Historias de centros de salud en Almería: la dificultad de la atención telefónica, consultas tardías, falta de personal
El coronavirus sigue poniendo a prueba la fuerza de la Atención Primaria en Andalucía. Según los datos acumulados por el Ministerio de Sanidad a día de hoy (7 de octubre de 2020), la provincia de Almería cuenta con 8.661 casos confirmados de los cuales 4.054 son de la comarca del Poniente, concentrándose 1.667 casos en El Ejido y 1.257 en Roquetas de Mar.
Estas cifras convierten al poniente almeriense en el foco de contagios más elevados de la epidemia dentro de la provincia andaluza. Los usuarios de la Atención Primaria en la provincia de Almería denuncian los retrasos en consultas ajenas al virus, las esperas eternas por vía telefónica y desbordamiento de los sanitarios.
Por su parte, la Delegación de Salud niega que haya colapso sanitario: “Estamos preparados para esta segunda ola de contagios que se aproxima”. A su vez, fuentes muy cercanas al Centro de Salud Las Norias en el municipio de El Ejido aseguran que todas las personas que hacen cola son atendidas: “Hay mucho tiempo de espera porque la demanda es mucho mayor que en circunstancias normales. La Junta dispuso de más sanitarios, pero seguimos teniendo faltas”.
Este artículo reúne varios testimonios de pacientes con historias reales ocurridas en las últimas semanas durante la pandemia del coronavirus en Almería, historias que se repiten por toda Andalucía.
El teléfono
Desde primera hora de la mañana hay colas interminables en las puertas de cualquier centro de salud del poniente almeriense. La queja más común de decenas de ciudadanos es la imposibilidad de que les atiendan por teléfono. Es por ello que muchos usuarios optan por personarse en el propio centro exponiéndose al miedo de posibles contagios.
Es el caso de Antonio, un vecino de Santa María del Águila, lleva más de una semana pidiendo cita en su centro de salud: “Me tiro toda la mañana llamando por teléfono y nadie me responde. Vengo aquí y ya no hay citas. Hoy es el cuarto día que acudo para pedirla y me vuelvo a casa sin ninguna. Esto es un desastre”.
En la misma línea se queja Rosario muy indignada y alzando la voz ante la cola de espera que hacen los pacientes del Centro de Salud La Mojonera: “Tenía una cita telefónica a las 9 horas de la mañana y ya es mediodía y no me han llamado”. La mujer, de avanzada edad, cuenta que había decidido personarse porque ya no podía más con su ciática, exclama muy enfada.
Ildefonso García, delegado de Atención Primaria y secretario del Sindicato Médico de Almería, recuerda que “se ha establecido un sistema nuevo de telefonía y no está funcionando tan bien como se pretendía”. Esta medida de restringir el acceso de la ciudadanía al consultorio “sirve para evitar las aglomeraciones y prevenir los contagios”. García reconoce que “las consultas telefónicas son mucho más dificultosas para los sanitarios que cuando son presenciales porque se emplea más tiempo para llegar a la misma conclusión que cuando están físicamente”.
Un embarazo en tiempos de pandemia: “un millón de dudas”
Es el caso de Isabel que cuando tuvo sospechas de que podría estar embarazada fue a su centro de salud de San Agustín, localidad que pertenece al municipio de El Ejido. La joven de 24 años declara que “casi no hubo intimidad” cuando le hicieron el test de embarazo. Se muestra indignada por la falta de intimidad, ya que se la practicaron a las puertas del propio centro de salud: “Fui al baño y oriné en un tarro de plástico, salí y la enfermera lo hizo todo en el exterior deprisa y corriendo”. Tras la noticia de su embarazo, Isabel confiesa que nadie le informó de cómo debía ser su alimentación a partir de entonces: “El doctor se metió a consulta muy rápido y me dejó con un millón de dudas”.
Isabel valora que la gestión sanitaria es deficiente puesto que las consultas son muy tardías: “Lo normal es que la primera sea como mínimo a los tres meses; yo la tuve a los cuatro. Lo mismo ha ocurrido con la prueba del azúcar, suele ser a las 20 semanas y a mí me han dado cita a las 26 semanas”. A eso se suma la sensación de soledad, como la que sintió cuando tuvo que ir a urgencias “para evitar las aglomeraciones, según las normas de seguridad, y esperé más de una hora para ser atendida”.
Dos enfermeras para un pueblo de más de diez mil ciudadanos
En el Centro de Salud de Berja tan solo hay dos enfermeras para una población de 12.381 según el Instituto Nacional de Estadística (INE). “Hoy tenemos que hacer 18 domicilios entre las dos tras haber atendido por vía telefónica una lista de 50 citas en la agenda cada una. Ni damos a basto. Necesitamos más personal sanitario”, se queja una enfermera del municipio virgitano que prefiere mantenerse en el anonimato. Enfatiza que tras estar más de cinco horas atendiendo al teléfono, además tienen que hacer al menos 10 consultas presenciales para valorar mucho mejor el diagnóstico.
Según revela Mercedes Ruiz, responsable de Comisiones Obreras (CCOO) de Atención Primaria, “en el distrito del Poniente se han dispuesto 15 enfermeros dedicados a tiempo completo para el control en los colegios de toda la comarca. Es decir, cada sanitario tendrá a su cargo más de 9 centros educativos”. Ruiz incide en que “ese número de sanitarios es insuficiente”.
Por el contrario, el delegado de Atención Primaria y secretario del Sindicato Médico de Almería, puntualiza que se debería contratar a más personal auxiliar: “Los médicos están desesperados porque no hay más para contratar. Se necesitan telefonistas y personal administrativo. Lo que no puede ser es que sea el propio médico el que levante el teléfono, marque el número y que el paciente no esté o que simplemente esté dormido. Eso es tiempo perdido. Por eso, si hubiera un auxiliar para que se encargue del teléfono, el personal cualificado se pondría directamente con el paciente”.
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