Roquetas privatiza el servicio de socorrismo en sus playas con el triple de gasto y quejas de sus trabajadores
Por primera vez una empresa privada está gestionando el servicio de vigilancia de las playas de Roquetas de Mar. Lo que antes eran 200.000 euros en el presupuesto de 2019 destinado al equipamiento de playas, este año ha subido a 589.400,11 euros tras conceder la licitación a una empresa gaditana, Socorrismo y Servicios S.L. Esta misma entidad ofrece servicios muy similares en La Línea de la Concepción, por ejemplo, y su gasto es de 184.713,76 euros. Es decir, 404.686,35 euros menos que en el municipio roquetero. El Ayuntamiento, regentado desde hace 27 años por Gabriel Amat (PP), paga el triple tras privatizar el control y la vigilancia de sus playas.
Fuentes oficiales cercanas al Consistorio justifican este gasto alegando que “se adjudicó el servicio de socorrismo al igual que lo hacen otras administraciones” y que el aumento del gasto se debe a que “hay más personal y mayores dotaciones”. Lo cierto es que, según los datos que revelan el portal de transparencia de la web del ayuntamiento roquetero, hay actualmente 60 socorristas contratados cuando, en los tres meses de verano del año pasado, contabilizaron hasta 82.
La oposición advierte a este medio que “ese contrato olía ya desde el primer momento”. Manolo García, portavoz del Grupo Socialista, critica que el servicio de playas “está siendo un mal negocio, al menos para los lugareños” porque “este verano hemos acabado con peor servicio, mal coordinado, más caro, con socorristas cobrando 1.050 euros en lugar de 1.250 como en años anteriores, y con malestar en el sector turístico por la nula planificación”. “El señor Amat y su desgobierno no lo podían haber hecho peor”, afirma.
Al entrar en juego esta empresa privada, ajena incluso a la propia provincia, se han puesto en jaque las condiciones de los socorristas, que han sido “nefastas” según varios testimonios recogidos por este medio y que cuentan que se han dado problemas durante todo el verano a la hora de pagar las nóminas a los trabajadores contratados. Denuncian que han estado dos meses sin cobrar, incluso que les han bajado el sueldo hasta 200 euros. A esto se le suma las quejas durante toda la campaña estival por recibir un “trato vejatorio y humillaciones en público” por parte del coordinador de los socorristas, de Protección Civil. El Ayuntamiento, por su parte, argumenta que “desde la empresa adjudicataria han comunicado que actualmente solo hay pendiente tres socorristas por cobrar por errores en la transmisión de los datos”.
Por otra parte, algunas amenazas de despido se han cumplido, al menos en el caso de varios empleados que llevaban ya hasta seis años prestando sus servicios como socorristas. Los denunciantes advierten que los nuevos que entran a suplir los puestos vacantes están “sin la formación adecuada” y que “no saben actuar en playas abiertas”. Por todo esto, muchos de ellos no dudan en querer ir a la huelga pero “la mayoría son jóvenes sin experiencia laboral y casi sin formación, por lo que se achantan y no dicen nada”, expresa resignado un socorrista mientras vigila la playa de Aguadulce desde su torreón.
“Un despropósito más de la mala gestión de Amat”
La oposición ha presentado una batería de preguntas sobre el servicio de vigilancia de playas en el que Manolo García se cuestiona “cómo es posible que el Ayuntamiento externalice un servicio para mejorarlo y reducir costes, y acabe costando mucho más que cuando lo prestaba el Ayuntamiento, que el servicio sea peor y que los socorristas estén cobrando de media 200 euros menos”. Para García “este es un claro ejemplo de que no siempre se cumple la idea de que los servicios externalizados funcionan mejor, porque pagamos más por el mismo servicio que otros años, con muchos más problemas y con socorristas peor pagados”, ha asegurado. También se pregunta “quién gana en todo este proceso, porque parece claro que ni los vecinos, ni los turistas, ni el personal han salido ganando en este negocio”.
De hecho, denuncia el portavoz socialista, “el servicio se está sacando adelante con el mismo personal que tenía el Ayuntamiento en años anteriores, gracias a su implicación, a la de Protección Civil y a la de los funcionarios municipales. Se está salvando el verano y garantizando la seguridad de los bañistas, pese a la incompetencia del equipo de Gobierno de Amat y la adjudicataria”.
