicamente (pese a que la mejora en los últimos años es más que evidente) y la imposibilidad de acceder a ayudas públicas también lastra el crecimiento de esta nueva empresa. Su gerente asegura que “aunque no nos puedan dar fondos económicos porque no hay convocatorias, si nos pueden ayudar para mejorar la señalización para llegar al Hammam Open Space o incluirnos en guías municipales de turismo”. “Somos una empresa relacionada con el principal sector de provincia de Málaga -añade Fernando- pero sin embargo no recibimos ningún tipo de apoyo público y eso da mucha rabia”.

Por el momento, y pese a la corta vida de la empresa, una decena de personas ya trabajan directa o indirectamente en este proyecto. Ilusión e ideas novedosas no les faltan de cara al futuro. De hecho, quizá lo más llamativo, es realizar representaciones teatrales, como ‘La vida es sueño’, en el interior de los baños desde la próxima primavera.

Incluso, se prevén exposiciones o conferencias (como la que ya ha organizado la Asociación Cultural Zegrí) en el resto de plantas de un edificio que, además, cuenta con una terraza con impresionantes vistas a la Catedral. El deseo de Mendizábal, que el Hammam Open Space tenga poco que envidiar a los baños árabes que se encuentran en países como Marruecos, Egipto o Turquía.

Hace seis siglos Andalucía era Al-Andalus. Sus ciudades musulmanas se convirtieron en importantes centros culturales. Dentro de los núcleos urbanos comenzaron a proliferar las conocidas termas, que no eran otra cosa que espacios cerrados y acondicionados para que los ciudadanos se diesen baños de vapor. Poco, o casi nada, tenían que ver con los clásicos SPAs que tanto se han popularizado en la actualidad. Sin embargo, todavía hoy se pueden encontrar vestigios de aquella cultura. En el centro histórico de Málaga, en las estrechas calles que colindan con la zona de la Plaza de la Merced, se levanta un antiguo edificio del siglo XVIII hoy convertido en hammam. Sus actuales gestores ocuparon la gerencia del mismo a comienzos de año, aunque no fue hasta el 1 de agosto cuando abrió sus puertas al público después de una profunda reforma.

Pero estas termas, que comercialmente se denominan Hammam Open Space , intenta distanciarse en algo de lo que ofertan otros espacios similares de Málaga o de otras ciudades. Más allá de ofrecer los baños tradicionales árabes, en salas a distintas temperaturas donde los usuarios usan cuencos de agua para vertirla sobre sus cuerpos, el nuevo concepto apuesta por convertir este edificio en un espacio abierto a profesionales relacionados con la salud estética y el relax.