Las obras del Corredor Mediterráneo que deben conectar Almería con Granada van a dejar a la provincia almeriense sin conexión con el resto de Andalucía durante, al menos, tres años. Ese es el escenario que maneja ADIF de acuerdo con su Catálogo de Restricciones publicado el pasado mes de marzo y según confirma el Ministerio de Transportes a elDiario.es Andalucía. El corte total del trazado entre Granada y Almería duraría entre el segundo trimestre de 2023 y el cuarto de 2026, ambos incluidos. Antes, debe llegar el AVE por Murcia para que Almería no sufra un aislamiento ferroviario como el que padeció Granada entre 2015 y 2018.
En realidad, el corte total de la línea almeriense-granadina no solo implica que Andalucía se desconecte de su provincia más oriental, sino que en la práctica deja a esta zona sin salida directa hacia Madrid y por lo tanto al nudo central ferroviario, tal y como está planificado el mapa de infraestructuras en esta materia. De modo que si un almeriense quisiese ir hasta Sevilla o hasta la capital de España haciendo uso del tren debería esperar a que se hubiera inaugurado la línea con Murcia y hacer un recorrido que implica pasar por buena parte del levante peninsular. Eso en el caso de que el tren con la región murciana llegase antes del segundo trimestre de 2023, fecha que maneja ADIF para el corte de la línea con Granada, algo que desde las plataformas ferroviarias ven muy complicado.
Rebaja en las pretensiones
Una situación que se produce fruto de los atrasos en la planificación y puesta en marcha de servicios ferroviarios. Desde que se proyectó el mapa del Corredor Mediterráneo a principios de los 2000, Granada formaba parte del mismo y ante la ausencia de alternativas de trazado, la única opción para que la ciudad de la Alhambra se subiese a este proyecto pasaba por una conexión con Almería que ya existe, pero que tiene características técnicas que hacen obligatorio que se tenga que remodelar la línea por completo. En 2009 se planteó un proyecto que rondaba una inversión de 2.000 millones de euros, según el estudio informativo que publicó entonces el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El año es clave porque en 2009 ya se vivía en la crisis económica derivada del ladrillo en España y de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 en Estados Unidos.
Por eso, de los 2.000 millones de euros que se estimaban necesarios a comienzos de siglo, los recortes y la necesidad de austeridad acabaron disminuyéndolos hasta los 600 millones de euros que se van a invertir en la actualidad. De la construcción de viaductos y túneles se ha pasado a planificar nuevos anchos de vía y mejoras funcionales básicas para el paso de los trenes. Lo que también rebaja las pretensiones iniciales del proyecto y pasa por una remodelación y no una reforma integral del trazado entre Granada y Almería para que puedan pasar los trenes de mercancías y la alta velocidad para viajeros que se quiere poner en marcha con el Corredor Mediterráneo. Un problema al que se le suma el hecho de que la provincia almeriense aún sigue esperando a que el AVE con Murcia, que también forma parte del Corredor, llegue de una vez por todas.
Dudas con los plazos
José Antonio Barrera, portavoz de la Plataforma Almeriense por un Tren Público, no confía en los plazos que manejan ADIF y el Ministerio de Transportes para la llegada del tren murciano a Almería. De hecho, aunque ADIF tiene entre sus planes no cortar el trazado con Granada hasta que no llegue el AVE desde Murcia, lo cierto es que la planificación de obra habla de que el corte se producirá en un año, mientras que el Gobierno dice públicamente que confía en que el AVE murciano llegue a Almería en 2026. “Nos llevaron a ver las obras y no tienen visos de estar en 2026 y nos llevaron a una obra para que parezca que estaba hecha. En el resto de tramos no se ve a gente trabajando. Creemos que se van a dos años más”, lamenta Barrera. Es decir, sobrevuela la opción del aislamiento ferroviario total almeriense
Porque los plazos de ADIF no coinciden entre la línea con Granada y la propia con Murcia. Los años no casan y el límite del año 2030 cada día está más cerca. Para entonces debe estar terminado el Corredor Mediterráneo por orden de la Unión Europea lo que implica que tanto Granada como Almería deben tener terminadas sus infraestructuras en menos de 8 años. Un periodo de tiempo aún asumible, pero que contrasta con lo que llegó a durar el aislamiento ferroviario granadino que iba a ser de solo unos meses, según dijo el Ministerio de Fomento de Ana Pastor en 2015, pero que acabó siendo de más de tres años y llegó hasta los cuatro en el trazado que estaba en obras con Antequera. De ahí que las suspicacias de las plataformas ferroviarias estén justificadas con este proyecto del Corredor Mediterráneo almeriense-granadino.