El portavoz socialista se ha preguntado por los motivos por los que este año no se ha elaborado un Plan de Playas para mejor coordinación de todos los servicios y quién se encarga de coordinar el servicio de vigilancia de playas. “Parece que es la Policía Local quien está haciendo labores de supervisión y coordinación, pero recordamos que la empresa adjudicataria está obligada a disponer durante todo el contrato de un responsable técnico cualificado dedicado exclusivamente a esta labor y del que no sabemos nada”, ha criticado. Manolo García también ha exigido al Ayuntamiento información sobre la obligación de tener un Plan de Explotación del servicio antes del inicio del mismo, que a día de hoy se desconoce, e igualmente ha preguntado por qué, a diferencia de otros contratos, no se ha exigido a la empresa una sede permanente en el municipio para centralizar toda la gestión y si se piensa tomar alguna medida contra la empresa por incumplimiento del contrato, especialmente por los retrasos en el pago de las nóminas.
Javier García, presidente de la formación política Aguadulce en Marcha, también se ha pronunciado respecto a este asunto y se ha sumado a las críticas de la gestión del Ayuntamiento: “No entendemos cómo se puede privatizar un servicio que funcionaba bien y se eche a los vecinos de Aguadulce con contratos de dos meses cuando llevaban años haciendo bien su trabajo. Incompresible que no se les haga un curso de formación, estando la vida de los vecinos en sus manos, que no se les haya hecho reconocimiento médico y que encima estén sin cobrar. Un despropósito más de la mala gestión que sufre la ciudad de Aguadulce por parte de Roquetas de Mar”.
“Los socorristas nuevos entran sin formación previa”
Relata su historia a elDiario.es Andalucía Alejandro (nombre ficticio), que es socorrista y que llevaba seis años, contando esta campaña de verano, trabajando en las playas de Roquetas de Mar: “Me han despedido después de todo este tiempo porque, según dicen ellos, no he pasado el periodo de dos meses de prueba. Claro, el Ayuntamiento nunca nos hizo fijos discontinuos, sino que siempre nos hacía trabajar con contrato de obra y servicio. Lo que ocurre ahora es que, al licitar con la nueva empresa de Cádiz, soy como uno que entra nuevo”. Alejandro asegura que él solicitó por escrito qué falta grave cometió, pero “jamás me han dado nada que justifique mi despido”. La empresa gaditana no tiene representante en el municipio y Alejandro afirma que les hicieron firmar los contratos sobre el capó de un coche: “Ellos jamás han pisado nuestras playas”.
Alejandro advierte de las consecuencias de contratar a gente nueva sin formación académica especializada, sin cursos de Prevención de Riesgos Laborales, ni reconocimientos médicos: “No es lo mismo que te saques la titulación socorrista que abarcan solo piscina a que te formen en una playa abierta. Los nuevos no saben cómo actuar porque no se les han enseñado esa parte de formación. Solo les dan la ropa y les dicen que se vayan al puesto, que es como si te dieran el uniforme de militar y te sueltan en el Líbano sin haber tenido tu formación correspondiente”. Él ejemplifica con varias intervenciones, como cuando “no supieron actuar con una víctima que sufrió un golpe de calor”. “Es más, el otro día un padre tuvo que tirarse al agua porque el socorrista no se atrevió a lanzarse porque, claro, no saben cómo reaccionar”, explica.
“Yo me juego una denuncia si mi compañero sin formación no sabe cómo actuar en estos casos porque imagina que ese chico no me avisa y yo no me tiro al agua para rescatar a la víctima. O si yo le dijera algo desde el puesto para que haga tal cosa y, como esa persona no tiene formación, se bloquea y no hace nada”, expresa. “Y es que, para más inri, el coordinador no es socorrista, sino de Protección Civil, y el trato que tiene con nosotros es horrible: te amenaza y te insulta enterándose todo el mundo porque lo dice a gritos por la radio”, manifiesta el socorrista que, por el momento, sigue esperando la resolución judicial de su caso. Infoma que no cuenta con el respaldo de ningún sindicato porque no lo ha solicitado, que va por libre y que ha interpuesto una denuncia al Ayuntamiento por “por no hacerme fijo discontinuo” y a la empresa por “despido improcedente”.
