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La Junta de Andalucía ha dado luz verde, por ahora, al proyecto de construir un hotel a menos de un kilómetro de la playa de Los Genoveses, en el Parque Natural Cabo de Gata. Es una idea que hasta ahora había rechazado. La modificación del proyecto inicial por parte del promotor ha obrado el cambio de criterio de la administración: de dos aparcamientos se pasa a uno y de 33 habitaciones se pasa a 30. Eso sí, todas distribuidas en inmuebles que ya existen. Para los opositores al proyecto, nada debería cambiar, porque la finalidad sigue siendo levantar un hotel. Además, esgrimen que autorizar el establecimiento, que se levantaría sobre el cortijo de Las Chiqueras previamente rehabilitado, podría abrir la puerta a hacer algo similar en otros tres cortijos de la zona pertenecientes al mismo propietario.
eldiario.es/Andalucía ha tenido acceso al dictamen ambiental favorable al nuevo hotel, que abre ahora un trámite de alegaciones. El proyecto contempla transformar un antiguo cortijo de uso principalmente ganadero y sus edificaciones accesorias en un hotel de cuatro estrellas: 30 habitaciones distribuidas en cinco edificios, una zona de recepción y personal en la antigua casa del pastor, zonas comunes en la antigua fábrica de crin, una piscina y un aparcamiento de 70 plazas.
En el lugar no hay agua corriente ni saneamiento, por lo que se prevé una acometida subterránea desde el núcleo urbano de San José, otra derivación de aguas sucias y una depuración de aguas grises. El suministro de electricidad se haría mediante paneles fotovoltaicos “colocados estratégicamente en los lugares de menor visibilidad” y aumentando la capacidad del transformador. El aparcamiento sería el que ya existe.
El dictamen concluye que la propuesta “no aumenta la superficie total construida y no supone nuevas unidades de edificación, de forma que la actuación proyectada mantiene continuidad estructural respecto a las edificaciones existentes, sin que ello suponga alteración de las características topográficas y edáficas del terreno, no afección paisajística”. Está firmado por la jefa de servicio de protección ambiental y la secretaria general provincial de la delegación territorial de medio ambiente.
Además del dictamen provisionalmente favorable de la administración autonómica, la idea de realizar un hotel en esa zona, a unos 900 metros de la playa de Los Genoveses, también recibió el espaldarazo del Ayuntamiento de Níjar, que emitió un “certificado de compatibilidad urbanística” en julio de 2016. Sin ese documento no se podría ejecutar el hotel.
La Asociación de Amigos del Parque Cabo de Gata y Grupo Ecologista Mediterráneo, que son parte en el procedimiento desde que se presentó el anterior proyecto, presentaron este lunes nuevas alegaciones de oposición. Creen que aumenta la presión humana sobre un paraje protegido y hasta ahora prácticamente virgen. “Meter más gente en las zonas frágiles es una barbaridad”, advierte Pepe Rivera, presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo. Para él, la zona ya está masificada.
Además, creen que el hotel podría llevar a una privatización parcial de la playa. Hasta ahora, el aforo en Los Genoveses queda limitado por la propia capacidad de los aparcamientos, donde caben unos doscientos coches. Cada día, cientos de personas se tienen que dar la vuelta. Pero los clientes del hotel podrían tener garantizado el acceso a la playa pública, simplemente por pagar.
“Los huéspedes tendrían acceso a una playa privada. Sería un resort de lujo en una zona protegida”, protesta Pilar González, presidenta de la asociación. Antonio Fernández, el vicepresidente, añade otra cautela: “Cuando abres la puerta a un modelo es muy difícil frenar”.
Hasta ahora, el lugar es un museo, aunque se usa para bodas y eventos. También hay una pequeña tasca que abre en verano. Usos esporádicos a los que no se oponen los ecologistas. Otra cosa es el hotel. “Cabo de Gata es un espacio muy frágil, ya sin grandes proyectos como El Algarrobico, pero sí pequeños que van picoteando. Aparte de los valores de fauna tiene otros paisajísticos; si empiezas a meter hotelitos en cortijos tradicionales destrozas el paisaje”, advierte Rivera.
Además del cortijo Las Chiqueras, en la bahía hay otros tres cortijos que podrían aspirar a un trato similar: El Romeral, Mónsul y Genoveses. La propietaria es en todos casos la misma: Torres y González Díaz, S.L., una sociedad de los herederos de la familia Montoya, los grandes terratenientes históricos de Cabo de Gata. Los ecologistas creen que el proyecto traiciona su voluntad de mantener este lugar ajeno al uso turístico masificado.
El proyecto ha despertado un fuerte rechazo social. A la hora de cerrar este artículo, más de 100.000 personas habían firmado contra el hotel en la plataforma change.org.
Pilar González opone otro argumento: todos esos cortijos están en la zona C1 del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Para evitar la oposición de parte del municipio, donde algunos entendían que una excesiva protección podía dañar su desarrollo, el PORN reconoció las actividades tradicionales y estableció una gradación de zonas, con más o menos usos permitidos.
La C1 es “zona de cultivos agrícolas”. Permite actividades como la agricultura, actividades ganaderas o caza, entre ellas. También “actividades e instalaciones de uso público y educación ambiental”, “campamentos de turismo” y la “rehabilitación de construcciones existentes”. No aparece el uso turístico.
Sin embargo, el listado de actividades compatibles en zona C1 concluye con una cláusula abierta: “Cualquier otra actuación que el correspondiente procedimiento de autorización determine como compatible, en los términos establecidos en la normativa que resulte de aplicación”. En el dictamen consta que el Ayuntamiento de Níjar emitió un “certificado de compatibilidad urbanística según acuerdo municipal de 15 de julio de 2016”.
Este medio ha llamado y escrito a la actual alcaldesa del municipio, Esperanza Pérez (PSOE), para conocer su valoración del proyecto. No ha habido respuesta. Pérez es alcaldesa desde 2015 y renovó su mandato con mayoría absoluta en 2019. En las únicas declaraciones que constan desde que saltase la polémica, realizadas a Europa Press, señaló: “Sólo puedo tener una postura respecto al hotel de playa de Genoveses y no es otra que estar a lo que diga la ley. Si la ley dice que se puede hacer, no hay más que hablar”.
Más allá de la necesidad de cumplir la ley, la postura política oficial de su partido parece ser otra. La secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz, ha criticado el proyecto, acusando al Gobierno de Juan Manuel Moreno de querer “asfaltar Doñana y enladrillar Cabo de Gata”. Para Díaz, el proyecto “no tiene sentido”.
González anticipa que habrá batalla: “No lo vamos a dejar pasar por mucho que pretendan sortear la ley de manera torticera”. La asociación presentará en los próximos días un escrito de alegaciones conjuntas con Ecologistas. Y si esta vez no paran el proyecto, anticipa que llegarán a los tribunales. “Lo que hay que evaluar no es si cumple criterios técnicos, sino si el espacio se lo puede permitir. Creemos que no”, concluye Rivera.
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