La vía Murcia
“Nos da la sensación de que, aunque van a reparar la vieja línea, en Almería hay pendientes complicadas y quizá habría que haber hecho vías alternativas”, recuerda José Antonio Barrera. “Este proyecto nos produce un aislamiento que tendremos que pelear para que sean menos de 36 meses. Nos tememos que va a ser de mucho tiempo y que, al final, si llega el AVE tendremos la relación con Madrid por Murcia”. Para Antonio Francisco Martínez, portavoz de la plataforma ferroviaria que lucha por la recuperación del tren Guadix-Baza-Lorca, considera que es una “vergüenza” que la planificación de ADIF contemple el cierre durante tres años de la vía con Almería. Hay que tener en cuenta que el tren almeriense pasa por Guadix y que por lo tanto la localidad accitana se quedaría sin más salida que la conexión con Granada capital durante esos 36 meses.
“Para nosotros todas las alternativas pasan por que no se paralice el tráfico ferroviario. No nos creemos los plazos para nada y vamos muy justos. No sé qué necesidad hay de cerrar todo el trazado cuando se puede ir haciendo por partes y adelantando. En el País Vasco se hace y funciona”, añade Martínez. Desde otra perspectiva más optimista, fuentes de ADIF señalan los beneficios que sí va a tener la obra incluso durante el parón, siempre desde la visión de Granada. Por ejemplo, la circulación del AVE no se verá afectada puesto que va por otro trazado que es el de Antequera, mejorará los tiempos de viaje con Almería y hará lo propio con la estación de Guadix que recibirá una reforma. Por su parte, este medio ha preguntado a la Diputación de Granada por su opinión sobre el tema, pero han preferido no hacer declaraciones.
Evitar el aislamiento
Quien sí se ha pronunciado ha sido el presidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano García. El dirigente se muestra optimista en el sentido de que se mejora el “lapso de tiempo entre Almería y Granada”. Aunque, recuerda, no es “tan ambicioso” como esperaban. “Creemos que se queda escaso y necesitamos que se reduzca mucho más el tiempo. Necesitamos que estas mejoras se hubiesen hecho hace ya 30 años”. Según les ha trasladado ADIF, el trazado que se proyecta implica un uso con la actual capacidad hasta el año 2050, pero para la Diputación almeriense eso supone que la obra debe ser más ambiciosa para no “hipotecar el futuro”. Una visión similar a la que tienen desde la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía. Fuentes oficiales insisten en la necesidad de que Almería no se quede aislada y aseguran que siempre que se ha planteado el Ministerio de Transportes se ha opuesto a hacer compatible la llegada del AVE de Murcia con las obras del Corredor Mediterráneo con Granada.
Sin embargo, desde el Ministerio de Transportes mantienen su intención de que eso sí suceda: “El desarrollo de las actuaciones previstas en el corredor Antequera-Granada-Almería (actualmente en fase de planificación) se acompasará con la finalización de los trabajos de la Línea de Alta Velocidad Murcia-Almería (en obras), permitiendo que Almería disponga de una conexión ferroviaria operativa en todo momento, ya que los trabajos entre Antequera y Almería afectarán al tráfico en este corredor”. Añaden también que habrá servicio de autobuses entre Granada y Almería durante el tiempo en el que el tren no pueda circular por la ejecución de la remodelación del trazado.