Entre la “alegría” y el “miedo” de volver al cole. El Parlamento andaluz confronta dos versiones límites del regreso a las aulas
El Parlamento de Andalucía retomó este miércoles el curso político con un agrio debate sobre la vuelta a las aulas, prevista para 24 horas después en las etapas de Infantil y Primaria (781.020 alumnos en 2.599 centros docentes). La vuelta al cole en Andalucía afecta a más de dos millones de alumnos -sumando a las universidades- y supone una prueba de fuego para el Gobierno autonómico, muy cuestionado por la oposición de izquierdas por la falta de planificación, de recursos humanos y materiales para garantizar la seguridad de los estudiantes y del personal docente frente al coronavirus.
Sus señorías han llegado exhaustos a un debate que, en realidad, lleva semanas en el candelero. Se han escuchado pocas ideas interesantes que sirvan de orientación a quienes este jueves abren las escuelas y para quienes llevarán a sus hijos al colegio por primera vez en seis meses (el confinamiento cerró las aulas en marzo). Pero el debate sí ha arrojado posiciones enconadas entre el colorista balance del Gobierno andaluz y el lúgubre túnel que dibuja la oposición de izquierdas. Dos expresiones de ambos extremos sirven de ejemplo. “Todo es alegría, el bullicio de los niños, todos deseando estar en su colegio”, ha dicho el consejero de Educación, Javier Imbroda, describiendo una escena en una escuela Infantil, de 0 a 3 años, que abrieron sus puertas hace una semana sin apenas incidencia de contagios hasta la fecha. Por contra, el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, habló de “millones de familias viven con miedo la vuelta el cole, miles de docentes no podrán dormir esta noche pensando en mañana, cientos de miles de directores están inquietos”.
Imbroda dibujó en su intervención un escenario optimista para un regreso a las aulas “seguro”, remarcando que “no existe el riesgo cero”, que “habrá contagios en las escuelas” y que habrá “cierres” de colegios. En paralelo hay una huelga general de enseñanza convocada para el próximo 18 de septiembre, apoyada por dos de los cinco sindicatos mayoritarios de profesores (Ustea y CCOO), sumándose a la convocatoria de CGT y con el respaldo de la Confederación de Padres de Alumnos de la Escuela Pública Andaluza (Codapa).
Las otras tres organizaciones sindicales con representación en la mesa sectorial de Educación -CSIF, ANPE y UGT- no respaldan la huelga, pero han acordado un calendario conjunto de movilizaciones que arrancará el mismo día 18 de septiembre, por considerar “insuficientes los recursos materiales y humanos para una vuelta a las aulas con las máximas garantías de seguridad en el marco actual de pandemia”. Ese día habrá concentraciones a las puertas de las delegaciones territoriales de Educación, y la siguiente semana se organizará una caravana de vehículos vespertina en cada una de las capitales de provincias andaluzas, a la que se invitará a todo el profesorado.
En el turno de los grupos, el parlamentario del PSOE-A Juan Pablo Durán ha pedido “responsabilidad, seguridad, garantía, colaboración y sentido común” para la vuelta al cole, y, desde la premisa de que “no existe el riesgo cero”, que se pongan “todas las medidas que establecen las autoridades sanitarias para que haya el menor riesgo posible”. “Lo que no entiende la comunidad educativa es que no se haga exactamente eso” por parte de la Junta, según ha comentado el diputado socialista, quien ha insistido en reclamar al Gobierno andaluz una bajada de ratio en las aulas, así como que dote de “más personal sanitario y enfermero en los centros de salud” para atender a los centros escolares.
Posturas enfrentadas
El portavoz adjunto de Adelante Andalucía, José Ignacio García, por su parte, ha afeado al consejero que “llega tarde” en su comparecencia, y ha comenzado preguntándole por qué la comunidad educativa andaluza “no puede tener las mismas condiciones” que los parlamentarios autonómicos, teniendo en cuenta que en el Salón de Pleno “sí se ha bajado la ratio”.
Ha advertido a Imbroda de que este miércoles hay en Andalucía “millones de familias que viven con miedo la vuelta al cole, cientos de miles de docentes preocupados porque afrontan el curso más complicado” de su trayectoria, y “millones de niños que van a volver a clase en una situación que no es segura”, algo que ha reprochado a la Consejería, a cuyo titular ha subrayado que “los docentes y alumnos han demostrado este verano que son mucho mejores que sus gobernantes”.
Por parte de Vox, el diputado Benito Morillo ha defendido que “el derecho a la educación es un pilar fundamental de las garantías recogidas en la Constitución”, pero ha apostillado que “el problema viene” cuando existe “un sistema disfuncional” como el que, a su juicio, es el Estado autonómico, con “17 modelos distintos” de vuelta a clase, y mientras gobierna el Ejecutivo central “más incompetente de la Historia de España” y que “renuncia a ejercer sus funciones”.
Entre los grupos que sustentan el Gobierno andaluz, el parlamentario del PP-A Miguel Ángel Ruiz ha reconocido la “situación de extraordinaria dificultad” con la que arranca el curso, y por eso ha dicho entender la “preocupación” de familias y docentes en una etapa “incierta” como la actual, marcada por una crisis sanitaria.
Por último, la diputada de Ciudadanos (Cs) María del Mar Sánchez ha realizado un llamamiento a favor de la búsqueda de los “consensos” que permitan que la administración autonómica “pueda desarrollar su trabajo lo mejor posible”, y siendo “plenamente conscientes del enorme trabajo, la labor de coordinación y el esfuerzo” que, según ha defendido, ha desplegado la Consejería para preparar la vuelta a clase y para que Andalucía cuente este curso con la plantilla docente más amplia “de su historia”.
Tras el turno de los grupos, el consejero de Educación ha cerrado el debate reprochando al PSOE-A “el ataque que le ha dado por la bajada de la ratio” en las aulas tras no adoptar esa medida en “casi 40 años de gobierno” en Andalucía, y que “compañeros socialistas en otras comunidades la consideran inviable, porque una cosa es hablarlo y otra hacerlo”, según ha aseverado.
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