Aguantar sin protestar para “no salir escaldado”
Otro de los socorristas de esta parte del poniente almeriense también ha decidido contar su historia. Luis (nombre ficticio) sigue trabajando como socorrista. “El problema ya comenzó desde el principio con el tipo de contrato que nos hicieron firmar, olvidándose por completo que muchos de los socorristas llevábamos años trabajando en las playas y que éramos fijos discontinuos”. Luis afirma que “el convenio con el que estamos en esta empresa de Cádiz es el convenio colectivo de Instalaciones Deportivas, que me lo he leído de arriba abajo y no especifica en absoluto el trabajo que desempeña un socorrista en la playa. Habla únicamente de socorristas en instalaciones, así que tú me dirás”. Además, añade que “deberíamos tener las embarcaciones, que son las lanchas de salvamento, a principios de julio en temporada alta y aún ni rastro”.
Respecto a los cobros de las nóminas, Luis explica que “se supone que el mes de junio lo recibiríamos entre el día 5 y 10 de julio, pero llegaba la veintena y no llegaba”. La empresa se justificaba diciéndoles que a la semana siguiente. “No fue hasta que los socorristas nos pusimos de acuerdo para hacer huelga el 26 de julio, que eran fiestas en Roquetas y de pronto comenzamos a recibir los pagos”, comenta el socorrista. “Eso sí, pasamos de cobrar unos 1.200 euros a 1.060 euros, aunque algunos todavía a día de hoy, en concreto cuatro de ellos, no han cobrado a 29 de agosto”, añade. Luis comenta que habían planteado una huelga para mediados de agosto con unos servicios mínimos en la playa pero que finalmente no se llevó a cano porque algunos decían que “para unas semanas de trabajo no les apetecía hacer ruido”. En la misma línea se mantiene otro socorrista, sentado desde su torreón, que explica que él mismo haría la huelga pero que “para lo poco que queda, mejor callarse y así te llaman el verano que viene”. Confirma que gran parte de la plantilla estaba de acuerdo en hacerla, pero que existe mucho miedo: “Mejor aguantar un poco más y no salir escaldado”.
Luis también alude al coordinador de Protección Civil: “Su trato y las formas son bastantes lamentables, muy horribles. Y, además de eso, la presión constante de un coordinador que está a los gritos por la emisora constantemente y que, si le rechistas algo, amenaza con despedirte”. Luis revela que, desde que comenzó esta campaña, “han echado a ocho socorristas, algunos con motivos insuficientes, más que nada porque el coordinador tenía entre ceja y ceja a algunos de ellos por rencores de otros años”. “Y encima firmamos que nos iban a dar un curso de protección de riesgos laborales y eso nunca llegó”, lamenta.
La empresa se defiende
David García, director gerente de Socorrismo y Servicios S.L., explica que “aquí hay muchas quejas porque venían de una situación anómala y ya no les respalda el ayuntamiento porque esos trabajadores se creían funcionarios estos años atrás y cuando ha llegado una empresa del sector ya somos malos y dicen que el coordinador les dan un trato vejatorio”. El responsable de la empresa dice que los socorristas “han vivido como funcionarios y se han reído de la administración, engañando a su propio pueblo”. García se pone a la defesiva y manifiesta que “muchos de los trabajadores no sabían trabajar y para nosotros no pasaron el periódo de prueba porque hasta fumaban porros en el puesto”.
Respecto al reproche del socorrista que denuncia que les hicieron firmar en el capó, García explica que fue porque “había una cola de 25 trabajadores y muchos de ellos prefirieron firmarlo ahí y no esperarse diez o quince minutos”. También explica que ese trabajador “sabe lo que hizo” y el motivo por el que se le despidió, “y en sede judicial se demostrará lo que se tenga que demostrar”.
En relación a la tardanza en los pagos a los trabajadores, el director gerente se escuda en que se trata de su primer año trabajando en el Ayuntamiento de Roquetas y “no hemos tenido el engranaje certero con respecto a la carencia y al mecanismo para cobrar las facturas en tiempo y forma”, reconociendo que “el primer mes fue bien, pero el segundo y el tercero no lo fue”. “Ya para este mes sí cobrarán el día uno o dos y no habrá ningún problema, porque ya hemos entendido cómo es el procedimiento”, promete.
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