Los alcaldes andaluces rechazan el plan b de la Junta a la tasa turística: exigir a Sánchez el IVA de los viajeros a cambio
El Gobierno de Juan Manuel Moreno ha enterrado en un nuevo ente administrativo el incipiente debate sobre la conveniencia de imponer un tributo a los turistas que visitan Andalucía. Ahí permanecerá por un buen tiempo, quizá hasta desinflarse del todo. Tampoco cuajará, al menos de momento, la alternativa sugerida por el propio Gobierno andaluz, consistente en reflexionar sobre la insuficiencia de la financiación municipal. Esta mañana, el consejero de Turismo había sugerido estudiar la posibilidad de sacar recursos para los municipios turísticos de impuestos como el IVA. Pero por la tarde ha dicho que el presidente de la Federación Andaluza de Municipios (FAMP) le había “desmontado” su visión sobre el asunto.
Así que dos meses después de que el presidente andaluz instruyese a su consejero para que “impulsara” una reunión entre empresarios y municipios que abordase una posible “tasa turística” en Andalucía, unos y otros se han encontrado en Málaga en una reunión de apenas media hora, de la que han salido con un anuncio: se va a crear un Observatorio para la Sostenibilidad Turística Local en Andalucía. No hay acuerdo para avanzar, ni hacia la tasa ni hacia una reclamación que abra ahora el melón de la financiación local mediante otros tributos ya existentes, que supondría implicar también al Gobierno central.
El Observatorio, aún vacío de contenido, se incardinará en el seno de la Federación Andaluza de Municipios, contará con integrantes de la Confederación de Empresarios, de la Junta de Andalucía y de los entes locales, puede que de alguna institución más, que hablarán de “tributos, financiación local, sostenibilidad y producción de servicios públicos”. Pasarán varias semanas hasta que se constituya, más tiempo hasta que recabe los datos y quién sabe cuánto hasta que proponga algo.
Bernal: hablar de nuevos tributos es “prematuro”
“Nos parece prematuro hablar ahora como solución de una tasa o impuesto al turismo, sin que tengamos claros cuáles son los impactos que tenemos que resolver”, ha explicado el consejero Arturo Bernal, desinflando así una expectativa que había sido alimentada por el propio presidente de la FAMP y alcalde de Córdoba, José María Bellido (PP).
Este lunes, Bellido se ha conformado con el Observatorio. “Es mejor dejar que se enfríen ciertos asuntos”, ha subrayado, en una referencia implícita a las visiones enfrentadas que se manifestaron hace unas semanas, con el alcalde cordobés exigiendo una “negociación formal” para la tasa turística y el Gobierno de Moreno tratando de abortarla y visiblemente molesto.
Tampoco ha cuajado la vía abierta por el propio Bernal, quien por la mañana en Sevilla había sugerido dar un pellizco al IVA para solucionar la infrafinanciación de los municipios turísticos, supuesto origen del debate sobre la tasa turística. Según sus cálculos, los más de 34 millones de turistas que visitaron Andalucía en 2023 pagaron unos 2.500 millones de euros en el IVA que se aplicó a los bienes y servicios que consumieron. “Con que se recogiera el 1%, serían 250 millones para revertir a esos usos”, había anticipado Arturo Bernal antes de la reunión.
Sin embargo, cuando se le han pedido aclaraciones al finalizarla, ha dicho lo siguiente: “Mi opinión ha sido desmontada: yo entendía que esto era un problema de financiación, y él [en alusión a Bellido] me ha dicho que era de sostenibilidad. Mi visión era ”si tenemos recursos, para qué vamos a poner más impuestos“. Era un ejemplo”.
Bellido ha ahondado en la explicación: “Detectamos una preocupación en parte de nuestros vecinos, porque el turismo, fenómeno positivo, no comporte impactos negativos en algunos aspectos. No se trata tanto de financiación, que es una parte, sino hablar de vivienda, ocupación de espacios públicos, qué tipo de turismo, servicios públicos que se prestan…”.
Y para ello, se creará el Observatorio, sin capacidad legislativa y con posibilidades, a priori, meramente informativas.
El consejero de Turismo admite “impactos negativos” del turismo
En este tiempo, poco han variado las posturas. Los empresarios mantienen el rechazo tajante a la tasa, los municipios turísticos observan con preocupación el impacto negativo del crecimiento imparable del turismo y la Junta de Andalucía, que durante estas semanas ya había mostrado su oposición a introducir un nuevo impuesto, ha profundizado en el viraje que ya venía aplicando al debate, hasta admitir, ahora, que hay externalidades negativas en las espectaculares cifras de turistas y negocio.
Bernal, que suele alertar del riesgo de acabar con “la gallina de los huevos de oro”, dice ahora entender que el boom turístico también puede tener un reverso negativo. “Entendemos que el turismo genera beneficios, pero también algunos inconvenientes e impactos negativos que lo sociedad nos está diciendo”, ha comentado hoy. En un mensaje casi calcado, también lo ha dicho Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios, hablando de “externalidades no deseadas”, y de “sostenibilidad”, que él ha vinculado a problemas de “convivencia”.
El Gobierno andaluz ve con temor el debate sobre el modelo turístico y su posible extensión desde otros territorios tensionados como Canarias o Baleares. Hay ya al menos una manifestación en Málaga prevista para el próximo 29 de junio. El propio Bernal dice ser consciente del caldo de cultivo que se está generando, pero cree que puede aplacarlo sin “tomar decisiones que pueden ser irreversibles”. E insiste las cifras que lo ponen en valor: el sector da trabajo a 450.000 andaluces, supone 26.000 millones de euros en ingresos directos e impacta en 76 sectores de actividad.
En este esfuerzo, ha encargado incluso una encuesta sobre percepción del turismo, con la que se ha dado la razón y se han sacado titulares dudosos, como que solo el 16% de los andaluces respalda la tasa turística. Lo cierto es que el peso de las grandes capitales saturadas (como Granada, Cádiz, Sevilla o Málaga) en esa encuesta está diluido entre pequeños municipios, de modo que no hay una muestra proporcional a la población que permita extrapolar el dato. Este medio ha requerido el desglose de los porcentajes según el punto de muestra o, al menos, de la tipología (saturación alta, media o baja), sin obtenerlo.
En capitales como Sevilla o Málaga está cuajando la percepción (germinada hace ya años) de que hay un extractivismo de rentas a costa de la población local, que ve cómo el número de pisos turísticos crece de forma desbocada (más de 11.000 registrados en Málaga capital; la provincia lidera el ranking español, si bien Turismo rebaja a poco más de la mitad los activos) a la par que se encarecen los alquileres, con incrementos interanuales por encima de los dos dígitos desde hace dos años.
Basta consultar las plataformas de alquiler para constatar que pisos humildes se alquilan en Málaga por hasta 2.500 euros al mes, y que muchos de los que están a la venta por cifras inasumibles para un salario medio añaden un plus: con licencia turística. En Turismo insisten en que no hay estudio que sostenga la relación entre el crecimiento de viviendas turísticas y encarecimiento de la vivienda, y subrayan que con el Decreto aprobado hace unos meses, los municipios ya tienen herramienta para intervenir en el mercado.
A este contexto se suma también la supresión de la gratuidad de los museos y yacimientos públicos andaluces igualando a residentes y turistas, una medida que Bernal pretende llevar en breve al Consejo de Gobierno. La Junta de Andalucía calcula que así recaudaría 7,8 millones de euros. La Junta pretende cobrar de tres a ocho euros en estos lugares, con el máximo en Medina Azahara, los Dólmenes de Antequera, el Museo de Málaga y el Bellas Artes de Sevilla.
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